El papel es un elemento muy presente en la vida diaria. Está en el cuaderno en el que escriben los estudiantes, en las servilletas a la hora de comer, en las etiquetas de los medicamentos, en periódicos y revistas. Y el papel, como todos los productos que usamos, tiene un impacto medioambiental. Detrás de las páginas de un cuaderno o de un libro hay árboles talados, transformación de madera a celulosa, blanqueamientos con agentes químicos.
“Desde hace unos años la tendencia mundial de la industria papelera está orientada a la conservación del medio ambiente, y acorde con esta directriz, empieza a desarrollarse el papel natural, en cuya fabricación se emplea 100 por ciento fibras vírgenes de caña de azúcar y no se utilizan químicos blanqueadores”, indica Giovanna Betancour Robles, funcionaria de Carvajal Educación.
El bagazo: un caso ecológico
El papel natural se origina con el bagazo, un residuo de la producción de la caña de azúcar, que en la anterioridad se desechaba y que ahora se usa como insumo. Este bagazo, o fibra virgen de caña, entra en un ciclo de lavado, limpieza y cocción para convertirlo en pulpa de papel, un producto natural sin químicos blanqueadores de impacto negativo con el medio ambiente. El resultado es un papel con un tono crema con un excelente desempeño y funcionalidad, listo para ser usado en oficinas y casas contribuyendo a la sostenibilidad del planeta.
En el mundo se fabrican al año 400 millones de toneladas de papeles para impresión, escritura y empaques. El 98 por ciento de esta producción proviene de fuentes maderables y de procesos de reciclaje, solo el 2 por ciento de pulpa de fibras alternativas y apenas el 0.6 del bagazo de la caña.
De otra parte, el papel natural, con su línea de productos de cuadernos y papeles elaborados a partir de la caña de azúcar, libre de cloro, cumple un gran papel en el cuidado del medio ambiente.
Beneficios ambientales
En comparación con la fabricación de una tonelada de papel blanco, en la elaboración del papel natural se consume un 13,5 por ciento menos de energía, 8,4 por ciento menos de vapor y un 9,3 por ciento menos de agua.
El bagazo es un residuo agroindustrial que no compite con la producción de alimentos, ni con la utilización de suelos como sucede con el papel tradicional fabricado a partir de madera.
Los cortos tiempos de renovación del cultivo de caña de azúcar (8 a 10 meses) frente a otras fuentes de fibra como la madera de los árboles que llevan de 8 a 15 años en culminar su ciclo de cultivo, hacen del bagazo de caña una alternativa ambiental y sustentable.
En la fabricación de este papel no se usan químicos blanqueadores como el cloro que producen aguas residuales contaminantes.