Suena insistentemente una bachata, tiene corte romántico, y la voz tan especial que transmite la pieza, no puede ser otra que la de Charlie Zaa, el artista que hizo del romanticismo su bandera y que, tras un tiempo de ausencia, decidió regresar con proyectos que se revisten de actualidad.
El bolero representa en buena medida la identidad musical del artista nacido en Girardot, sin embargo, desde sus inicios salseros, hasta la variedad de géneros que se ha permitido interpretar, le han dado el fundamento a una carrera que se ha mantenido paralela a su vida, si se tiene en cuenta que su debut tuvo lugar a los 16 años y de la mano de grandes mentores y en renombradas agrupaciones.
Ahora, desde Miami, Charlie está de vuelta con un proyecto novedoso que le ha tomado los últimos tres años, afirma que todo obedece a la respuesta a una petición que en su momento hizo a Dios y que llega de manera especial de la mano de su productor, el chileno Zsorround, y su hijo Aarón David, quien está muy dedicado a la composición, para concebir todo el producto que incluye en su “caja musical”.
Así ha llamado provisionalmente a su próximo álbum, toda vez que esa caja contiene once cartas de amor, seis de las cuales son autoría de su hijo, también se incluyen dos covers y letras de otros compositores.
El proyecto se estrenó precisamente con una de esas cartas, se trata de “Si te vas”, le siguió una canción de Navidad, que, aunque no se incluye en el álbum, decidió regalarla en esta época maravillosa que acaba de pasar y de inmediato se alistó con la tercera carta, es decir, el sencillo que ahora promociona.
Se trata de “Bobo apasionado”, un tema que habla perfectamente el idioma del amor, pero con las expresiones actuales, porque para él es muy importante poder reafirmar lo que ha venido haciendo los últimos 26 años, además quiere convocar a una nueva comunidad que reverbere a través de ese sentimiento. (Lea aquí: Paulina Dávila, inmersa en otro gran sueño)
La evolución
Cuando se dio la salida como solista del colombiano, también se abrió una vía a un fenómeno musical que hacía puente entre una corriente que había vivido sus años de gloria y el descubrimiento que entonces se percibía en la juventud.
Charlie Zaa fue el marco de referencia para otros artistas y en ese trasegar se advierte una evolución que define como decisiva, y al acompañarse del éxito, agrega que se le sumaron grandes responsabilidades.
“Con el tiempo me di cuenta de que me convertía en un referente y fue así como decidí tomar las riendas de mi carrera y mi vida personal, porque una va ligada a la otra y por amor empecé a hacer grandes cambios y alejar todo lo que no me hacía bien, lo que me llevó a ser un artista con buenos cimientos”, manifiesta.
En lo musical, Charlie Zaa ha forjado un estilo único, es una historia que se cuenta por sí sola, no tuvo reparos en dejarse llevar por esas influencias que merecían ser retomadas a su manera, y fue así como Felipe Pirela, Javier Solís, Leo Dan, Pedro Infante, Juan Gabriel, entre otros, se vieron reflejados con respeto en lo que empezó a presentar.
Siendo coherente con su visión de la música que ejecuta, siempre ha tratado de tener vínculo con artistas que le exijan más de lo que puede dar, por eso busca acercarse a todos los que han dejado huella a nivel mundial.
El nuevo proceso
El interés por avanzar es inherente a su trabajo y en este álbum multigénero queda representado. Este proyecto, como lo indica, es rico en colores, está perfectamente concebido para ofrecer una experiencia a sus seguidores. “Es un álbum camaleónico que se acerca a la versatilidad que Dios me regaló para poder hacer música”, afirma.
“En esta oportunidad pude experimentar con un primer sencillo enmarcado en un ‘power-vals’, pero el segundo tema es pop romántico y esta tercera carta que abrimos hace poco viene vestida de bachata, entonces puedo asegurarles que vengo preparado para ofrecer buena música con los géneros que por siempre han enriquecido la industria”, expresa Charlie sobre su trabajo.
En general, el álbum ya está diseñado, aún no tiene un nombre definitivo, pero por ahora se le conoce como una “caja musical” que contiene toda una propuesta que se convertirá en una sorpresa. La salida, puede darse entre final de marzo y principios de abril, su autor lo ve como un regalo que le ha permitido sentirse nuevamente enamorado de su trabajo al punto de soñar despierto al entonar cada canción.
Charlie Zaa acepta los cambios y los recibe como un aprendizaje. Desde la industria, hasta la cotidianidad, llevan a cuestas alteraciones, por lo que, sin medirse por su trayectoria, afirma que crear este álbum es comparable con un nuevo nacimiento artístico.
“Me encantan los desafíos, y más si significa empezar de cero, me siento como si fuera un joven de 21 años haciendo música y tratando de dejar huella en la industria, pero lo más importante es que estoy respaldado, primero por Dios que me dio fuerza y me permitió volver al primer amor y segundo por ONE rpm, la compañía que le está apostando a la marca”, manifiesta el colombiano.
Confiesa que, al momento de cantar, se le mide a lo que encuentra en el camino, sin embargo, lo más importante es sentirlo, vivirlo, de lo contrario, sabe que no lo puede transmitir, porque eso solo se logra haciéndolo desde el amor.
Y siendo un bolerista consumado, afirma sin pretensiones que este género es el lenguaje perfecto del amor, la carta para pasar una tusa, para expresar sentimientos y hasta para abrir una puerta en el tiempo que lleve a décadas pasadas reviviendo momentos especiales. Ante esto, afirma que sus principios no son negociables y por tanto siempre defenderá al bolero.