¿Preparas tu boda para el próximo año? De ser así, la organización de la misma ya debe estar muy avanzada y en materia de tendencias, toda la información suministrada para dar partida a lo que se va a realizar.
En un evento de esa magnitud, cada detalle tiene la misma importancia, no se supone una escalera de intereses en la que la cima es la novia y su atuendo, todo supone el mismo esmero y por tanto la decoración, que atrae desde la llegada de las invitaciones, se filtra entre las novedades que se van aplicando año tras año.
De otra parte, es ese aspecto que entra directamente por los ojos, que atrae, atrapa y perdura en la memoria de los asistentes, porque sencillamente es el contacto directo con las emociones y el vehículo que transporta a ese universo que rodea a la pareja y se descubre en su gran día.
Como cada evento, independiente de su naturaleza se ha convertido últimamente en un espacio de experiencias, la boda no escapa a esta propensión y los espacios dedicados a cartas, mensajes o hasta regalos para los invitados cobran mucha importancia y son una parte más de esa decoración actual.
Y volviendo a los detalles fijos en la fiesta, el ‘seating plan’ se reinventa según la personalidad y gusto de la pareja, aunque también se ciñe al protocolo y la etiqueta del evento. El formato lista en un elegante diseño se mantiene, pero igualmente puede ser menos sobrio y por el contrario acudir a detalles vistosos.
Una alta dosis de naturaleza se apodera de las bodas y jardines verdes con diseños sencillos pero llamativos, cuelgan, incluso de las lámparas, otorgándole un aire fresco a la estancia, que al hacer parte del registro fotográfica, le ha de imprimir un aspecto atemporal, incluso en la posteridad.
En ese proceso decorativo no sólo se incluyen flores, ese espacio también lo ocupa la misma comida, que se ubica de forma sutil en pequeños “bodegones” con frutas y verduras de temporada. En lo que respecta a Cartagena, la repostería típica puede mimetizarse en otros detalles con su gran colorido.