El proceso de elaboración del vino encierra secretos, tradiciones y ante todo técnicas cada vez más organizadas con el único fin de lograr una excelente bebida. Hasta ahí todo transcurre como hace siglos, pero en la actualidad ha cobrado importancia la creación de vinos orgánicos.
La tendencia mundial es trabajar por la conservación del medio ambiente y un estilo de vida amigable con el planeta, proceso en el que también se incluyen los vinos y se implementó una técnica en viñedos, donde el producto cumple ciertas características para lograr el rótulo de orgánico.
Una particularidad de estos viñedos, es que entregan producciones muy pequeñas, con uvas seleccionadas, cosecha de recolección manual y todas las normas que propenden por la conservación del medio ambiente, como evitar los pesticidas y el uso de una fertilización natural.
Los vinos orgánicos no se han generalizado, es una propuesta que ha logrado aceptación, toda vez que cada uno de sus componentes le apunta al cuidado de la naturaleza, tal es el caso de las botellas, elaboradas en un vidrio especial y las etiquetas biodegradables.
No hay grandes diferencias entre una vinificación orgánica y la tradicional, pues la calidad gustativa entre este tipo de vino y el convencional es muy parecida, la diferencia la marca el proceso de producción, cuyo fin, como se anotó anteriormente, es preservar el medio ambiente.
En este tipo de viñedos, la mayoría de Europa y algunos ubicados en el Cono Sur, ofrecen cepas diferentes, destacando uno de los ejemplares como el “575 uvas”, de origen español, con una producción que no pasa las 2.533 botellas, por lo que su condición de vino orgánico está certificada, indica Margarita Peña, involucrada en este maravilloso mundo del vino.
El vino orgánico es vino, esa condición refleja calidad, protección de la salud y mucho respeto por la naturaleza, de allí que el placer será merecido al probarlo.
