En conmemoración del Día Nacional de la Atención Primaria, es pertinente resaltar que frente a nuestra cotidianidad estamos expuestos a diversas situaciones que ponen nuestra salud en riesgo de distintas maneras, en algunos casos puede tratarse de algo leve, pero en otros puede que requiera de una atención inmediata. Sin embargo, a todos en algún momento nos ha generado dudas saber a qué tipo de atención debemos recurrir y cuál sería la más apropiada para nuestro problema, por esta razón, Laura Valero, directora Médica de Bienestar IPS, explica a cuál recurrir según sea el caso.
Urgencias: modalidad que busca preservar la vida y prevenir las consecuencias críticas, permanentes o futuras, mediante el uso de tecnologías en salud para la atención de usuarios que presenten alteración de la integridad física, funcional o mental, por cualquier causa y con cualquier grado de severidad que comprometan su vida o funcionalidad.
Consulta prioritaria: atención de pacientes con condiciones médicas que no comprometen su estado general, ni representan un riesgo evidente para la vida o pérdida de miembro u órgano. (Lea aquí: 7 signos que podrían indicar cáncer de colon y recto)
Consulta No Programada: se refiere a aquella que no se encuentra dentro del agendamiento del día, con disponibilidad para no superar un agendamiento del paciente en sede mayor a las 6 horas.
Consulta Externa: servicio ambulatorio para pacientes con una cita asignada previamente que acceden a atenciones médicas de primera vez o controles.
En Urgencias, antes de asignar la atención al paciente se le realiza clasificación Triage, el cual es un sistema de priorización que tiene objetivo identificar los casos agudos que requieran atención inmediata y ayuda a la organización y tiempos de atención según el nivel de necesidad requerido de cada paciente.
Existen 5 niveles de Triage: 1. Emergencia vital, de atención inmediata; 2. Emergencia, atención hasta en 15 minutos; 3. Emergencia, atención hasta en 90 minutos; 4. Sin urgencia Inmediata, atención hasta en 24 horas y 5. Consulta externa.
Hay factores que pueden modificar la decisión de acudir o no acudir a urgencias, y probablemente en algunos contextos es difícil analizarlo de forma objetiva. Sin embargo, es aconsejable sopesar si realmente el problema o enfermedad que padecemos es susceptible de visita hospitalaria o no, así no colapsamos un sistema que puede ser prioritario para otra persona.