La aplicación de la tecnología láser en odontología ha tenido una constante evolución con el pasar de los años. Cada vez son más las especialidades odontológicas en las que se aplican las diferentes variedades de láser, ya sea en procesos diagnósticos o terapéuticos.
Existen dos grupos de láseres, el de alta potencia o quirúrgicos y de baja potencia o terapéuticos. Los primeros tienen un efecto térmico, ya que son capaces de concentrar una gran cantidad de energía en un área muy reducida y, debido a ello, su gran capacidad de corte, coagulación y vaporización.
Por su parte, los láseres de baja energía, terapéuticos o blandos, carecen de este efecto térmico y su superficie de actuación es mayor; de este modo, el calor se dispersa, produciendo efectos de bioestimulación celular, regeneración tisular, alivio del dolor, y aceleramiento del proceso de cicatrización.
Uno de los objetivos primarios del odontopediatra es crear una buena relación con el niño, ya que si esto no se logra desde el primer encuentro con el pequeño paciente, será imposible realizar incluso las terapias más simples.
La aplicación del láser es una alternativa a las instrumentaciones clásicas (turbina, micromotor), que a menudo provocan un estado de incomodidad en el niño, causado por el ruido y las vibraciones, generando pérdida de colaboración del paciente en tratamiento.
El láser constituye un abordaje óptimo para el niño debido a que para éste es un instrumento menos agresivo porque se trata sólo de una luz que sirve para iluminar el diente mientras se lava con agua, suministrando al operador una total colaboración y aceptando con serenidad el tratamiento. Esto es importante para el odontopediatra, que a menudo debe tratar con niños muy pequeños buscando el máximo de la colaboración con el menor estrés posible del operado y del operador.
En el área de cirugía oral pediátrica el uso de láser es benéfico para optimizar tanto el momento quirúrgico como para el manejo del comportamiento del paciente, ya que, solo sería necesario el uso de anestesia tópica, en algunos casos, disminuyendo así la infiltración de anestésicos en los tejidos del paciente al igual que el miedo y la ansiedad del niño y padres.
JOSE IGNACIO LLAMAS GARCIA
Odontólogo, Especialista en Odontopediatría y Ortopeda Maxilar. Mastership Láser en Odontología, Mastership Safety en Láser (Universidad de Aachen - Alemania), Docente Corporación Universitaria Rafael Núñez.