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Angelina Jolie y la nueva cara de los tratamientos preventivos

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A medida que la noticia circulaba en los medios mundiales, crecían las reacciones de sus admiradores. “¡¿Angelina había decidido extirparse parte de lo que había acreditado su fama? No podía ser!”. Sin embargo, como lo ha hecho en otros aspectos de la vida, su valentía dejó un precedente y un sencillo mensaje: la salud está primero que la vanidad. Hasta Brad Pitt, su esposo, dejó ver el orgullo que le generaba esta determinación.
Para cualquier mujer, perder al menos uno de sus senos –sin importar que no se traten de “los más sexys del mundo”- es una cuestión delicada, no solo porque desde que crecemos asociamos esta parte de la anatomía con el concepto de feminidad. También porque cuando somos madres, es a través de sus glándulas que podemos alimentar a nuestros hijos, siendo así los símbolos por excelencia de la vida.
No obstante, lo que pasó con esta superestrella es una buena oportunidad para contemplar los tratamientos que se crearon con propósitos preventivos. A continuación explicamos en qué consisten.
Candidatas a la mastectomía
Lo primero que debe saber es que no a cualquier mujer se le practican las pruebas genéticas llamadas BCRA 1 y 2, las cuales buscan la mutación del gen conocido como BRCA. De acuerdo con la doctora Marcela Sánchez, cirujana plástica oncóloga, éste aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de seno en un 80 por ciento, si la paciente llegase a vivir 100 años. Además, la mutación de ese gen también tiene una incidencia importante en el cáncer de ovario.
Las condiciones para que una mujer sea candidata a estas pruebas son muy claras: tener antecedentes de cáncer de seno, haber sufrido cáncer de seno anteriormente, tener familiares de primer grado -como madre, abuela o tías- que padezcan la enfermedad o que hombres en su familia hayan sido víctimas del mismo padecimiento. Para solicitar los estudios, la paciente debe ser mayor de edad.
Obtener un resultado positivo en estas pruebas sería la primera razón que la podría convertir en candidata para una mastectomía reductora de riesgo preventiva. La segunda está asociada a mujeres menores de 35 años con antecedentes de un cáncer de seno contralateral (es decir, en el seno contrario), con múltiples familiares afectadas por la misma enfermedad o con antecedentes de cáncer de ovario.
En el tercer lugar están las mujeres que sin importar si son mayores de 35 años, hayan sufrido la enfermedad y que a partir de un miedo constante de que ésta reaparezca, decidan “curarse en salud”.
Por último, son candidatas las mujeres cuyos tumores son de muy mal pronóstico en un seno y quieren reducir el riesgo en el otro. Sin embargo, se sabe que la paciente que ya ha tenido un cáncer previo tiene un riesgo de 10 por ciento de hacerlo en el seno contralateral.
Mastectomía y reconstrucción
Aunque hay varios tipos de mastectomía, la de intervención preventiva es de tipo simple. “Hoy en día, la que se realiza en cáncer, usualmente se llama mastectomía radical modificada. Pero cuando no se tiene la enfermedad y solo se va a reducir el riesgo, se hace una mastectomía simple, la cual consiste en retirar la glándula y dejar toda la piel, el pezón y las estructuras adyacentes al seno, como los ganglios”, explica la doctora Sánchez, quien hizo parte de su preparación con el Instituto Nacional de Cancerología.
Según su experiencia, la reconstrucción mamaria después de una mastectomía profiláctica es lo más importante. “Porque es una paciente que previamente está sana y va a reducir un riesgo. La idea es que el resultado sea adecuado y que adicionalmente permita realizar la cirugía reconstructiva sin mayores inconvenientes”. Lo cierto es que en este ámbito, hay varias opciones y técnicas: desde el uso de colgajos musculares, hasta la utilización de prótesis, matrices dérmicas y expansores para reconstrucción mamaria. La selección de la técnica depende de la necesidad de cada paciente, pero la más usada son los implantes.
“Tratamos de evitar cirugías grandes en las que se movilice mucho tejido y, sobre todo, reconstruimos con implantes mamarios. Por lo general, las dos operaciones se hacen al mismo tiempo: el mastólogo quita el seno y el cirujano entra inmediatamente y reconstruye. Pero la recomendación más importante es que este procedimiento lo haga alguien entrenado en reconstrucción mamaria”, agrega la doctora Sánchez.
Aunque hay contraindicaciones para pacientes que tengan alteraciones en la coagulación o problemas en la producción de colágeno que no permitan la reconstrucción, en términos generales, se le puede practicar a cualquier mujer.
Volvamos al autoexamen
El riesgo de padecer cáncer después de una intervención reductora de riesgo no desaparece por completo, porque al no retirar todo el tejido mamario, aún persiste un 10 por ciento de posibilidades de desarrollar la enfermedad en cualquier momento de la vida. Por eso se llama mastectomía reductora de riesgo, no preventiva.
Según cifras proporcionadas por nuestra asesora, al año se presentan en Colombia 5.600 casos nuevos de cáncer de seno, de los cuales, solo algunos terminan en mastectomías, ya que el tratamiento varía según el caso particular. Pero del total de estas, solo el 10 por ciento son de carácter preventivo.
“Es muy importante el autoexamen, pues aunque la literatura dice que el riesgo está en mujeres de 18 a 90 años, tengo pacientes de 14 años con cáncer de seno. Cada día es más frecuente encontrar esta enfermedad en mujeres jóvenes; porque se hace más diagnóstico, porque hay más campañas preventivas y porque por algún factor ambiental, que todavía no sabemos bien cuál, es más común encontrar casos en mujeres muy jóvenes”, afirma la doctora Sánchez.
Relación  cáncer de seno y de ovario
Genéticamente también se puede saber si una mujer va a desarrollar cáncer de ovario. Estos dos padecimientos son hormonalmente dependientes, lo cual significa que cualquier estructura que genere un cáncer y que haya sido derivado del influjo hormonal, puede ser susceptible a presentar un tumor en ovario y en seno.
Por eso, cuando las pacientes premenopaúsicas, es decir menores de 35 años, tienen cáncer de seno, los especialistas evalúan qué tanta relación hormonal hay, y en  caso de que exista, a través de medicamentos o técnicas quirúrgicas realizan  una supresión ovárica (también conocida como ooferoctomía). Así evitan la presencia de más hormonas circulantes que puedan originar la presencia de un segundo tumor.
Según investigaciones de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania, practicar la supresión ovárica reduce el riesgo de padecer cáncer de ovario en un 90 por ciento, cifra similar a la presentada por la mastectomía reductora de riesgo.
Lo que afirman los expertos, es que en algunas ocasiones pueden quedar restos de células ováricas que quizá propicien la enfermedad. Por fortuna, gracias al avance de las técnicas médicas este riesgo cada vez es menos probable.
Las indicaciones para realizar esta intervención son muy similares a las de cáncer de mama: la mujer debe tener una prueba genética BCRA 1 y 2 positiva, antecedentes de estos dos padecimientos en familiares de primer grado o más de dos casos en la familia. Pero sobre todo es recomendada en aquellas mujeres con riesgo, mayores de 35 años, que hayan tenido previamente a sus hijos.
Histerectomía: ¡bien pensada!
La diferencia con la ooferectomía, es que este procedimiento puede implicar la extirpación de la matriz y de las trompas de Falopio, además de los ovarios. Pero la decisión sobre qué tanto debe comprometer variará según la causa de la enfermedad en cada paciente.
Existe la histerectomía parcial (se extirpa solo la parte superior del útero), total (útero y cuello uterino) y radical (realizada cuando se tiene cáncer y se extirpa el útero, el tejido a ambos lados del cuello uterino y la parte superior de la vagina).
También varían las formas como se practica, pudiendo ser con una incisión en el abdomen o a través de la vagina. Aun así, al ser un procedimiento tan radical, los especialistas siempre buscarán otras  alternativas.
De todas maneras, hay muchas razones por las cuales una mujer puede necesitar una histerectomía. Entre ellas, el tema que acá nos interesa: erradicar una afección precancerosa del cuello uterino, conocida como displasia cervical.
También es muy común en casos de cáncer de útero, cáncer ovárico, complicaciones en el parto que lleven a continuas hemorragias o sangrados incontrolables, endometriosis, tumores en el útero (como miomas uterinos) y deslizamiento del útero hacia la vagina, entre otros.
Primera causa de mortalidad
Es muy importante adoptar medidas preventivas frente al cáncer de cuello uterino, enfermedad que no se forma repentinamente (aunque la evolución varía según cada paciente). Por lo general, en un inicio, las células normales mutan en precancerosas, pero pasará algún tiempo para que se conviertan en cancerosas. Y es en este momento cuando, de la mano con su médico, debe analizar las opciones para evitar el desarrollo de la enfermedad.
Según cifras de la Liga de Lucha contra el Cáncer, al año se diagnostican en Colombia unos 7.000 casos de cáncer invasivo del cuello uterino. Es decir, que una de cada 25 mujeres podría padecerlo a lo largo de la vida. Según esa misma entidad, este padecimiento es la primera causa de mortalidad por cáncer en las colombianas.
Por eso se recomienda que una vez se inicie la vida sexual, o al llegar a la mayoría de edad, todas las mujeres se realicen regularmente (si no hay predisposición, mínimo una vez al año) una citología cérvico-vaginal. Esta prueba puede detectar las infecciones por VPH (Virus del Papiloma Humano, uno de los responsables de la enfermedad) y los precánceres.
¿Y en cáncer de tiroides?
En este ámbito, la recomendación de extirpar la tiroides se hace en casos muy específicos, pues el funcionamiento de la glándula es muy necesario para toda la vida. Por eso, el doctor Carlos Alfonso Builes B. es enfático al aclarar la situación.
“Solo se recomienda cuando el paciente tiene una altísima probabilidad de desarrollar cáncer en su tiroides en una forma hereditaria llamada cáncer medular familiar. Este hace parte de las cuatro formas en que se puede presentar (las otras son papilar, folicular y anaplásico).
El cáncer medular familiar es una forma muy rara. De hecho, solo el 7 por ciento de los casos de cáncer en tiroides corresponde a este tipo. Y de ese porcentaje, solo 1 de cada 4 casos podría ser familiar. En este caso, cuando se sabe que hay herencia, la tendencia es hacer una cirugía profiláctica”.
Uno de los indicativos que determina si la persona puede desarrollar cáncer medular familiar, es la producción de calcitonina, sustancia que a los 20 años se presenta en 2 de cada 3 candidatos a la enfermedad, y a los 35, en 9 de cada 10. Sin embargo, lo que indica su producción es que hay una lesión premaligna.
Según el doctor Builes, solo uno de cada cuatro portadores del gen ProtooncogenRet, a los 35 años ha desarrollado la enfermedad, la cual puede comprometer el funcionamiento de otras glándulas importantes como la paratiroides y las suprarrenales.
Pero las probabilidades de desarrollar la enfermedad cuando se tienen familiares con este padecimiento, son bastante altas. Así que se recomienda la cirugía profiláctica.
“En esta cirugía se saca toda la tiroides y se hace una limpieza de los ganglios que están en la zona anterior del cuello, para prevenir que vuelva a aparecer. El pronóstico posterior está dado por el éxito de la cirugía: entre mejor se haga la limpieza, tendrá menores riesgos de una recaída.
Como se saca toda la glándula, ese paciente necesitará un tratamiento de por vida con hormona tiroidea que reemplazará la que el cuerpo ya no produce. De ahí la importancia de encontrar la dosis exacta para cada paciente”
Asesoría: Doctora Marcela Sánchez, cirujana plástica oncóloga del Instituto Nacional de Cancerología.
Doctor Carlos Alfonso Builes Barrera, médico endocrinólogo de adultos, Hospital Universitario San Vicente Fundación. Autor del libro ¿Qué le pasa a mi tiroides?

La valentía de Angelina Jolie, dejó un precedente y un sencillo mensaje: la salud está primero que la vanidad.
La valentía de Angelina Jolie, dejó un precedente y un sencillo mensaje: la salud está primero que la vanidad.
Solo cuando se tiene un tipo de cáncer de tiroides conocido como medular familiar, se recomienda la extracción de la glándula tiroides.
Solo cuando se tiene un tipo de cáncer de tiroides conocido como medular familiar, se recomienda la extracción de la glándula tiroides.
El cáncer de seno y de ovario son hormonalmente dependientes y se puede conocer su predisposición a través de pruebas genéticas.
El cáncer de seno y de ovario son hormonalmente dependientes y se puede conocer su predisposición a través de pruebas genéticas.
De todas las mastectomías realizadas en el país, el 10 por ciento se hacen con carácter preventivo.
De todas las mastectomías realizadas en el país, el 10 por ciento se hacen con carácter preventivo.
Las EPS cubren el cáncer de mama y su evaluación. Lo importante es que las pacientes sean evaluadas por un cirujano de seno o mastólogo.
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