Es la menor de cuatro hermanas y tía de tres sobrinas. Por eso se entiende la razón por la cual toda ella está impregnada de una feminidad natural y emanante. Pero la suavidad de su encuentro no tiene nada que ver con alguna sensación de fragilidad.
Al contrario, haber vivido sola desde los 18 años de edad y afrontar varios duelos determinantes a lo largo de su vida, le imprimen a la Manuela del presente una seguridad fortalecida.
Cuando ella comienza a hablar de los años pasados, cierta sombra de nostalgia entorna la inmensidad de sus ojos. Confiesa que el apartamento en el que vive es el mismo donde sus padres formaron su familia, y que cuando su madre murió –al cumplir Manuela 18 años- comenzó a vivir sola…; allí mismo.
Nueve años más tarde, y tras haberle comprado a sus hermanas la parte que les correspondía, decidió junto con su exesposo -el libretista Diego Vivanco- quedarse en ese lugar, pero esta vez tras una remodelación total.
El encargado del nuevo diseño no fue otro que su padre, un arquitecto que vivió lo suficiente para ver su trabajo ejecutado, y a su hija, camino al altar.
Hoy, y después de más de un año de su separación, la actriz reconoce que es un poco extraño seguir allí. Aun así, “esas cuatro paredes”, como se refiere al apartamento, encierran muchas historias, como los casi diez años de matrimonio.
“En ese sentido es extraño. Todavía a un ‘año y pico’ después de haberme separado, siento como cuando a alguien le amputan algo, el síndrome del miembro fantasma. Es inevitable no seguir sintiendo ese pedazo. Y no porque añore ni nada parecido; gracias a Dios, fue una separación bonita y de mutuo acuerdo.
Pero finalmente –continúa- es la persona que estuvo contigo todos los días, todo el día, durante casi 10 años. Y es difícil entonces decir ‘hoy me levanto y esa persona, con todo lo que lleva alrededor, es una página que pasó…;’”.
Incluso así, y como en otras ocasiones, vivir su independencia y su soledad son circunstancias que Manuela atesora. Por eso, ahora, cuando se ha vuelto a enamorar, disfruta pasear nuevamente por el terreno del noviazgo. Una situación a la que poco a poco se ha ido adaptando.
Principio y fin
A los 36 años, las arrugas no parecen entenderse demasiado con ella. Pero se ríe, advirtiendo que eso es cuestión de genética. “Mis hermanas me llevan 10, 11 y 14 años. Y si las ves, dices ‘¡no, no puede ser’!”.
De todas maneras, no es un tema que se tome muy en serio. Manuela es consciente de que algún día los años le pasarán la cuenta…; y no tiene problemas con eso.
También sabe que la actuación será su vocación hasta la muerte, así que no siente que vaya en contra de su amor propio encarnar a una mamá, por ejemplo.
Lo paradójico es que aun hoy en día la llaman para hacer pruebas de personajes de 16 años. “Me llega la información de mi mánager para hacer el casting de un personaje para Fox, pero el perfil es: niña campesina de 16 años. Entonces yo pienso: ‘Esto es un error’. Llamo a mi representante y le digo: ‘Creo que me mandaron el perfil equivocado’. ‘No, no, no, Manuelita. Te quieren ver ahí’, me dice ella.
El caso es que lo hice –recuerda Manuela entre risas- y me fue súper bien. Pero evidentemente, por más que ‘coma años’, hacer de 16 es muy difícil”. Sin embargo, cierto aire de Lolita la persigue todavía.
Helena, Susana y Elvira
De todas maneras, Helena, el más reciente protagónico que grabó y que saldrá este año al aire por el canal RCN, es un personaje menor que Manuela.
Contra las cuerdas es el nombre del proyecto, y consiste en la adaptación de una novela argentina, la cual promete una historia de amor muy interesante.
De este y otros proyectos hablamos con Manuela. Porque también nos contó que la segunda temporada de Susana y Elvira, la serie web de la cual es socia y protagonista, se grabará este año, apenas todos los miembros del equipo de producción logren coordinar los horarios.
Esta es una serie sin precedentes en el país, pues es la primera en ser grabada para la web. Aunque nació de un blog con el mismo nombre, este año la productora de contenidos virtuales Mimosa, relanzará los 12 capítulos que integran la primera temporada y estrenará la segunda.
-Háblenos sobre la serie web Susana y Elvira.
Fue una experiencia buenísima, de esas sorpresas que llegan a la vida cuando no las estás esperando. Un día, Carolina Ángel -productora de Mimosa- me dijo que estaban pensando convertir un blog en una serie web. En ese entonces era medio en chino para mí, porque en Colombia esto es una verdadera novedad.
Así que leí el blog y me pareció buenísimo. Luego tuvimos una reunión y allí acordamos que iba a actuar y a ser socia del proyecto porque, en realidad, la primera temporada se hizo con las uñas.
Lo maravilloso es que casi en una semana logramos hacer los primeros 12 capítulos y quedaron muy bien jalados.
- ¿Actuar para este tipo de proyectos requiere de usted algo diferente?
Hay un tono distinto, porque no debes cuidarte tanto de ciertas cosas que no serían posibles en una telenovela. Sin embargo, cada trabajo lo afronto con la misma responsabilidad y el mismo amor.
Acá hubo un grupo tan bonito y se forjó tan buen ambiente, que seguramente trabajamos más horas de las que normalmente se trabajarían en una novela. Tampoco es que nos hayamos matado, porque no se sintió pesado; estábamos todos dichosos y se nota el resultado.
- ¿Son historias realizadas solo por mujeres?
Son historias de mujeres. Pero en últimas, los hombres que tanto se quejan de que no logran entendernos, ¡mejor que vean una serie así!
Entonces no es única y exclusivamente para mujeres. De hecho, los conflictos que se muestran son de tipo sicológico, sufridos por personas comunes y corrientes. Además, se tratan temas que normalmente no se analizan en otros formatos.
Lo que nos ha pasado con el feedback de la gente, es que se sienten muy identificados. Creo que Susana y Elvira sí son un par de personajes reales. Hay muchas situaciones en las cuales uno echa para atrás la película y dice ‘sí, a mí me pasó esto’, y eso fue parte del aporte de cada una.
- Además, uno puede decidir en qué momento verla…;
¡Eso es un hit! Obviamente, educar a la gente para que vea un formato en internet es complicado. Mejor dicho: no soy experta en comprar a través de este medio ni de las que se mete todo el día ahí. Por ejemplo, yo alquilaba películas y quedé deprimidísima cuando cerraron uno de los sitios más conocidos…; y todo el mundo me decía: ‘Pero si entras a tal página, puedes ver todas las películas que quieras’.
Lo cierto es que soy muy ‘chapadita a la antigua’ y los años no llegan solos; por ende, entiendo que hay mucha gente a la que le cuesta todavía relacionarse con internet y sus virtudes.
- Habla del feedback, ¿qué les dice la gente?
Twitter es el mejor contacto directo, te dicen cosas lindas…; aunque también te pueden insultar. Lo mismo, la respuesta a través del blog.
Las personas son chéveres porque son gente autentica. Sí hay muchos elogios y también críticas constructivas.
En realidad me sigue sorprendiendo que el público quiera saber cuándo hay algo más de Susana y Elvira. ¡Lo quieren y lo necesitan! (risas).
- ¿Los contras de que sea la primera serie web del país?
Pues no sé si ha habido contras, porque superó nuestras expectativas. Yo me preguntaba: ‘¿Y esto, quién lo va a ver?’. Pero nos dimos cuenta de que la cosa empezó a verse rápido y bastante…; entonces todo es ganancia.
La parte difícil es que el público se quite ciertos patrones de conducta que ya tienen años y años, y están en la genética del colombiano. Así que es un poco difícil decirle a la gente que puede seguir teniendo todo: su novela, su fútbol; porque en realidad esto es un plus y puede decidir cuándo verla. Incluso, puede ver los doce capítulos seguidos, pues solo duran cinco minutos cada uno.
- ¿Cuándo regresa a la televisión nacional?
Contra las cuerdas la terminamos de grabar en diciembre y sale al aire por el canal RCN este año. Después de Mi Bella Ceci, grabé Popland para MTV. Entonces, por cosas y cosas, llevo un ratico de no estar en la televisión colombiana al aire. Esperemos que este año ya se dé.
Me sentí muy afortunada de que me tuvieran en cuenta para este proyecto, pues fue una época en la cual la televisión estuvo muy quieta y hubo muchos actores desempleados.
Además, la historia me pareció chévere. Tanto así, que no dudo en afirmar: es uno de los proyectos más lindos que he hecho.

Carolina Soto tiene una misión: promover la donación de órganos
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