comscore
Facetas

Leonardo Padura, el béisbol lo hizo el escritor que es hoy

El escritor cubano estuvo en el Hay Festival Cartagena 2023. Asistió a dos charlas, una al mediodía y otra en la tarde del sábado; pero algo sucedió en el almuerzo pues fue dos personas distintas.

Leonardo Padura, el béisbol lo hizo el escritor que es hoy

Leonardo Padura ha escrito novelas, cuentos, ensayos y reportajes. Vive en La Mantilla, barrio donde nació. //Aroldo Mestre - El Universal.

Compartir

“Ya puedo ir al cielo, ¿puedo ir a jugar pelota?”, le dijo de niño a su madre tras su primera comunión. Leonardo Padura nunca pensó ser escritor. El que aún vive en el barrio de La Mantilla, en La Habana, en la misma casa que construyó su padre hace casi 60 años, recuerda que el éxito literario no lo desarraigará de esas calles que lo vieron batear, descamisado y descalzo. Con la Ruta 4 yendo y viniendo. El béisbol fue, o sigue siendo, su gran pasión. Lea: Leonardo Padura: Cuba vive una “tormenta perfecta”

Predestinaciones existen. Cuando entendió que no tenía futuro como pelotero, fue a la Universidad de La Habana con la máxima de estudiar periodismo y así escribir sobre béisbol. De nada más. Pero al hombre lo poncharon sin coger el bate, pues en ese momento el gobierno cubano decidió que “había muchos periodistas”, así que no abrieron la carrera. En la marcha de la frustración vio: “Cine, teatro y televisión”. Y allá lanzó, pero fue un foul, pues solo era una asignatura de filología. Años después como filólogo se tatuó la impronta que tanto repite y la cual persigue Mario Conde en sus novelas: “Escribir es lo más importante para mí”. Lea: Leonardo Padura conversa en Cartagena de Indias

Una vida en extrainnings

Mientras era un rookie en su carrera como periodista, la que comenzó en 1980 en la revista literaria ‘El Caimán Barbudo’ y en el periódico ‘Juventud Rebelde’, pichaba curvas y bolas rápidas para publicar su primera novela ‘Fiebre de Caballos’, escrita entre 1983 y 1984. Los años siguientes ganó reconocimiento como ensayista, guionista y novelista.

Cuenta que esa experiencia periodística le dio el bagaje de la calle y del campo, en mixtura con la síntesis informativa, con la que comenzó a escribir las novelas de su tan conocido detective Mario Conde.

Quien escribe en el trópico, escribe donde sea. Un escritor en la campiña suiza nunca será interrumpido por un grito desde la calle: “Padura, Leonardo, Padura, ¡llevo pescado!”.

Y no ha habido novena entrada en su galopante carrera literaria, pues no ha parado hasta hoy. Ni cuando la gran crisis de los noventa dejó sin papel y sí con mucha hambre y desazón a su isla. El antídoto que encontró: “Escribir como loco para no volverme loco”.

Padura, el tranquilo

Al mediodía de ese sábado, asistí a un club de lectura que fue más una charla próxima, familiar, entre Padura y la crítica literaria Margarita Valencia en la que se abordó la obra del cubano y se presentó su última novela: ‘Personas decentes’. La décima novela del detective Mario Conde. Una tertulia a la que asistieron poco más de veinte sonrientes que se sintieron en el dugout más exclusivo del festival. Le puede interesar: “Es injusto llamar inmoral a mujer prostituta”: Padura en Hay Festival

Desconozco si fue la timidez provocada por el primer encuentro entre el ‘cuarto bate’ habanero y los ojos brillantes de unos asistentes que parecían más unos cazatalentos; o por la imperante belleza intelectual de las mujeres, mayoría en el recinto, como Lucía Coll, su esposa y guionista; Niurka Rigñack, gestora cultural; la escritora Diana Ospina o las integrantes del club cartagenero de lectura, Letras y Camelias; pero Padura fue mesurado en su intervención. Tranquilo, jovial, pero nunca adusto.

Le pregunté sobre los problemas sociales de Cuba que narra en su obra y sobre eso que alguna vez dijo que “los mundos felices son poco apropiados para la creación”, y respondió que no puede hablar por otros artistas que ven a la isla como un Olimpo para la inspiración. Lo que sí subrayó, y lo tomé como un consejo para alguien que quiere transitar del periodismo a la literatura, es que nunca se debe usar la escritura para agredir las actitudes de otras personas. “Si quiero tener libertad debo respetar los límites éticos de transgredir la libertad del prójimo”, expuso. Pieza para reflexionar cuando la juventud es impetuosa, carga un afán por figurar atacándolo todo, escupiendo lo que nos rodea como tabaco masticado.

Padura, el suelto

“No puedes cambiar de equipo de béisbol o pasar de los Beatles a los Rolling Stones, y estos hijueputas vienen a prohibirnos esa libertad”, y el gran Auditorio Getsemaní del Centro de Convenciones tronó en risas. Un Padura distendido exclamó: “No es pecado decir malas palabras, me dijo un cura”. Pero no apagó el fuego hilarante que provoca ver a un ídolo ser un humano a punta de putazos contra el régimen. Algo tuvo que pasar en el almuerzo, fue la tesis con la que me quedé más tarde.

Este momento ya fue en la tarde, en una conversación con el periodista español Juan Diego Quesada en la que se resaltó su renovación del género policial en lengua española, a través del ejercicio de una justicia poética que ataca a la ferocidad política y a la degradación social que abunda en las calles, y donde solo unos pocos virtuosos salen con decencia al sol. Virtud que siempre perseguirá Mario Conde hasta que Padura cuelgue la manilla.

Quesada le preguntó: “¿Por qué es tan jodido escribir?”. Padura dijo que lo jodido es escribir bien. La receta que me llevé es que toca tener una idea, cocinarla, manosearla y luego dedicarle tiempo y pasión, pues el talento se vence en cada esquina de la mediocridad.

Obras y premios

Entre sus novelas se encuentran: Fiebre de caballos, Tetralogía de las Cuatro Estaciones, Adiós, Hemingway, La novela de mi vida, La neblina del ayer, El hombre que amaba a los perros, La cola de la serpiente, Herejes, La transparencia del tiempo, Como polvo en el viento y Personas decentes.

También ha escrito guiones, cuentos, ensayos, crónicas y reportajes.

Entre sus distinciones se encuentra el Premio Princesa de Asturias de las Letras (2015), Premio Hammett (1998 y 2006), Premio Raymond Chandler (2009), Premio Nacional de Literatura de Cuba (2012), entre otros.

Es doctor honoris causa de la Universidad Autónoma de México.

Únete a nuestro canal de WhatsApp
Reciba noticias de EU en Google News