Dentro de la ciudad de Cartagena se encuentra el Cerro de La Popa, un atractivo que ofrece una de las vistas más imponentes de la ciudad. Era lunes, y tras tres intentos logré completar mi recorrido por el Cerro de La Popa para compartirles qué esperar al visitar este sitio por primera vez y los detalles de mi experiencia. Este lugar, cargado de historia y significado, es mucho más que una elevación geográfica; es un espacio que conecta a turistas y locales con el pasado de Cartagena.
Santuario de fe
Lo primero que deben saber es que el Cerro de la Popa es un ascenso geográfico de 197 hectáreas y 150 metros sobre el nivel del mar. Fue descubierto alrededor de 1510 por los españoles, quienes lo llamaron Cerro de la Galera, y a su cima, “La Popa de la Galera” debido a su similitud con la popa de un barco. Este lugar ha sido testigo de múltiples transformaciones a lo largo de los siglos. Más tarde, entre 1606 y 1611, el religioso Alonso de la Cruz Paredes construyó el convento y transformó el lugar, eliminando una estatua de la deidad que los esclavos africanos adoraban durante la época colonial. En su lugar, colocó una pintura de la Virgen de La Candelaria, quien se convirtió en la patrona de Cartagena. Lee también: Pasos para realizar la Novena de la Virgen de la Candelaria: patrona de Cartagena.
Atractivos que encontrarás en el Cerro de La Popa
Admirar panorámicas inolvidables
En mis tres visitas a este lugar, cada una tuvo un matiz distinto. La primera me permitió admirar la vista majestuosa desde la cima del cerro, un panorama donde la ciudad y el mar se funden en un cuadro impresionante. Desde esa altura, todo parece pequeño, casi irreal. Me podría atrever a decir que desde esa altura se puede observar la isla de Tierra Bomba, y claro, también podía ver a lo lejos aquellos rascacielos de Bocagrande que a esa altura dejaban la imponencia que los caracteriza. Los atardeceres en ese lugar se ven en todo su esplendor, porque la primera visita la realicé en la tarde donde el sol iba poco a poco cediendo y dibujando en el manto las luces de una ciudad que desde allá arriba se veía tranquila, diferente a todo con lo que diario me topo. Pese a que, ese día llegué un poco tarde, había personal en el lugar contemplando al igual que yo aquella vista merecedora de fotografías para guardar por siempre el recuerdo.
Descubre el Cerro de La Popa: Un viaje espiritual y cultural.
En la segunda ocasión, planeaba recorrer el convento - museo, pero me encontré con que el lugar estaba cerrado debido a las adecuaciones que realizaba la Alcaldía Distrital para las festividades en honor a la Virgen de la Candelaria. Eran las siete de la mañana, todo estaba cerrado, había cintas que frenaban el paso de los que poco a poco se acercaban al lugar. Aunque no pude ingresar, logré percibir la expectativa en el ambiente, ya que el lugar estaba preparándose para recibir a los devotos. Cuando iba de bajada, seguían subiendo los carros llenos de turistas para visitar este lugar debido a que, este cierre no fue informado previamente, así que, al igual que yo, se iban a topar con la novedad.
Adquirir artesanías en la puerta del convento
Finalmente, en mi tercer intento, logré acceder. Antes de entrar al lugar, mis ojos se detuvieron nuevamente a contemplar la vista, luego en todos los puestos de artesanías que habían en el lugar, estos estaban repletos de artículos representativos de la ciudad como llaveros, gorras, camisetas, sombreros, entre otros, me generó curiosidad el conocer los precios de estos en uno de los puestos más pomposos, era el de una señora la cual me dijo que el artículo más barato estaba en 5.000 y el más caro en 300.000 pesos colombianos. Era mediodía, las personas empezaban a descender, me acerque a la taquilla y había un pequeño letrero a la entrada en cual especificaba el valor de la entrada; para adultos en 14.000 y para los niños en 12.000 pesos colombianos. Los horarios de entrada van desde las 8:00 a.m. hasta las 5.15 p.m.
Ingresar al convento-museo
Cuando ingresé, lo primero que se llevó mi atención fue el jardín que estaba en todo el centro del lugar, había varias personas bajo los rayos de sol, sentados. En mi recorrido continué a un cuarto donde habían cuadros representativos y entre vitrinas habían varios atuendos litúrgicos exhibidos con un color blanco ya desgastado, a medida que continuaba caminata por el lugar me acompañaba de fondo una música celestial, así lo percibí dándole un aura de tranquilidad y de paz. En cada paso que daba me bañaba en la historia del lugar. Ocasionalmente, me detenía a escuchar las reseñas que los guías ofrecían a sus grupos para conocer más, porque hasta para mí el lugar era nuevo. Mi asombro por todo lo que veía era genuino, como el de Daniel Fuentes, un turista chileno que llegó con su familia por primera vez a Cartagena y, antes de empaparse de arena, quería conocer la historia desde adentro. “Antes de llegar a Cartagena habíamos leído acerca de este lugar y nos pareció interesante. Queríamos conocer la historia y, al entrar aquí, la arquitectura nos recordó una serie que vimos recientemente. La vibra del lugar es única y la vista de allá afuera increíble”, compartió.
Admirar la belleza de la capilla de Nuestra Señora de la Candelaria
Al entrar a la iglesia, me deslumbró el gran altar instalado en el lugar, en donde posaba la imagen de la patrona de los cartageneros, un altar enchapado en un color dorado brillante que refleja lo amada que es esta virgen en la ciudad, no logré dimensionar esto, hasta ese día, hasta que estuve allí y lo vi en la cara de todos los presentes en el lugar que con profundo respeto y en silencio paseaban. El lugar con arquitectura colonial, pulcra. Llenaba la vista de los presentes de devoción, serenidad. Cada pasillo por el cual caminaba tenía algo que contar, todo lo que debía saber estaba ahí. Mi recorrido finalizó en la capilla, un lugar íntimo, acogedor, un lugar de comunión espiritual, cuando ingresé percibí un olor dulce y seguía de fondo esa melodía que me hacía sentir a un paso del cielo y como no, sí a esa altura casi se está.
Cómo llegar al Cerro de La Popa
Para llegar a este lugar, se puede hacer por diferentes medios de transporte. En taxi acordando previamente el precio con el conductor. Te puede cobrar entre $12.000 y 20.000 pesos colombianos, dependiendo tu ubicación. Otra forma de llegar al cerro de la Popa es en vehículo particular. También está la opción de tomar el Transcaribe, usando cualquiera de las siguientes rutas: T103, X104, X106 que pasan cerca pero al llegar al punto si tocaría tomar otro transporte para subir hasta el lugar ya que este suele ser solitario y por temas de seguridad no es recomendable subir caminando, aunque por estos día la seguridad en el lugar está reforzada para garantizar que todos los devotos puedan llegar sin mayores problemas hasta el lugar.
Nuestra señora de la Candelaria: una virgen negra
Pero bien, ¿quién es esta figura espiritual que los cartageneros veneran? La virgen de la Candelaria o Nuestra Señora de Candelaria es una advocación mariana de la religión católica que tiene su origen en Tenerife (España). Su etimología deriva de candelero o candela, que se refiere a la luz: la luz santa que guía hacia el buen camino y la redención y aviva la fe en Dios. Su festividad se celebra, según el calendario litúrgico, el 2 de febrero, y en ella se recuerda la presentación de Jesús en el Templo de Jerusalén después de su nacimiento y la purificación de María. La Virgen de la Candelaria es conocida en su lugar de origen como la virgen negra. A medida que se acercan estas fechas, la ciudad se transforma en un escenario de profunda devoción y tradición. El Cerro de La Popa lo embellecen con murales representativos de la cultura cartagenera para así, homenajear a la figura marianita. Ya que, del 24 de enero al 2 de febrero, la ciudad se inunda de fe hacia esta Santa Virgen con una agenda nutrida de actividades, que invitan a visitantes y locales a vivir esta experiencia de encuentro con el alma y la raíz de la tradición. Las festividades de la Virgen de la Candelaria no son solo un evento del pasado, sino una celebración viva que se adapta con el tiempo y que son transmitidas de generación en generación. El turismo religioso ha convertido a Cartagena en un destino popular para aquellos que buscan experiencias auténticas y una conexión espiritual. La ciudad ha sabido aprovechar esta oportunidad para impulsar el desarrollo económico local, creando una oferta turística que combina la historia, la cultura y la fe.
Explora la Popa: Fe, arte y panorámicas que cautivan en Cartagena.
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