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Revista viernes

En China comen de todo... ¿Mito o realidad?

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Para nadie es un secreto que China es un destino envuelto en mitos y leyendas, que su historia esta marcada por emperadores de descendencia divina y suntuosos palacios de cuento para todos aquellos que se lancen a descubrirla. Pero también otra de las cosas que llama mucho la atención es su gastronomía conocida internacionalmente y de igual forma mitificada.
En Beijin, su capital, podrá encontrarse en medio de grandes atracciones como la Ciudad Prohibida,  la Gran Muralla China, el Palacio de Verano, la Plaza de Tian'anmen, pero se debe considerar incluir en la lista los mercados nocturnos de comidas de Donghuamen y Wangfujing Sanck Street, tendrá un paseo impresionantemente inolvidable.
Dong Hua Men, es el más grande de Beijin, se localiza al oeste de la avenida Wang Fu Jing, una de las principales calles de esta capital, muy comercial, muy moderna donde la antigua y legendaria China parece transformarse en un centro comercial de cualquier país desarrollado. Allí, poco antes de caer la tarde, sus puestos abren lentamente, los tenderos aparecen con sus delantales rojos y gorras del mismo color, colgando del cuello sus respectivas credenciales que los acreditan como vendedores legítimos del mercado y empiezan la "faena".
Entre tanto, a unos 300 metros de allí, en una calle lateral de Wangfujing se encuentra Wang Fu Jing Sanck Street. Su ambiente se siente desde antes de ingresar. Un arco da la bienvenida al angosto y largo lugar que en minutos se convierte en un hervidero de gente, donde decenas de puestecillos, alineados uno frente al otro, echan humo sin descanso mientras cocinan sus "sabrosos" pinchos de variados sabores.
La calle  de Dong Hua Men es más agradable, contrario al de Wangfujing Sanck Street, ellos presentan cada espacio en el que van a exhibir sus productos, de una forma mucho más limpia y organizada. Con hermosos faroles rojos de papel colgando de los árboles y con más "aire" para respirar, parece el mercado nuevo pero es el de siempre, que fundado en 1984.
Mientras el pasaje del "arco" es el más reciente y de menos calidad, los puestos son más apretujados y aunque también están decorados con los encantadores y tradicionales faroles rojos, el vapor, el humo y los olores entremezclados lo hacen menos placentero pero no menos interesante.

Aperitivos que quitan el hambre
En estos dos mercados de comidas, decenas de puestos ofertan muchos alimentos con un valor realmente económico. Todos exhiben los  precios en una tablilla colocada en la parte superior de cada puesto y frente al plato el respectivo nombre de lo que se puede saborear, esto hace más fácil desplazarse entre local y local en caso de que no se desee pagar el precio fijado, ni comer lo exhibido.
Pero esto, seguramente, no va a ser lo que va a recordar. Lo que definitivamente logrará llamar su atención serán los exóticos, raros y hasta miedosos pinchos unos "aperitivos" que le quitarán el hambre hechos con crisálidas de gusanos de seda, que quienes los han probado admiten que son duros por fuera y viscosamente malos por dentro.
Siguiendo el "paseo" continuará asombrándose al ver escorpiones ensartados en largos palillos de madera, todavía vivos, moviendo sus patas en un vano intento por escapar, estos son puestos directamente a la plancha caliente, luego rociados con azúcar y listo!, el comensal podrá llevárselo a la boca si se atreve.
En la categoría "marina" se encontrará con algo más comestible como tentáculos de pulpo, calamares, camarones,  pero también podrá probar las estrellas de mar que se dice es como comer "chicharrón de pescado". Tiburones babies, Caballitos de mar, insípidos. Y así sucesivamente... cucarachas, cienpies, grillos, cigarras, murciélagos y cucarrones, entre otros inesperados bichos. Cada brocheta tiene un valor aproximado de 2.800 pesos.
Pero en estos mercados también podrá encontrar platos más digeribles como albóndigas de cordero, pinchos de ternera, de pollo, berenjenas o piñas rellenas con arroz, noodles, frutas tropicales, con una excelente presentación; empanadas, aunque no es muy seguro con qué clase de carne; mazorcas de maíz cocidas…; etc. Por otro lado, el típico tofu es el culpable de invadir el ambiente con un olor particularmente repugnante.

"Cuento chino"
Estos mercados son muy exóticos con solo pasear y ver a los tenderos tratando de convencer al turista de probar los pavorosos pinchos ya es un espectáculo. Algunos los compran como acto de valor o simplemente para vivir una experiencia fuera de lo común; los meten en sus bocas no sin antes cerrar fuertemente sus ojos y al momento de masticarlos. Otros los compran con el único objetivo de obtener la foto para la "posteridad".
La pregunta es si los nativos de este país se atreven a comerlos o es puro "cuento chino". Si se pone más atención a los visitantes que a la insólita comida se podrá dar cuenta que la mayoría de turistas chinos están tan sorprendidos como los occidentales y apenas prueban la comida, aferrándose siempre a lo menos excéntrico como mazorcas, pinchos de cordero o pollo y calamares o tentáculos de pulpo para los más arriesgados. Esta claro que las crisálidas, los cienpies y los demás bichos, están reservados para el resto de visitantes del mundo.
Según, hasta finales de los ochenta cuando los turistas apenas empezaban a llegar a China, jamás se había escuchado hablar de pinchos de escorpiones o estrellas de mar fritas. El mercado nocturno ya existía y su producto más exótico eran los de calamares a la plancha. Pero los extranjeros se habían hecho una imagen de Beijing, distorsionada por libros y películas: un lugar misterioso con costumbres extrañas, entre las cuales estaba comer perros, escorpiones o serpientes. Tanto pidieron los turistas probar algunos de esos "manjares ocultos", que los vendedores del mercado nocturno comenzaron a proporcionárselos. Si los occidentales piden comer grillos, pues  se les dará, si prefieren los pinchos de cucarachas también las tendrán. Además, descubrieron que podían pedir tres veces más por esos raros manjares.
Por una u otra razón, la verdad es que estos mercados nocturnos son un espectáculo y aunque no todo el mundo tenga la "valentía" de comer allí, vale la pena acudir a ellos si se tiene el privilegio de viajar a China. No hay viaje a Beijin que se pueda terminar sin hacerles una visita.





Los pinchos de escorpiones y caballitos de mar son de los más "apetecidos". Irene Cassalins
Los pinchos de escorpiones y caballitos de mar son de los más "apetecidos". Irene Cassalins
Crisálidas, cienpies y tarántulas son de los que más espantan al turista. Irene Cassalins
Crisálidas, cienpies y tarántulas son de los que más espantan al turista. Irene Cassalins
Los chinos más arriesgados se inclinan por los tentáculos de pulpo o calamares. Irene Cassalins
Los chinos más arriesgados se inclinan por los tentáculos de pulpo o calamares. Irene Cassalins
Coloridos pinchos de frutas embellecen el extraño lugar. Irene Cassalins
Coloridos pinchos de frutas embellecen el extraño lugar. Irene Cassalins
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