Una mujer que sufre de SPM tiene que subirse cada mes a una montaña rusa de malas emociones, que incluyen altibajos anímicos, tensión, baja autoestima, irritabilidad, falta de concentración, tristeza, inseguridad… Eso sin contar con los síntomas físicos (dolor, inflamación de abdomen, calambres).
¿Y quién mejor que el amor de su vida para consentirla y apoyarla en cada uno de los viajes de esa temible montaña rusa? Aquí le va una lista de todo lo que puede hacer por ella, ¡y no hacer!, en “esos días”.
- El primer paso: conozca de antemano los días del mes en que ella afronta el síndrome. Actualmente hay varias apps para iPhone y Android que le permiten llevar la cuenta del ciclo y así estar preparado para su llegada. Para configurarlas, basta que introduzca la fecha de la última menstruación y el programa se encargará de avisarle días antes con una notificación.
De esta manera no lo cogerán desprevenido los cambios imprevistos de humor, las “miradas asesinas” y frases como: “¿Por qué tú nunca puedes hacer algo bien?”.- Sea muy, muy comprensivo. Aunque no entienda la dinámica del síndrome, debe ser sensible a las emociones de ella. Destierre de su cabeza ideas como: “Solo quiere llamar mi atención” o “Sé que se las está inventando” o “Quiere hacerse la víctima”.
- Nunca aborde temas trascendentales, conflictivos o que exijan la toma de decisiones entre los dos. Tiene muchísimas posibilidades de que el resultado sea desastroso; mejor espere a que pase el ciclo.
- No arme planes sociales sin antes preguntarle. ¿Invitar a los amigos a casa?, ¿aceptar una comida con el jefe y su esposa?, ¿comprar boletas para el cine o el teatro? Pésima idea si no ha contado con ella.
- No le lleve la contraria, no discuta, manténgase calmado. Si ella insiste en “cazar pelea”, dígale que hablarán del tema en otra ocasión (¡porque cualquier cosa que usted diga será usada en su contra!). Si ve que el asunto se le está saliendo de las manos, mejor déjela sola.
- No espere a que ella le pida meter la ropa en la lavadora o ayudarles a los niños con la tarea. (Incluso es muy posible que ni siquiera le pida el favor, solo lo mirará feo y tendrá cara gruñona todo el día).
- Para combatir los calambres y además tranquilizarla, propóngale compartir un delicioso, relajado y largo baño caliente. O póngale una bolsa o una compresa caliente (en el mercado hay almohadillas que se calientan en el microondas).
- También le agradecerá un agua de canela, algunos analgésicos y una caja de bombones de chocolate negro (aunque los estudios no se ponen de acuerdo sobre su efecto sobre nuestro ánimo, a todas nos hace sentir muchísimo mejor).
