Cartagena siempre es una ciudad llena de experiencias únicas para todos. Una ciudad que recibe y acoge. Locales y turistas, cada uno tiene su forma de disfrutar la inmensidad de La Heroica. Y como no, si está es una ciudad que lo tiene todo: historia, tradición, cultura, belleza. Una ciudad que vive y que aloja su historia en quienes tienen el gusto de conocerla, vivirla y recorrerla. Una ciudad que lo tiene todo para todos, una ciudad que se reinventa sin perder su magia y esencia, esa es Cartagena. Lee también: Recorridos por la bahía de Cartagena: opciones para vivir el turismo náutico.

Experiencias que reflejan la esencia de Cartagena
1. Caminar por la historia entre murallas
Cartagena no solo se visita, se camina. Uno de los mayores encantos de la ciudad es recorrer su Centro Histórico, donde cada piedra cuenta una historia y cada calle parece salida de un libro antiguo. Declarado Patrimonio de la Humanidad, este corazón colonial está rodeado por las famosas murallas, símbolo de resistencia y legado.
Caminar sobre ellas, sobre todo al atardecer, permite disfrutar de vistas mágicas del mar Caribe y del contraste entre la ciudad antigua y la moderna. Las fachadas coloridas, las aldabas talladas, los balcones cubiertos de flores y las plazas llenas de vida invitan a perderse sin mapa, solo con la curiosidad de quien quiere dejarse sorprender.
2. Explorar los barrios que guardan el alma de la ciudad
Más allá del centro amurallado, la ciudad se extiende en barrios que respiran autenticidad. Getsemaní, por ejemplo, un barrio bohemio, lleno de arte urbano, cafés escondidos, galerías y calles que estallan en colores y murales. Un lugar con raíces que le dan fuerza y personalidad a la ciudad.
Pero también están los barrios populares como San Francisco, La María o El Pozón, donde se vive la cotidianidad cartagenera: vecinos que conversan en la puerta, música en cada esquina, vendedores ambulantes con frutas frescas y niños que juegan en la calle. Conocerlos es ver la ciudad desde adentro, sin filtros, es sentir el calor humano y el ritmo imparable que la caracteriza.
3. Probar los sabores del mercado
El mercado de Bazurto es una experiencia para los cinco sentidos. Allí se concentran los sabores, los olores, los sonidos y las expresiones de la cultura cartagenera. No es un lugar de turismo convencional, sino de inmersión total: los locales compran, cocinan, venden y conversan en un ambiente único con olor a raíz.
En sus pasillos se pueden encontrar mariscos frescos, hierbas medicinales, frutas tropicales, condimentos únicos y platos tradicionales como el arroz de mariscos o el sancocho. Pero más allá de la comida, este es el lugar donde la ciudad popular y trabajadora se muestra tal cual es. Visitar ese lugar, es entender y ver a la ciudad desde sus entrañas.
4. Bailar al ritmo de la champeta
Quien escucha champeta por primera vez, difícilmente la olvida. Esta música nacida en los barrios populares cartageneros es pura energía, resistencia, y fiesta. Es el reflejo de una cultura que se expresa sin miedo, con ritmo y orgullo. Ir a un “picó” es sumergirse en una experiencia cultural que conecta con lo local, con el barrio, con los cartageneros que correan, bailan y gozan cada canción.

5. Sentir la calma del mar y el sol
Cartagena también regala momentos de paz, de esos que solo el mar puede ofrecer. Sus playas desde las tranquilas de Castillogrande y El Laguito, hasta la movida Bocagrande son perfectas para relajarse, tomar el sol y disfrutar de la brisa con olor a Caribe.
Pero si lo que se busca es una experiencia más cercana al paraíso, basta con tomar una lancha y navegar hacia Barú, las Islas del Rosario o Tierra Bomba. En estas, el agua cristalina, la arena blanca y el cielo despejado ofrecen una desconexión total. Es el lugar perfecto para hacer snorkel, disfrutar un almuerzo frente al mar o simplemente dejar que el tiempo pase lentamente. Lee también: 3 islas exóticas cerca de Cartagena que debes conocer.