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Revista viernes

Menos leyes y más familia, prevención del consumo

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De acuerdo con las noticias nacionales e internacionales, al parecer es inminente la legalización del consumo de algunos tipos de drogas.  Si bien las acciones del estado, leyes, vallas, etc. aportan al tema, la nuez de la prevención y ayuda es la familia.
Por esta razón se recomienda a los padres no desentenderse del tema y asumir una posición activa ante esta realidad.
Este, como muchos otros aspectos educativos, se debe trabajar de manera preventiva -desde la primera infancia- y no cuando se ha convertido en un hecho real, lo cual dificulta la solución del problema. Claro está que cada etapa evolutiva tiene un nivel de complejidad que marca unas características y necesidades, lo importante es que al llegar la adolescencia ya se haya realizado todo un trabajo al interior de la familia. Es real también, que a pesar de los esfuerzos de la familia hay casos que se salen de control. Algunos pilares para prevenir el consumo de drogas:

Conocer a los hijos
Es el primer paso y determina algunas de las actuaciones de los padres. Cada hijo es diferente, por consiguiente los padres deben conocer sus particularidades y así poder impartir asertivamente los objetivos educativos para cada uno, aunque se deben conservar unas reglas y condiciones generales en el hogar.
Trabajar la autoestima
Desde el conocimiento de los hijos, los padres deben potenciar las fortalezas y trabajar las debilidades, ejercicio que genera en ellos confianza en sí mismos y los hace sentir fuertes ante los demás; este es el resultado del equilibrio en la balanza entre lo positivo y lo negativo de cada quien. Una sana autoestima es una especie de “blindaje” ante los ataques y rótulos tan dados a presentarse en las aulas; también es una herramienta que da criterio ante las opiniones de los otros para defender las propias convicciones. Y juega un papel fundamental en la aceptación grupal que tanta importancia adquiere en la adolescencia.
Reforzar la voluntad y el autocontrol
No todos tenemos la predisposición a las adicciones, pero es importante tener claro que esto puede suceder. Tiene entonces un valor importantísimo el ejercicio de la voluntad y el autocontrol. La voluntad genera la fuerza interior necesaria para luchar contra una situación no conveniente, lo mismo sucede con el autocontrol, el cual regula los impulsos y previene situaciones de riesgo.
Comunicación y confianza
Es un binomio inseparable; la relación padres-hijos y viceversa debe construirse bajo estos dos conceptos. Lo uno lleva a lo otro, es decir, una relación que se construye bajo la confianza, abre las puertas del diálogo. A su vez, la comunicación está vinculada a la escucha activa por parte de los padres, la cual hace que los hijos se sientan valorados y a su vez sepan que es la familia es lugar óptimo para resolver dudas sobre este y otros temas de riesgo.
Dentro de este diálogo, está el deber de los padres de hablar con sus hijos de los daños físicos y emocionales que genera el consumo de las drogas. La información dada en los colegios es un complemento, no es suficiente.
Como sabemos, la prevención es una misión de todos: familia, escuela y sociedad; no obstante es la primera la que se encuentra en nuestras manos y depende de nosotros, las demás son factores externos.

Algunos factores de prevención:
1. Fortalecer los lazos familiares.
2. Desarrollar una disciplina familiar adecuada.
3. Proporcionar cercanía, apoyo, comunicación y trato afectuoso    con los hijos.
4. Conocer y supervisar sus actividades y relaciones sociales.
5. Tener actitud preventiva frente al consumo de las drogas.   
6. Fomentar el deporte.

Claves para detectar el consumo
Fijarse en la acumulación de factores en estos 3 indicadores:

A) Fisiológicos: olor a alcohol, aliento a tabaco, pupilas excesivamente dilatadas o contraídas, enrojecimiento, hinchazón o irritación de los ojos.
B) Comportamentales: alteración del sueño, hábitos de alimentación, desorden de horarios, no hacer tareas de casa o del colegio.
C) Emocionales: irritabilidad, aplanamiento emocional, agresividad o aislamiento.

Cómo actuar una vez detectado el problema
A) Consultar con los expertos.
B) Hablar con la persona de forma receptiva, tratar de que haga   conciencia de los riesgos del consumo
C) Brindarle apoyo para que lo abandone.

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