La creatividad en la organización y la atención en los detalles, hacen que este espacio previo a la boda se convierta en una experiencia inolvidable tanto para la homenajeada como sus acompañantes. Celebrar juntas ese acontecimiento es un momento especial que ha evolucionado y ahora toma partida en una o varias jornadas.
En el amplio espectro de la boda, la despedida de soltera conserva relevancia, aun cuando se mantiene un tanto alejada de la fiesta como tal y a la que sólo asiste un pequeño grupo conformado por las más allegadas a la novia.
Con los años ha adquirido mayor protagonismo, y como se indicó, su evolución la ha llevado a perder ese carácter de festividad erótica de antaño para convertirse en una oda a la felicidad en la que los gustos de la novia priman en medio de la complicidad de sus amigas.
Atrás quedó la fiesta decorada con motivos sexuales y el stripper con su baile insinuante, las conversaciones ataviadas de ‘consejos’ por parte de las mayores del grupo y las mamás incómodas ante tanto derroche de ‘modernidad’, para dar paso a los viajes a otras ciudades e incluso países, con compras y cenas incluidas y los remates de spa en lugares especializados que preparan a todas para el gran día.
Marcar la diferencia
Como la idea es brindar atención a esos gustos de la novia que por lo general comparten muchas de su grupo, las actividades que derivan en situaciones que colmen de felicidad y ante todo le alejen del estrés natural que produce toda la organización de su boda.
Los planes son innumerables y todos adaptables a disponibilidad y presupuesto. Van desde un divertido paseo en yate para lograr el bronceado que se ha de lucir en la fiesta, hasta talleres de cerámica, pintura, maquillaje o repostería, entre otros, que puedan dejar una grata experiencia para compartir unidas más adelante.
Si se ha optado por disfrutar de una jornada de spa, los que se ubican en hoteles ofrecen ese plus de mantener al grupo relajado con la certeza de que sus necesidades encontrarán el recurso perfecto para convertirse en la antesala ideal para la fiesta final.