Como todos los años, el mes de enero es para recargar energías, y para tal misión, el actor y cantante Karoll Márquez llega a Cartagena, donde además de familia y amigos, tiene una comunión inevitable con el mar para de alguna manera “limpiar” su cuerpo y mente y organizar lo que ha de venir.
Estos días han estado enmarcados en una rutina muy local, visitas a los padres, departir con los viejos amigos, sin dejar de lado algunos proyectos que serán segundas partes, todo dentro de la planeación que enmarca su vida personal y artística.
Reflexionando sobre lo que sucede y el año que acaba de culminar, advierte que si bien su posición es optimista, no desconoce la particularidad que ha rodeado todo y lo nefasto que fue para muchos, desde diferentes aspectos; de igual forma siente que hay actitudes que se pueden condicionar y eso depende de cada quien.
En ese orden de ideas, Karoll Márquez indica que el aprendizaje de este tiempo aciago fue muy valioso, lo aprovechó al máximo y señala que está pasando por un momento que le hace sentir pleno, y eso ayudó a que en el 2020 no entrara en contradicciones que podrían derivar en tristezas, toda vez que si bien es un poco ermitaño, reconoce que encerrarse por gusto propio es muy diferente a hacerlo por presión.
De otra parte, siguió en su rutina, en eso que por nada deja de lado, como son sus ejercicios vocales, y físicos, las lecturas, la música y sacarle provecho a cada rincón de su casa, convirtiéndolos desde un estudio de grabación, hasta un espacio idóneo para la danza y el entrenamiento.
Hoy, cuando aún la incertidumbre maneja muchos aspectos de la vida, le pone valía a lo que alcanzó a realizar y afirma que la pasó muy bien, aunque siendo un artista escénico el trabajo se afectó y al ser tan metódico, la dificultad fue enfrentada con entereza, logrando salir airoso y con muchas enseñanzas.
Logros y pendientes
La satisfacción del deber cumplido no implica que se olviden los proyectos aplazados. Sin embargo desde la óptica de lo que se pudo realizar, Karoll Márquez se siente orgulloso de esos logros alcanzados y que pensó en medio del afán cotidiano, estarían más lejanos, tal es el caso del show “Ellas en mí”, en el cual también se atrevió a ser el productor ejecutivo, un espectáculo que pudo generar trabajo para muchos a través de su talento y creatividad.
“Ellas en mí” era una idea que le acompañó por años. El artista cartagenero siempre se preguntó porqué no había un hombre que se atreviera a cantar esas letras interpretadas por mujeres, si las mismas pueden ser muy poderosas y tan dicientes, pero su misión estaba allí, en lograr ese objetivo.
La cuarentena le dio esa licencia y se reforzó con la oportunidad brindada por el Teatro ABC de realizar el show en streaming en aras de la virtualidad que inunda la nueva normalidad, entonces empezó el proceso que terminó viendo la luz. Hoy cree que de estar todo “normal”, tal vez aún el proyecto estaría en el tintero, porque sencillamente se aplazaba en medio de otras tareas que se adelantaban de manera presencial.
Ahora, cuando el éxito y la buena crítica asisten a “Ellas en mí”, la tarea está en llevarlo ante un público presente en el escenario, toda vez que merece el rescate de ese repertorio y que sea disfrutado como en su momento lo hicieron sus intérpretes originales.
Precisamente cuando se habla del repertorio, Karoll indica que al estar en sus propósitos desde hace muchos años, fue fácil organizarlo, añade que tuvo una “curaduría”, no sólo personal, sino que concienzudamente lo contempló con personas cercanas a su equipo.
De otra parte, al venir de una familia netamente musical, lo hace tener canciones que le evocan a su madre y otras a su padre, pero en este caso el componente del show está en letras que le recuerdan a su mamá, su abuela, la hermana y todas las mujeres que han acompañado su vida, y se enfocó en esa identidad cantada desde la visión de un hombre.
“No había un nicho específico para este show, por eso fue tan variado el repertorio, con canciones ochenteras, también de los noventa y por supuesto las actuales; de artistas insignes como Rocío Jurado, pero también modernas y vigentes como Shakira”, indica el cantautor.
Entre descartes y elecciones, se fue dando el proceso, Karoll asegura que no fue testarudo, escuchó a su equipo y al final se completó ese show que pudo presentar de manera diáfana y acompañado de mujeres muy cercanas a su arte, con quienes además comparte la sensibilidad que rodeó esas canciones.
El 2020 empezó con muchos compromisos, los mismos que cedieron ante el confinamiento, pero una vez entró el segundo semestre, la virtualidad se aprovechó y se retomaron los shows de “Hombres a la plancha”, también el propio que tuvo ejecución inmediata, siempre acoplándose a lo nuevo.
En medio de esta situación que aún no define lo que se puede hacer con claridad, Karoll advierte que los planes son a corto y mediano plazo, con proyectos que incluyen tal vez una temporada por fuera del país y aunque no ha planteado la creación de un álbum teniendo en cuenta las exigencias de la industria, está en el tiempo de dejar que fluya todo.
En lo que a la actuación se refiere, cree que ya por fin se estrena una novela que grabó con antelación, se llama “Los medallistas” y en la que hace parte de una de las tres historias que allí se condensan. También hay un proyecto interesante y algo más que no nombra por confidencialidad, pero que le ilusiona mucho.
Entre todos los planes musicales realizados, los que están por venir y su vida tranquila, transcurre esta nueva realidad de Karoll Márquez, quien no sólo cumple sus sueños, también años, porque hoy, suma uno más a su calendario en medio del cariño de quienes le rodean y lo admiran aunque sea en la distancia.
