La Organización Mundial de la Salud tiene una definición muy específica acerca de lo que es un paciente crónico, ya que es aquel que tiene una patología diagnosticada con un largo periodo de duración, con consecuencias durante toda su vida. En este grupo se encuentran la diabetes, la hipertensión, artritis, entre otras.
Con esta ilustración, cualquier persona entra en el grupo, aunque es de aclarar que estas unidades se han diseñado para atender a ese tipo de pacientes que tienen dependencia severa o moderada, es decir, que el individuo además de tener esa enfermedad crónica, tuvo complicaciones o secuelas, bien sea de tipo físico o mental que no le permite hacer sus actividades más elementales, indica la doctora Andrea Beltrán, Médico Jefe del Centro Médico Buenos Aires.
Esta población de pacientes crónico resulta muy onerosa al sistema de salud, porque viene con una carga de enfermedades, entra a una Unidad de Cuidados Intensivos y generalmente, luego de recibir la atención impuesta con tecnología, también requieren de soportes y dependientes de otras ayudas.
Anteriormente este tipo de unidades no existía y el paciente quedaba retenido en la UCI, sometido a diversos riesgos, uno de los primero es perder el ciclo vigilia-sueño al estar inmerso en un sitio que no permite ver despuntar y ocultar el sol, alterando el estado mental y orgánico del paciente, lo aleja de la familia, pues las visitas son en instantes precisos; y adicionalmente lo somete al riesgo de infecciones propias del lugar con gérmenes que han crecido en su resistencia, advierte la doctora Beltrán.
La necesidad se fundamentó en lo anterior y su creación empezó a ganar notoriedad en algunas instituciones que a nivel internacional lo conocen como auspicio, en Colombia y en Cartagena, se le denomina Hostal.
¿Cómo funciona?
Cuando un paciente crónico hace su arribo a esta Unidad, se le está garantizando de primera mano la disminución notable en el riesgo de infecciones, de igual forma la posibilidad de que un familiar esté acompañándole las 24 horas y participe en el proceso de recuperación y rehabilitación.
La Unidad de Cuidado Crónico se puede decir es el escalón intermedio antes de llegar a casa y la finalidad es poder lograr ese regreso a su hogar. En este sentido, la doctora Andrea Beltrán, como estudiante de Maestría en Administración en Salud de la Universidad del Rosario y junto a una enfermera epidemióloga, han logrado desarrollar un programa de formación a cuidadores primarios.
El cuidador primario es el familiar que tomó la decisión de acompañar al paciente durante su proceso de rehabilitación. Este proceso es complejo, generalmente cuando sucede un evento adverso con un paciente, se genera una crisis familiar y la necesidad es de asumir la nueva realidad.
Este trabajo que se lleva a cabo con un acompañamiento psicológico para decidir, quién o quiénes tomarán las riendas del proceso, pues su proyecto de vida cambia inmediatamente, es parte del programa diseñado por la doctora Beltrán.
El primer paso es tener la consciencia de ser cuidador, después se les enseña el lado positivo de servir o acompañar al familiar y no verlo como una carga. El segundo escalón, que se trabaja con psicología, tiene que ver con el autocuidado de ese cuidador, toda vez que la sobrecarga puede llevarle a ser otro paciente al final del ciclo.
La red de apoyo familiar es muy importante en este proceso, se trata de repartir las funciones en torno al paciente para que todo no se centre en una sola persona, una vez superado todo esto se llega a una tercera etapa que es involucrar al cuidador en la atención propia del paciente dentro de la Unidad.
Este aprendizaje se cumple a través de enfermeras y fisioterapeutas para que enseñen a ese familiar a lidiar con traqueostomía, sonda, entre otros procesos, con el fin de que cuando el paciente vaya a casa y si aún lleva el dispositivo, haya una persona entrenada en su manejo sin reemplazo del médico o auxiliar.
Al terminar este componente, se le hace una evaluación al cuidador para determinar si está apto y si esto no es así se regresa al tema del refuerzo para entonces si afirmar que se tiene a una persona entrenada, indica la doctora Beltrán.
Cuando el paciente crónico entra a la Unidad con un pronóstico negativo, es decir, con una muerte cercana, se trabaja desde psicología el duelo anticipado. La familia debe tener conciencia y a la vez con el cuerpo médico unirse para brindar dignidad al paciente y empezar a cerrar el ciclo de vida alrededor de él, para que al momento del deceso no se generen sensaciones más allá del dolor.