Y la fecha llegó. Allí estaba Ricardo Montaner en su Buenos Aires natal presentando el álbum soñado, ese que lo hizo regresar al pasado a golpe de recuerdos y posarse en su barrio, donde el tango es un marco intangible, pero siempre perceptible.
Envuelto en baladas se ha visto al argentino más venezolano, sin embargo, hubo momentos en los cuales un tango se apoderaba de su razón y le hacía recordar ese compromiso tácito con su padre y su abuelo Laurentino, quienes siempre le animaron a entrar en ese mundo que por derecho le pertenecía.
El momento no se hizo esperar y por fin presentó “Tango”, una selección de once temas que se pasean por esa remembranza de Valentín Alsina y lo devuelven a sus orígenes, a la casa familiar y a esos seres que influyeron notablemente en su consolidada carrera.
En el marco de esta fecha, Montaner también se refiere a los proyectos que le ocupan, hay mucha música, un reality con la familia, el orgullo que le produce verla crecer ahora por cuenta de los nietos, porque si bien no se estrena como abuelo, llegó Índigo, la hija de su niña, y ya se apresta a esperar el arribo de Apolo, el primer vástago de su hijo Mau. (Lea aquí:Los Montaner revelan detalles de su docu-reality en Disney+)
Ricardo está pleno, con la satisfacción de haber hecho las cosas en su debido momento, sin pasar por encima de nadie y crear un universo propio que se basa en mensajes constructivos, con la certeza de que llegaron a dónde iban dirigidos.

El álbum
Antecedido por dos proyectos muy especiales, “Montaner” en 2019, arriesgando con nuevos sonidos, y en 2021 apareció “Fe”, el álbum número 26 de su exitosa trayectoria, donde las letras con contenido espiritual fueron la mejor manera para agradecer a Dios, ahora el cantautor se remite a un territorio poco explorado, pero bien conocido.
La génesis de este proyecto, según cuenta, se dio en enero, a los pocos días de la boda de su hijo Ricky, toda vez que decidió junto a su esposa Marlene quedarse en Buenos Aires para trabajar en el estudio y se unió a su gran amigo Gerardo Rozín, periodista argentino recientemente fallecido y Diego Núñez para adelantar la tarea.
“Con ellos hice varias reuniones de repertorio. Gerardo tenía muy claro qué tangos quería que grabara, yo también sabía los que no podía obviar y Diego ponía orden en una propuesta de más de 30 canciones, al final, Gerardo con su varita mágica me indicó que grabara “Fuimos”, no la conocía y me la aprendí, convirtiéndose en una de mis favoritas”, aclara Montaner.
Dentro del listado hay esas letras que tienen estrecha relación familiar. “Cuartito azul” era el tango preferido de la mamá de Ricardo, por su parte “Nostalgia” le recuerda a su padre, y la selección en realidad obedece al gusto de Gerardo, Diego y él.
Hoy, cuando todo está cumplido, se atreve a decir que el tema que más trabajo le dio al grabar fue “Por una cabeza”, no le fluía al inicio, sin embargo, lo logró y es una de las que más refleja el sentir del género. De otra parte, espera lanzar “Tango II”, para reunir un repertorio numeroso que le permita girar con un espectáculo propio.
La idea del artista es que el tango vuelva a ser un género de carácter universal, toda vez que su transformación es evidente, sus temas han sonado de diversas formas y ya era el momento de devolverlas al Río de la Plata, de allí que el álbum tiene ese reto por cumplir. Este paseo por el arrabal antecede a un nuevo álbum de baladas inéditas que Montaner prepara para el próximo año.
Proyectos en familia
Ricardo Montaner reconoce que está transitando un maravilloso momento de su vida, lo que llama “síndrome de libertad”, donde puede hacer cosas que le gustan y ha guardado en su corazón, gustos que antes quizá no podía darse por los compromisos y contratos estrictos.
Por estos días está en La Voz Argentina y escucha muchas personas cantando géneros que arrastran una carga nostálgica que devuelve a la raíz, lo que le ha llevado a pensar en un futuro no lejano ir país por país para hacer, a manera de ejemplo, las “10 mejores canciones románticas de Chile de todos los tiempos”, lo mismo en Colombia, México, entre otros, unos “gustitos” que se va a permitir.
De otra parte, es de amplio conocimiento que la familia Montaner permanece unida. Cada uno de los retoños ya ha definido rumbo personal y profesional, sin embargo, en medio de ambas dinámicas confluyen en la casa de Ricardo y Marlene.
Precisamente esas vivencias van a estar a la orden de sus seguidores. En cualquier momento Disney hace el anuncio del lanzamiento de Los Montaner, la serie que entra a su casa y de la cual ya están listos los primeros capítulos, editados y entregados.
Con respecto a su faceta de cabeza de la familia, ver crecer a sus hijos y la llegada de nietos, es una de sus mejores experiencias, y aunque por parte de sus hijos mayores Alex y Héctor ya es abuelo hace algún tiempo, el interés mediático se concentra ahora en el nacimiento de su quinta nieta, Índigo, la bebé de su hija Evaluna y el colombiano Camilo Echeverry.
Al respecto anota que la llegada de la niña fue esperada por toda la familia en casa, teniendo en cuenta que el parto se efectuó allí, y el momento más emotivo lo vivió a los seis días cuando debió continuar con la gira, y reconoce que lloró mucho ante esa separación. Ahora procura escaparse entre conciertos de su gira en México, igualmente desde Argentina viaja a Miami para verla.
Con 40 años de carrera consolidada, Ricardo Montaner ha creado su propio sello musical que traduce su independencia musical y se alista para emprender una gran gira por Europa durante el mes de noviembre y parte de diciembre.
