Aunque la mamá de Stephanie no quería que siguiera los pasos de sus hermanas, la pasión por las cámaras y los escenarios estaba arraigada desde niña en su ser. Hoy, con 25 años recién cumplidos, se puede decir que esto del espectáculo es lo único que ha hecho durante casi la totalidad de ellos.
Hace más de cinco años llegó a Colombia, un poco agotada de hacer melodramas, y precisamente por ello con las expectativas puestas totalmente en hacer música. En ese entonces no solo encontró al productor para grabar Llegaré, el disco que hizo de la mano de Jose Gaviria; también encarnó a Antonia Fontalvo, el personaje principal en El Secretario, una serie que la llevaría de vuelta a la comedia.
Así quedó claro que lo de ella no es el melodrama porque, entre otras cosas, ama irse a dormir con una sonrisa en los labios. Es por eso que temas como la ruptura con su antiguo novio, ‘Juancho’ Cardona (director y productor de cine, y hermano de Manolo), no son de su mayor agrado. Y después de las especulaciones sobre los motivos de su separación (una supuesta mala relación con la ex esposa y los amigos de él), Stephanie prefiere hablar de otras cosas.
Sin embargo, seguirle la agenda es un acto maratónico; entre las grabaciones de la novela y sus compromisos publicitarios, poder obtener unas cuantas palabras suyas es tarea titánica. Porque a pesar de llevar pocas semanas al aire, las grabaciones de La hipocondriaca –un proyecto del Canal Caracol- están a un par de meses de terminar, por lo que las jornadas son extenuantes y continuas.
Un tiempo fuera del aire
Es la segunda vez que la tenemos en nuestra portada, y en la primera ocasión nos había hablado sobre su más grande sueño: actuar en un musical. Meses después, la estábamos viendo interpretar a Roxie Hart en Chicago, montaje que coprotagonizó con Juan Pablo Espinoza, su compañero en el El Secretario.
Y aunque mucho se habló de una segunda temporada que haría gira nacional, eso se quedó en el tintero; pero para ella, los recuerdos siempre serán hermosos. “Fue una experiencia maravillosa, era lo que había estado deseando hacer”, nos cuenta desde México, a donde viajó de ‘volada’ para atender compromisos publicitarios.
Cuando terminó Chicago se dio un par de meses para descansar y visitar a su familia en Lima. Pero no todo fue descanso: ella es imagen de Ripley, una marca peruana que ya llegó a Colombia; por eso, mientras estaba ‘fuera del aire’, se dedicó a atender compromisos con la firma. Por supuesto, también retomó las actividades con su disco Llegaré; muy juiciosa lo revisó, lo dejó a punto y concertó lo que se haría mediáticamente. Incluso por estos días, cuando tiene algún tiempito, compone nuevas letras, manteniendo en la cabeza su cometido musical.
Pero al lado de Chicago hubo otro acontecimiento que marcaría su vida para siempre. Como si no fueran ya suficientes las bendiciones que ha recibido en nuestro país, fue invitada a abrir el concierto de uno de sus más grandes ídolos, Norah Jones. “¡Fue un regalo! Como admiradora que soy desde niña de su música, lo sentí como un sueño; además me encantó conocerla en persona. Fue maravilloso cantar para su público. Y y ver la respuesta de la gente…; ¡aún más!”
¡Claro! Abrir un concierto de Norah Jones puede ser, fácilmente, el sueño de millones de artistas. Así que con Chicago fueron dos grandísimos propósitos que pudo chulear en su lista. Desde ese momento, las ganas de hacer giras cantando ya no dan para más; tanto así, que apenas termine de grabar la novela, Stephanie se dedicará de lleno a su segundo disco.
“He escrito nuevas cosas ya, también me han llegado canciones de otros compositores que valen mucho la pena y me han gustado mucho. Pero por ahora estoy concentrada en La Hipocondriaca, porque ya nos falta menos de dos meses para acabar. Finalizado eso me pondré manos a la obra”.
Una historia muy anunciada
Los nervios causados por el estreno de la telenovela fueron tan grandes como la campaña de expectativa que hizo Caracol para ello. Y aunque estos ya pasaron, la felicidad por su personaje sigue creciendo. En un formato cómico, de esos que le gustan tanto, Macarena (la hipocondriaca) la ha puesto ante un continuo aprendizaje. Y encontrarle el tono exacto ha sido un verdadero reto
Además, en medio de la polémica creada en diversos sectores por la proliferación de historias con alto contenido violento, Caracol se la jugó con esta comedia que cuenta la vida de una mujer que desde los 5 años de edad fue preparada para morir a los 30.
Y como lo decíamos antes, este género siempre es irresistible para ella. Aunque sobre la polémica opina que debe haber variedad de contenidos, deja claro que lo maravilloso de hacer historias como La hipocondriaca, es que pueden ser vistas por toda la familia.
“Es una fortuna hacer algo de comedia siempre, probar, reírte... Como actor es muy enriquecedor, porque no es fácil de hacer. Pero creo que es bueno también tener diversidad; al fin y al cabo, lo que hacemos es entretener. Sin embargo, personalmente, si me das a elegir, en este momento elijo irme a dormir sonriendo”.
Como ya lo habrán notado los televidentes, su personaje está supuestamente a escasos meses de morir. Ella ha esperado este momento desde los 5 años, momento en que su madre murió de una enfermedad hereditaria. No obstante, a medida que se acerca el momento -¡y a su médico!-, tendrá cada vez más ganas de vivir.
“Es un personaje difícil, debe tener la medida exacta entre la locura y el encanto, sin quitarle del todo la intensidad a ‘su problema’, pero la dulzura debe contrastarlo. Ha sido ‘lo más’ de lo que he hecho en comedia, porque me siento muy afortunada de haber tenido la oportunidad de interpretar algo que significaba un reto para mí. Me enamoré de ella, aunque la he sufrido y me he enfermado por su culpa muchas veces…; (risas)”.

Carolina Soto tiene una misión: promover la donación de órganos
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