Muchas veces el deseo de ayudar es mayor, pero se ve eclipsado por la carencia de recursos que permitan suplir las necesidades de un grupo o comunidad. Allí es cuando la voluntad juega un papel importante y con medios propios se puede desplegar un programa que cumpla con esas expectativas en una labor social.
Teniendo en cuenta lo anterior, la psicóloga Karen Carvajalino, miembro activo del Cartagena International School, decidió crear el Programa de Educación Productiva, con el fin de involucrar a los jóvenes residentes en el área de influencia de la institución, y hacerlos partícipes de una educación que dé frutos de manera rápida y los acoja de tal manera, que poca sea la deserción durante el aprendizaje.
El pequeño caserío de Pontezuela, ubicado en la zona norte de Cartagena, es el beneficiado con este plan que busca un efecto inmediato y que perdure en el tiempo, advierte Karen Carvajalino, pues mediante un estudio, logró determinar que el flagelo de la drogadicción y el micro tráfico se está constituyendo en parte de la vida de la población juvenil.
Ante esta problemática, la educación es la puerta de escape, sin embargo el colegio no basta y es por esto que aparece el inglés como una fuente de aprendizaje y productividad, teniendo como marco las necesidades del sector turístico que cada día se extiende más a ese territorio.
El enfoque se fue a dos habilidades que bien podían tener aceptación, una de ellas es el inglés, la otra, el emprendimiento. Con respecto a la lengua extranjera, el programa contrató a un profesor americano para garantizar la calidad, algo que se respalda con el uso total de las instalaciones del International School, con lo que se logra un impacto real, indica Karen.
El programa es intensivo, consta de dos horas de clases tres días a la semana y Ethan Flynn, es el encargado de brindar el dinamismo que requiere una enseñanza de este tipo, con prácticas reales en cada módulo.
En lo que a emprendimiento respecta, los jóvenes tienen acceso a tecnología de punta, con plataformas que les informan sobre diferentes programas relacionados con el tema y de esta manera cada uno busque la opción que más se adapte a su necesidad.
Desde el mes de junio se estableció el programa, que ha contado con la colaboración de un líder comunitario de la población y tras una convocatoria, se escogió el grupo, conformado por estudiantes de los dos últimos grados de bachillerato.
Con 36 jóvenes empezó este ambicioso proyecto, que ha logrado salir adelante con poca deserción y que espera dar continuidad el otro año; de otra parte, también busca vincular estudiantes de grados iniciales, para que el bilingüismo forme parte del cambio que llevará a la erradicación de la pobreza, mental y material.
El balance ha sido positivo, indica Karen Carvajalino, quien advierte que los padres de estos chicos también han tenido participación y eso es parte de la ganancia, pues todos le apuestan a un futuro diferente, donde la cultura es el eje principal.
El programa nació de lo que Karen y el International School tienen, por eso indica que la voluntad y la visión se unieron para aportar a la ciudad, pues con la preparación de las nuevas generaciones se logra un gran avance.
