Imagínate despertar en un lugar donde el mundo moderno parece no existir. No hay hoteles lujosos, ni señal de celular y la única forma de llegar es en un viaje de 18 días en barco. En medio del Atlántico Sur se encuentra Tristán de Acuña, la isla habitada más remota del planeta, un destino tan aislado que solo unos pocos han tenido la oportunidad de pisarlo.
Este rincón del mundo, con apenas 275 habitantes, no es un destino turístico convencional, pero su misterio ha despertado la curiosidad de viajeros intrépidos. Allí, la naturaleza domina el paisaje y la vida transcurre en un ritmo ajeno al resto del planeta. Si alguna vez soñaste desconectarte por completo, este es el lugar perfecto. Pero, ¿cuánto cuesta realmente vivir una experiencia en este remoto paraíso? Lee también: Este es el hotel más caro del mundo: descubre cuánto vale hospedarse una noche allí.

¿Dónde está Tristán de Acuña y cómo llegar?
Ubicada a 2.816 kilómetros de Sudáfrica y a 3.360 kilómetros de Sudamérica, Tristán de Acuña pertenece al Reino Unido como un territorio de ultramar. No hay aeropuertos ni vuelos comerciales que te lleven hasta allí. La única forma de llegar es en un barco de carga o investigación que parte desde Ciudad del Cabo en un viaje que dura aproximadamente una semana.
Debido a la complejidad del trayecto, los permisos para visitar la isla son limitados, y los costos de traslado pueden ser elevados, sumando miles de dólares por la travesía. No hay hoteles ni resorts, por lo que los visitantes deben alojarse en casas de locales.
La isla más aislada y su única ciudad
Tristán de Acuña tiene apenas 98 kilómetros cuadrados de extensión, rodeados por un océano indómito y un paisaje volcánico impresionante. Su único asentamiento, Edimburgo de los Siete Mares, alberga a toda la población, que comparte solo siete apellidos y una vida comunitaria basada en la autosuficiencia.
El acceso a bienes es limitado, y la economía local se basa en la pesca, la agricultura y la venta de sellos postales para coleccionistas. La conexión con el exterior es mínima, con barcos que llegan solo unas pocas veces al año con suministros esenciales.

A diferencia de otros destinos exóticos, en esta isla no hay hoteles ni Airbnb. Para alojarse, los visitantes deben solicitar permiso con meses de anticipación y coordinar con las autoridades locales. En algunos casos, es posible hospedarse con familias de la isla, lo que permite conocer de cerca su estilo de vida. Lee también: ¿Te atreves a visitar estos 4 destinos peligrosos del mundo?
El costo de la estadía varía según la disponibilidad y la temporada, pero se estima que un viaje completo, incluyendo traslados y alojamiento, puede superar los 10.000 dólares. Aunque no es un destino accesible para todos, quienes logran llegar experimentan una desconexión absoluta.