Y es precisamente el amor el responsable de parte de la dosis diaria de felicidad que necesita en sus días, pues además de considerarse pragmática y “muy fresca”, decidió buscar en todo lo que hace la forma de ser feliz, sin importar el estado que atraviese su vida. No le gustan los ‘rollos’, tampoco sentirse atada a situaciones o relaciones estancadas en el pasado, y es tan extraño para ella no desprenderse en el momento de las despedidas, como endosarles a sus ‘ex’ algún tipo de culpas. De hecho, asegura que es amiga de casi todos ellos.
“He vivido mucho tiempo fuera de Colombia y aprendí que las relaciones son importantes mientras estás. Pero también desprenderse de ellas te hace crecer a otro nivel. Por ejemplo, cuando se es joven, lo mejor es viajar, conocer, aprender; es recomendable estar solo y luego reencontrarse. Si estuviera en el caso de Luisa no sé qué haría; sin embargo, creo que si está en las manos de uno, lo mejor es desprenderse”.
Por eso Angélica también afirma amar los duelos. Pero no crea que se toma mucho tiempo en esta labor. Según ella, una semana haciéndolos “con todas las de la ley”, es más que suficiente para después superar la situación y hasta reírse de ella. Aun así, su presente sentimental es muy diferente…; el amor es una de las cosas que la llenan de felicidad y, además, hace más de un año tiene nombre propio: Lucas Cristo.
“Vamos súper, porque siempre estamos muy ocupados, lo cual para los dos es delicioso. No hay nada peor dentro de una relación que la falta de admiración, y cuando no sientes que el otro está creciendo de alguna manera, se acaban la admiración, la pasión, el enamoramiento y todo lo demás”.
ANGÉLICA, ‘AL AIRE’
Y es bien cierto lo de las ocupaciones de la actriz. Ahora está al aire en las pantallas de Caracol como una de las protagonistas de Cinco viudas sueltas (las otras son Coraima Torres, Luly Bossa, Heydi Bermúdez y Andrea Gómez), un proyecto que terminó de grabar el año pasado, pero del cual está cosechando los frutos, pues el feedback del público ha sido amoroso y satisfactorio.
Porque cuando aceptó interpretar a Luisa, tenía miedo de que pasara desapercibido su papel por ser un personaje tan cotidiano; ahora se siente muy agradecida, pues la gente lo ha recibido con un altísimo grado de empatía y cercanía.
Admite que como actriz, hay proyectos que le llaman más la atención y de los cuales espera mayor receptividad, pero en la sencillez de este personaje encontró un reto adicional, pues hacerlo creíble resulta más complejo de lo que muchos creerían.
“Yo califico a ‘cinco viudas’ como un homenaje a las mujeres que están a mi alrededor, entre ellas a la niñera de mi hija, a mi madre. Igual no veo mucho las novelas donde actúo, pero en este caso lo hago y me emociona especialmente que ellas sientan que sí es de verdad y que ha sido hecho para ellas”.
Sobre el hecho de protagonizar con cuatro mujeres más, no supone un problema. Dice ser una mujer “muy fresca”, que se lleva bien con sus congéneres; y si rivalizan con ella por alguna razón, intenta manejarlo relajando la situación. De todas formas, tiende a dejar pasar las cosas que le molestan, y en este caso en particular, agradece haber compartido escena con actrices de tanta trayectoria en televisión. “Ya la tenían más ‘clara’ que yo en mucho aspectos”.
ACTUANDO EN TODOS LOS FLANCOS
Ya es bien conocido el privilegio que tiene esta mujer de actuar en cine, teatro y televisión; y al parecer, la disciplina y la forma impecable como desempeña su profesión la siguen premiando. Porque además de estar grabando El Estilista (serie que adelanta RCN), el otro año estrenará su nueva película y además se encuentra en pleno montaje de Romeo y Julieta para el Teatro Nacional.
- ¿Cómo se aborda la profesión cuando se pasa continuamente de un formato a otro?
Los proyectos te van llevando, pero asumo la creación de los personajes con la misma responsabilidad en cualquiera de las áreas. En el camino te encuentras con ciertos directores que te enganchan más que otros, con proyectos que te comprometen más que otros, y aunque el formato sí cambia, lo importante es tener muy claro el personaje.
- Hablemos de su papel en El Estilista…;
Martina es mi primera villana ‘entre comillas’, porque cuando escucho esa palabra me imagino las películas de Disney. Lo que estoy tratando de hacer con este personaje es dándole un matiz de una mujer feliz desde su punto de vista. Ella hace solo lo que le produce placer, sin verlo como algo malo: manipular, mentir, engañar, hacer pilatunas.
Pero si llora de tristeza, llora de verdad; si ama, ama de verdad, porque es humana. Entonces me lo estoy gozando, participar en este proyecto ha sido como entrar a un parque de diversiones. Y como soy la antagonista, no grabo mucho, lo cual es chévere porque dispongo de tiempo para preparar mis escenas y hacer otras cosas.
- Se ha dicho que está basada en un caso real. ¿Cuál es el argumento?
Es sobre un hombre secuestrado por la guerrilla, dueño de una agencia de textiles. En medio de querer hacer algo, y también para ‘ganarse’ a los guerrilleros, descubre que es muy hábil para cortar el pelo y se gana el nombre de ‘el estilista’. Ahí arranca toda la historia, pero no puedo decir más porque después el productor me demanda (risas).
- ¿Y sobre Tiempo perdido, el largometraje que estrenará el próximo año…;?
Mi personaje es una violinista de la Sinfónica de Bogotá. Una chica disciplinada que pierde a un ser querido y no sabe si quitarse la vida o volver a vivir. Así que durante ese proceso comienza a vender sus cosas, a desprenderse de todo…; y ahí va encontrando su necesidad de volver a comenzar.
- ¿Cómo es trabajar con Alexander Giraldo después de participar en su ópera prima, 180 segundos?
Increíble, porque él siempre quiso hacer esta película, pero primero debía realizar 180 segundos, por ser más local. Lo que me parece interesante del cine es encontrar una historia que podría ocurrir en cualquier parte del mundo como Tiempo perdido, en la que se ven unos personajes que piensan que están perdiendo tiempo, pero en realidad se hallan en el proceso de reencontrarse a sí mismos.
- ¿Cómo están planeando la exhibición de la película?
Se va a un par de festivales a Francia y Estados Unidos. De hecho ya están analizando lo de los subtítulos. Y la idea con Tiempo perdido es que como se trata de una película tan universal, arranque primero afuera y luego traerla a Colombia.
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