La dispepsia es un complejo sintomático que constituye un motivo de consulta muy frecuente en la población general. Su elevada frecuencia conlleva un consumo considerable de recursos sanitarios y tiene un impacto importante sobre la calidad de vida y la productividad laboral.
Se define como la presencia de malestares crónicos y recurrentes en la parte central del abdomen superior (“la boca del estómago”), entre los que se incluyen síntomas variados tales como dolor, ardor, distensión, sensación de llenura, eructos, náuseas o vómitos que pueden ser continuos o intermitentes, que han debido aparecer al menos 6 meses antes y estén activos durante 3 meses.
La sensación de plenitud puede producirse después de ingerir una pequeña cantidad de comida (saciedad precoz), después de una cantidad normal de comida (saciedad posprandial) o bien no tener relación con la alimentación.
Esta entidad puede ser la manifestación de diversas enfermedades orgánicas, sistémicas o metabólicas o no tener causa evidente, lo que se conoce como dispepsia funcional. Siendo esta última la causa más frecuente (60%). Este padecimiento representa un reto para el médico debido a la frecuente sobreposición con otros síndromes digestivos, la errática respuesta terapéutica y la búsqueda constante de una estrategia de diagnóstico y tratamiento eficiente para cada sujeto, ya que puede deberse a diversos mecanismos fisiopatológicos que incluyen motilidad alterada, factores alimentarios (alimentos picantes, muy calientes o quemados), genéticos, alérgicos, postinfecciosos, inflamatorios, sicosociales y neoplásicos.
Sin embargo, el 50-60% de los sujetos con dispepsia no tienen lesiones estructurales que expliquen sus malestares. Ahora bien, la dispepsia pudiera ser un síntoma de la gastritis. Dentro de otras causas frecuentes de dispepsia están enfermedad por reflujo gastroesofágico, vaciamiento gástrico retardado, consumo de fármacos o sustancias y cáncer. La ansiedad y depresión por sí misma no causan dispepsia, pero pueden empeorarla.
En la mayoría de los pacientes se usa tratamiento empírico encaminado a tratar las causas más frecuentes, sin embargo, es recomendable verificar que pacientes son candidatos de una endoscopia precoz. Estos son pérdida de peso significativa, vómitos intensos, dificultad para tragar, sangrado digestivo, masas abdominales o ganglios aumentados de tamaño.
Por otro lado, la gastritis es una enfermedad inflamatoria aguda o crónica de la mucosa que reviste al estómago, afectando más comúnmente mujeres y sobre todo entre los 20 y 55 años. La gastritis puede manifestarse con dispepsia. Es producida por varios factores, como la infección por la bacteria Helicobacter Pylori, el consumo de algunos medicamentos como los AINES, alimentos irritantes, alcohol, cigarrillo, entre otros.
El Helicobacter Pylori es el principal agente causal de las gastritis crónicas, ulceras pépticas y cáncer gástrico. Afecta a aproximadamente el 80% de la población colombiana y los estudios han mostrado que presenta una alta resistencia a los antibióticos.
La endoscopia de las vías digestivas superiores permite reconocer lesiones causantes de dispepsia, sin embargo, solo una minoría de sujetos con dispepsia no investigada tienen lesiones significativas por endoscopia.
Establecer una fuerte relación médico-paciente, asegurarle al paciente que se trata de un padecimiento benigno libre de complicaciones y recomendar cambios en el estilo de vida y en la alimentación, pueden ayudar al control sintomático en la dispepsia funcional. Siempre que existan signos de alarma deben ser valorados por médicos especialistas y en la medida de lo posible realizar procedimientos endoscópicos y biopsia.
Katherine Redondo De Oro
Médica Especialista en Patología