Cada mes, cuando llega la factura de energía, muchos hogares se sorprenden al ver un aumento inesperado en el cobro. En la mayoría de los casos, la atención se centra en la nevera, el aire acondicionado o la lavadora. Sin embargo, hay un aparato que, aunque parece inofensivo y se usa con menos frecuencia, puede elevar el consumo eléctrico de forma alarmante.
Lo curioso es que este equipo no solo demanda gran potencia mientras está encendido, sino que también puede consumir energía incluso cuando aparenta estar apagado. Esa combinación lo convierte en uno de los mayores responsables del gasto energético doméstico sin que la mayoría de las personas lo sospeche. Lee también: Este electrodoméstico apagado sigue gastando energía: así puedes evitarlo.

El horno eléctrico, un “gigante energético” dentro del hogar
De acuerdo con estimaciones técnicas citadas por Blu Radio, el horno eléctrico puede llegar a consumir tanta energía como 65 neveras al mismo tiempo. Su potencia promedio oscila entre 2.000 y 5.000 vatios, lo que lo posiciona como uno de los electrodomésticos más exigentes del hogar en cuanto a demanda eléctrica.
Mientras una nevera común requiere entre 300 y 800 vatios y mantiene un ritmo constante, el horno concentra toda su potencia en poco tiempo para generar calor intenso. Eso se traduce en picos de consumo elevados cada vez que se utiliza para cocinar o calentar alimentos
El consumo oculto cuando está “apagado”
Otro detalle que sorprende es que el horno eléctrico sigue consumiendo energía aunque no esté en uso. Los relojes digitales, luces del panel y componentes electrónicos permanecen activos mientras el aparato está enchufado. Este fenómeno, conocido como “consumo fantasma”, puede representar varios vatios diarios adicionales que, con el tiempo, se reflejan en la factura.
Según estudios citados por el medio, este tipo de consumo pasivo puede alcanzar hasta 67 vatios diarios por hogar, una cantidad que parece pequeña, pero que sumada al uso habitual del horno representa una porción considerable del gasto total de energía.

Cómo reducir su consumo sin renunciar a su uso
1. Planifica las preparaciones
Cocinar varios platos al mismo tiempo ayuda a aprovechar el calor acumulado y evita encender el horno varias veces al día.
2. Evita abrir la puerta constantemente
Cada vez que se abre el horno, el calor se escapa y el sistema debe recalentar, aumentando el consumo.
3. Desenchufa después de usarlo
Desconectarlo por completo corta el gasto “fantasma” y puede marcar la diferencia al final del mes.
4. Opta por equipos eficientes
Los hornos con certificación energética y buen aislamiento reducen notablemente la demanda eléctrica.
Aunque el horno eléctrico ofrece comodidad y rapidez, su alto consumo lo convierte en un reto para el bolsillo. Con pequeñas acciones cotidianas, es posible disfrutar de sus beneficios sin que la factura de luz se dispare cada mes. Lee también: Este electrodoméstico puede provocar incendios si lo dejas enchufado.