Con la temporada más esperada del año, también llegan una serie de recomendaciones por parte de expertos, y así como nos proponemos a disfrutar, el cuidado hace parte de esa nueva rutina que caracteriza los días de vacaciones.
Viajar es muy común en el fin y principio de año, tal vez con cambio de clima incluido. Estamos atentos al vestuario, la piel, el cabello, pero olvidamos otros aspectos que consideramos están bien hasta cuando ocurre algún imprevisto.
Los ojos, sí, los ojos, además de ser los portadores de ese sentido que nos conecta directamente con el mundo, están expuestos a una serie de factores que pueden afectar su función y derivar en problemas más graves.
Todos los cambios del ambiente tienen su efecto en los ojos. Aunque no se perciban directamente, la pupila, la conjuntiva o el cristalino, pueden resultar afectados, especialmente si se cambia de clima. “Implementar medidas de prevención y protección para la salud visual, es necesario cuando se está de vacaciones”, afirma la oftalmóloga Diana Cifuentes.
El sol, el viento, la brisa cargada de arena, en lo que concierne a climas cálidos, y las bajas temperaturas y nieve cuando se visita un lugar en pleno invierno, se convierten en agentes externos -y extremos- para los ojos, por tanto, representan un elemento de riesgo. (Lea aquí: Una dieta basada en plantas ayuda a prevenir la diabetes)
¡Cuidados a la vista!
Uno de los cuidados que se deben mantener, estando o no de vacaciones, es el uso de lentes de sol, incluso con el cielo nublado. Es sabido que los rayos UV hacen tanto daño a los ojos como a la piel, y aunque el reflejo no llegue de forma directa, siempre habrá algún factor que los direccione, tal es el caso del agua de mar o piscina, lo mismo que la nieve o la arena.
En todos los casos y en especial si se practican deportes, la profesional recomienda lentes con ajuste correcto a la forma de la cara, de tal forma que protejan el área ocular, de lo contrario, se aumentan los riesgos si llegara a entrar alguna partícula.
Los lentes de contacto pueden contaminarse al contacto con el agua de mar o piscina, por lo que la oftalmóloga indica que debe prescindirse de los mismos al momento de realizar estas actividades.
Los climas extremos pueden causar resequedad en los ojos. En estos casos, mantener la hidratación en todo el organismo es fundamental, y allí juega un papel importante la alimentación a base de frutas y el agua que se consuma seguidamente. De otra parte, las lágrimas artificiales mantienen el ojo humectado.
Una buena práctica adquirida en pandemia es el continuo y correcto lavado de manos, una rutina que no debe desaparecer durante la temporada de descanso, toda vez que éstas involuntariamente estarán en contacto con el rostro, los ojos y son fuente de bacterias e infecciones. Por tanto, el lavado de manos no es negociable.
En la prevención está la garantía de una buena calidad de vida y cuidando la salud visual se pueden disfrutar de unos días de vacaciones en cualquier destino.