Las memorias USB son dispositivos especializados en el almacenamiento y transferencia de información. Gracias a su tamaño compacto, facilidad para el transporte y compatibilidad con computadores de mesa o portátiles, las ‘USB’ han sido de los dispositivos más utilizados por la sociedad en los últimos años.
Por factores como la disponibilidad de espacios digitales para el almacenamiento de información (Google Drive, ‘La Nube’, entre otros) o la inseguridad que se ha generado en torno a estos dispositivos debido a que la acción de conectarlos a cualquier puerto puede provocar la infección y propagación de virus, malware u otros programas informáticos maliciosos, la presencia de las memorias USB en la escena tecnológica actual ha disminuido considerablemente. Lea también: ¡Cuidado! Esto pasa cuando usas tu celular mientras carga
Actualmente, una moda relacionada a las memorias USB ha sido tema de conversación a nivel internacional, siendo esta la que comprende a las llamadas ‘Dead Drops’.
Bibliotecas digitales en lugares públicos
El proyecto ‘USB Dead Drops’ es una moda que se ha hecho viral a través de internet y redes sociales, la cual fue iniciada por el artista alemán Aram Bartholl en 2010, y que desde entonces ha alcanzado una extensión y popularidad global.
Las ‘Dead Drops’ son una serie de memorias USB que han sido incrustadas en paredes, rocas, en el suelo o en otros sitios curiosos alrededor del mundo, las cuales ofrecen la posibilidad a cualquier persona curiosa de conectar su computadora portátil con el fin de descubrir la información que el dispositivo contiene y que ha almacenado durante años. Lea también: ¡Guarda tus archivos antes del cierre! Google fotos desaparecerá en esta fecha
Básicamente, el proyecto ‘Dead Drops’ comprende bases altruistas que plantean el objetivo de que las personas puedan acceder a distinta información mientras pasea por cualquier ciudad sin tener conexión a Internet.
¿Cómo crear un ‘Dead Drop’?
La instalación de estos dispositivos es relativamente sencilla, ya que solo requiere encontrar o crear un espacio en una pared, en el suelo o en una roca, en el que se pueda incrustar la memoria USB con información, dejando el conector expuesto.
Tras la instalación, las USB deberán ser registradas en la página web oficial de las ‘Dead Drops’ con todos los detalles técnicos, una fotografía de prueba y las coordenadas para que cualquier curioso se conecte con su ordenador portátil a la USB.
Un riesgo evidente

Conectar los portátiles en una memoria USB que sobresale de una pared en un lugar público no parece ser la idea más sensata, y este pensamiento está justificado en el hecho de que no lo es.
Las ‘Dead Drops’ se han convertido en una especie de carnada para los más curiosos. Un medio que puede ser utilizado por cibercriminales para plantar y distribuir malware a través de estos dispositivos debido a la característica de que son de acceso público. Lea también: ‘Daam’: el nuevo malware que está causando estragos en Android
Más allá de los ideales artísticos que impulsaron el proyecto en un principio, las ‘Dead Drops’ son medios eficaces para que los hackers saquen provecho del despreocupado sentido aventurero de las personas. De igual forma, al contar con una guía de registro global, cualquier persona puede entrar a la web oficial y localizar las ‘Dead Drops’ alrededor del mundo para visitarlas, curiosear con ellas y ser, o no, infectadas por un virus informático previamente instalado en el dispositivo.
