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Revista nueva

Tatiana de los Ríos, confesiones sin maquillaje

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Quienes la conocieron primero como modelo no se imaginarían que odia los tacones y no sabe maquillarse. Que al principio fue tan duro encarnar a esa ‘mujer sensual’ de las revistas, que prefería no salir de casa y así matar dos pájaros de un solo tiro: evitarse la peluquería y aparecer en Sweet.  

Esperas ser invitada a una pastelería, tan rica en sabor como en calorías, por un amigo goloso o por la prima entusada, pero no por Tatiana de los Ríos. Sin embargo, allí esta, en tenis, ropa cómoda y con una belleza abstemia de maquillaje; pidiéndole al mesero lo que ella denomina “un manjar de los dioses”, mientras cuenta que nunca logra comerse solo uno.

Produce una primera impresión inesperada y está acostumbrada: todo el mundo aguarda a ‘la mujer fatal’ que sedujo a los medios y a las pasarelas del país como pocas modelos hasta entonces y que, por supuesto, no come pasteles de almendras y chocolate. Pero -a punto como estaba de viajar a Nueva York por los días de nuestra conversación-, nos contó cómo su vida cambió de una manera vertiginosa desde que se metió a la actuación. Porque si bien amó hacer todo lo que quiso como modelo, hace cuatro años anda más feliz que nunca.

El chisme, un viejo conocidoSi algo le agradece a su nueva vida es que los chismes dejaron de reproducirse a costillas suyas. Cuando comenzó a modelar, era una estudiante de Publicidad de 19 años y no tenía ni idea en qué se estaba metiendo. Lo cierto es que de la chica descomplicada y roquera que era, había pasado a ser -en un parpadeo- una sex symbol.

“Al principio me dio muy duro. Inclusive muchas veces no salía porque me tocaba estar siempre perfecta por las fotos. Qué pereza ir a la peluquería. Pero tenía un mánager que me lo exigía y se me fue volviendo la vida. Obviamente, después empecé a disfrutarlo y me convertí en una obsesiva con el tema, pues  pensé: ‘Si lo hago, lo hago con toda’”.

Pero ser ‘símbolo sexual’ significaba hacer peripecias, y aprender a manejarlas le costó más de un padecimiento. Para no ir muy lejos, entre risas nos cuenta que el mayor ‘coco’ para ella en esos días era el extinto programa de chismes Sweet. “Sufría mucho, ¡no sabes!”, recuerda ahora divertida.

Una de las anécdotas sobre el tema tiene que ver con la primera vez que se enamoró de verdad. Vivía en Medellín y se había ennoviado con un chico muy celoso.

Alguna vez, a la salida de un evento, se encontró con Diego Cadavid, con quien cruzó algunas palabras. Al salir, a pesar de que cada uno cogió por su lado, la lente del programa los grabó y luego insinuó que estaban saliendo. Por supuesto, el reclamo del novio indignado no se hizo esperar, y días después Tatiana estaba rumbo a Bogotá para pedir el video, prueba ‘reina’ de su inocencia, mientras empezaba a entender lo que la fama le traía cuesta arriba.

“La gente no se da cuenta de cómo puede influirte algo que no es verdad, un ‘simple chismecito’. Es cierto que no cambia tu vida, pero afecta mucho a las personas que te rodean, y por eso soy muy cuidadosa. Gracias a Dios ya no me importa; ya pasé por tanto, que me volví más fuerte. Además estoy en otro cuento”.

Una mujer de luces… ¡y acción!Lleva cuatro años actuando y ya pasó por cine, teatro y televisión; su nueva profesión la hace sentir tan feliz, que por ella hace lo que sea: alejarse del modelaje para ser tomada en serio, vivir su matrimonio a la distancia y hasta congelar sus óvulos.

Justamente días después de esta charla, Tatiana viajaba a Nueva York para estudiar en la escuela de Stella Adler –también lo hizo en Lee Strasberg-, un sueño hecho realidad pero sostenido en exigencias tan fuertes como estar lejos de Karim, su esposo hace cuatro años. Lo bueno es que desde que vivían juntos supieron que no iba a ser fácil, pues ella estuvo grabando Bazurto durante ueve meses, tiempo en que solo tenía libre los domingos.

“Tuve la bendición de encontrar a una persona relajada, que me apoya en todo. Hicimos el pacto de estar como novios a la distancia. Hay gente que dice que eso es lo peor, pero también tiene sus cosas ricas. Por ejemplo, cada uno dedica tiempo para avanzar y después estar en pareja. Por eso, cada vez que nos vemos hacemos que sea lo más especial posible. Al principio teníamos una regla de diez días; ahora, por nuestros compromisos, es máximo de quince, pero siempre hablamos y compartimos mucho”.

Un sueño congeladoA pesar de que a muchas personas les parece raro que dos esposos vivan en ciudades diferentes, Tatiana ve en su pareja a un compañero para toda la vida. Nunca buscó el altar, y aunque quiere ser madre, tampoco sabe si llegue a serlo. Todo depende de que lo sienta, de la misma manera como decidió casarse.

Sin embargo, acaba de tomar una decisión: apenas regrese de Nueva  York, congelará sus óvulos. “Tengo 35 años y cuatro de casada; así que todo el mundo me pregunta por los hijos. Ahora estoy muy tranquila por haber encontrado esta alternativa en Medellín, pues puedo ser mamá en el momento apropiado sin parar mi carrera. Ahora no me siento preparada para tener un bebé, y como mi esposo es padre de una niña de 16 años, tampoco me presiona. Pero sí hemos hablado de tener un niño, Alejandro, en honor a mi hermanito, que murió hace unos años. Pero debo sentir que es el momento… incluso,  de pronto ni llegue”.

Destacados“Hice todo lo que quise como modelo, llegue al tope máximo”.

“Cuando me ofrecieron modelar, me dije: ‘Hago un poco de plata y monto mi agencia de publicidad; nunca pensé que se volvería así de grande”.

“Tenía fama ‘de mala gente’ porque sentía miedo de esta imagen que no sabía cómo manejar. Pensaba que ese era mi trabajo, pensaba: ‘esta no soy yo’”.

“Antes de Bazurto me ofrecieron otros personajes, pero quería algo especial, una mujer con carácter fuerte. Había estudiado y me sentía apta para asumir un reto”.

  

"Cuando me ofrecieron modelar, me dije: "Hago un poco de plata y monto mi agencia de publicidad". Nunca pensé que se volvería así de grande".
"Cuando me ofrecieron modelar, me dije: "Hago un poco de plata y monto mi agencia de publicidad". Nunca pensé que se volvería así de grande".
"Tenía fama de 'mala gente' porque sentía miedo de esta imagen que no sabía cómo manejar: Pensaba que ese era mi trabajo, pensaba: 'Esta no soy yo'
"Tenía fama de 'mala gente' porque sentía miedo de esta imagen que no sabía cómo manejar: Pensaba que ese era mi trabajo, pensaba: 'Esta no soy yo'
"Hice todo lo que quise como modelo y llegué al tope máximo".
"Hice todo lo que quise como modelo y llegué al tope máximo".
"Antes de Bazurto me ofrecieron otros personajes, pero quería algo especial, una mujer con carácter fuerte. Había estudiado y me sentía apta para asumir un reto".
"Antes de Bazurto me ofrecieron otros personajes, pero quería algo especial, una mujer con carácter fuerte. Había estudiado y me sentía apta para asumir un reto".
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