¿Ha notado que a menudo se utilizan nombres de enfermedades o trastornos de salud mental para descalificar a otros, o para burlarse? Puede que ni siquiera se dé cuenta, pero eso de decirle a un hombre enojado que es un “esquizofrénico, psicótico” o “bipolar” sin tener un diagnóstico solo afecta a quienes viven con este tipo de problemas. Según el doctor Pedro Gargoloff, miembro de la Asociación de Ayuda de Familiares de Personas que padecen Esquizofrenia, ellos sienten dolor, vergüenza, se autosabotean y hasta se niegan a recibir tratamiento debido a este tipo de señalamientos.
Por otro lado, están algunos medios de comunicación que, de manera poco asertiva, reducen a las personas con problemas de salud mental a un título descalificativo, que causa miedo y que hace daño. Títulos como: ‘El asesino era esquizofrénico’ engloban a una amplia población y alteran la percepción sobre este trastorno. La recomendación es nombrar los problemas de salud mental de forma contextualizada y solo cuando es imprescindible para entender la noticia. Puede leer: Positividad tóxica en redes: ¿es posible ser feliz todo el tiempo?
“Fíjate, las personas con problemas de salud mental tienden a ser más víctimas que victimarios, y realmente solo se presentan casos de violencia cuando no están en tratamiento, por eso los países deben darle importancia a la atención en salud mental”, añade Gargoloff.
Justamente, los expertos Ricardo Marcelo Corral y Pedro Rafael Gargoloff se idearon el manual “Las palabras importan”, un documento que enseña cómo comunicar temas de salud mental, con recomendaciones para los comunicadores sociales y para todos, con el fin de cultivar el respeto por esta población desde el lenguaje.
“El verbo a conjugar es educar a quienes no tienen manera de saberlo, porque son temas técnicos. No solo a los profesionales, sino también a los que estudian para ser profesionales. Cuantas más voces existan de personas que conocen el tema de manera adecuada, va a llegar a lugares donde se escriben cosas mal o hay fake news, también deben sumarse los influencers, todo el que pueda aportar para que exista un poco más de empatía y amor por el prójimo”, invita el doctor Ricardo Marcelo Corral. Lea además: La importancia de la salud mental en el entorno laboral
El término “enfermedad mental”: sí
“Este suele reservarse para aquellos procesos patológicos en los que la pérdida de salud tiene una causa orgánica conocida o sospechada, aplicable claramente a enfermedades físicas. La esquizofrenia, el trastorno bipolar y la demencia son enfermedades mentales”, anota el documento.
El término “trastorno mental”: sí
“Es más amplio y se usa cuando hay una alteración genérica de la salud, sea o no consecuencia directa de una causa orgánica evidenciable. Ejemplos: trastorno depresivo, esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno por estrés postraumático, fobia social”.
“Padecimiento mental”: poco apropiado
“Este suele referirse al sufrimiento (dolor, angustia) que se asocia a la pérdida de salud y puede o no, acompañar a los trastornos y enfermedades mentales. Su uso puede ser inapropiado, ya que padecimiento mental denota el impacto de la pérdida de la salud, o sea a las consecuencias de la enfermedad o trastorno mental en el bienestar de las personas”.
No encasillarlos
Es mejor referirse de la manera “Persona con (ejemplo: esquizofrenia)”, “y es que llamar a un individuo como esquizofrénico, bipolar, psicótico, etc., sustantivando su condición, pues, deja de lado las múltiples facetas propias de cada ser humano”.