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Revista viernes

Juan Pablo Vega, la otra mitad de los artistas

Después de cosechar satisfacciones, el trabajo se reanuda con Santiago Cruz, Ximena Sariñana y otros artistas desde la producción.

Juan Pablo Vega, la otra mitad de los artistas
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Cantante, productor, compositor, lo suficiente como para situarse en el Olimpo de la música y, sin embargo, tiene la actitud de un joven sorprendido ante la noticia que sin pretensiones recibió y con sorpresa empezó a digerir.

El bogotano Juan Pablo Vega está ligado a lo más selecto de la música latina, no en vano ha sido el productor y arreglista de éxitos que suenan en la voz de otros, aunque en su carrera también se cuentan esas letras que guarda para sí y que nuevamente se reúnen en forma de álbum para llegar unidas a un nicho especial que le sigue.

Precisamente ese compendio que tituló “Despídeme de todxs” está nominado a los Premios Grammy Latinos, va por la categoría “Mejor álbum pop-rock”, una competencia fuerte, hay calidad, de eso no queda duda, además, su trabajo también está en otras menciones en interpretación de algunos de sus colegas.

Como productor no me caso con un solo género y ofrezco respaldo al artista apoyando su idea y contrastándola”

Juan Pablo Vega

Juan Pablo concede esta entrevista con la felicidad grabada en el rostro, expectante ante otro buen acontecimiento, esta vez al lado de alguien a quien admira y considera uno de los mejores compositores latinos, el creador del R&B en español, Leonel García. En una misma semana ha cosechado emociones que le mantienen al frente de esa pasión que le ha acompañado siempre, y concluye con el lanzamiento de “Lo que falta de mi” con el talentoso integrante de “Sin Bandera”.

El reflejo de la pasión

La música de este artista tiene un tinte especial, es producto del rigor, porque con mucha precisión maneja cada detalle, pero no se enmarca con un rótulo de inalcanzable, está allí al alcance de todos.

Hace diez años lanzaste “Nada personal”, tu primer álbum, ¿Cómo ha sido ese tránsito hasta el día de hoy?

Muy divertido. Hemos hecho un trabajo colectivo que al final me ha dejado ir peldaño a peldaño, sin traicionarme, sin ningún tipo de concesión en mi música, entonces creo que ha sido una gozadera poder hacer lo que he querido.

Sigues siendo la otra “parte” de algunos artistas, ¿Cómo armonizas tu trabajo y el que haces para ellos?

El trabajo como productor muchas veces se transforma en terapia, dónde te tienes que encargar de lidiar y “proteger” al artista de sí mismo. Muchas veces piensan que sus creaciones son excelsas y merecen toda la atención, entonces entro yo a aterrizar un poco el proceso y darle objetividad, para que la producción no sea una obstinación y generar un consenso que permita sacar lo mejor de las dos visiones. Cada artista tiene un universo distinto, es un trabajo que me permite aprender para aplicar en lo mío.

¿Cómo fue el proceso creativo de “Despídeme de todxs”?

Este disco está muy situado dentro de la sonoridad de los 70s, nos dimos licencias en cuanto a la forma de grabar, está hecho por músicos reales en un estudio, fue la apuesta a devolver la vida a los procesos creativos, mermándole un poco al proceso digital. También tengo que decir que en cuestión de espacio y tiempo está situado en la postpandemia, por tanto, refleja nostalgia y añoranza del pasado.

Está nominado a los Grammy el disco “Nueve” de Santiago Cruz y una de sus canciones, de los que fuiste productor, ¿Cómo ves todo este proceso?

Estoy feliz al ver que la Academia reconoce mi música dentro de un ecosistema, donde muchas veces lo que se miden son los números. Es satisfactorio que le den un lugar a un proyecto que tiene un público, que no es el más masivo, aunque aclaro que ese nunca ha sido nuestro objetivo. Santiago es un gran amigo, lo quiero, admiro y respeto, es un artista con una carrera digna y me alegra que su disco sea reconocido, así como la canción “1.200 kilómetros”, que está dentro de un contexto socio-político colombiano y con un ritmo afrocubano que la academia supo identificar.

¿Cuál es tu método para trabajar en dos proyectos tan disímiles?

En el disco de Santiago nos dimos un espacio en Ciudad de México, vivíamos en el estudio y él me dio la batuta para que lo hecho, no se revisitara más, evitando cambios, fue un disco puro que se hizo y quedó. En lo mío me doy licencias para trabajarlo de a poco, aunque no le resto importancia y le dedico su tiempo, afortunadamente siempre estoy creando.

Al ser un artista independiente, ¿Cómo es tu relación con la industria?

Soy independiente dentro de mi creatividad, pero me doy cuenta que la misma no es tan rara, finalmente yo obedezco al pop, mi música puede estar en todo, entonces no considero disruptiva mi propuesta y encaja, obviamente las tendencias son otras y eso me hace ver “rarito” dentro del pop, pero sigo estando allí.

¿Cuál es la canción que más te identifica en tu trayectoria?

Cuando estoy en casa y mi mamá pone mi música, me siento extraño, como cuando te cantan el Happy Birthday, aunque es algo que he ido superando y hay una canción que se llama “Perderme”, un bolero con jazz, medio soulera también, es de las que más disfruto.

¿Qué experimentos nuevos vienen?

Tengo mucha música represada y hoy sale “Lo que falta de mí”, una colaboración con Leonel García, y después me dedicaré a responder la nominación de los Grammy, de los Premios Rolling Stones, la actuación en el Festival Cordillera y preparar la gira que podría incluir a Cartagena, la ciudad de mi novia.

¿Cantante o productor?

En un punto quise dividir, pero hoy no tengo problema con que vayan de la mano.

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