Gabriel García Márquez y Mercedes Barcha. “Dejen un espacio para mí”, había dicho cuando las cenizas de Gabriel García Márquez descendieron en un cofre, en mayo de 2015, en el Claustro de la Merced. Su deseo se ha cumplido en este viernes 25 de marzo de 2022. Bajo la luz de marzo, sol de vidrio frente al mar de Cartagena de Indias, las cenizas de Mercedes Barcha descendieron en el nicho del Claustro de la Merced, al lado de las de Gabriel García Márquez. En una ceremonia privada e íntima presidida por sus hijos Rodrigo y Gonzalo García Barcha, familiares y amigos como Maribel Luque, directora de la Agencia Literaria de Carmen Balcells, Luis Miguel Palomares, hijo de Carmen Balcells, familiares de Cartagena de Indias e invitados de España, México, y otros lugares del mundo. Lea aquí: Las cenizas de Mercedes Barcha reposan al lado de las de Gabo Gonzalo y Rodrigo García Barcha, hijos de Gabo y Mercedes, durante la ceremonia de disposición final de las cenizas de ella, en el Claustro de la Merced.//Foto: cortesía. El delirio sobre la vida y obra del autor de ‘Cien años de soledad’ no cesa. La novela de su propia vida compite con los incontables libros que se escriben cada año en todos los idiomas sobre ensayos interpretativos de su prodigiosa herencia literaria y su vínculo ineludible con su historia personal, su relación con sus ancestros y la cultura del Caribe. La vigencia de GGM es abrumadora y deslumbrante a cuarenta años de recibir el Premio Nobel de Literatura en 1982, a setenta y cuatro años de haber escrito su primera columna periodística en el diario El Universal, a ocho años de su partida, a cincuenta y cinco años de su mítica y clásica novela ‘Cien años de soledad’, a setenta y cinco años de la publicación de su primer cuento y a noventa y cinco años de su natalicio.De Magangué para el mundo Mercedes Barcha, nacida el domingo 6 de noviembre de 1932, en Magangué, Bolívar, y fallecida el sábado 15 de agosto de 2020, no solo fue la esposa, musa y personaje de muchas de sus novelas y cuentos, sino la secreta guardiana de su obra literaria y de su glorioso destino de escritor. Mercedes fue clave en el proceso de creación de muchas de las obras célebres de GGM, y en especial de ‘Cien años de soledad’, fue su esposa durante 56 años, guardiana de su vida privada y guardiana del espacio y tiempo de GGM en su habitual y espartana disciplina de 9 a 3 de la tarde durante más de medio siglo de comunión y guardiana del destino de toda la casa, con sus dos hijos. Mercedes aparece como personaje de novela en el último capítulo de ‘Cien años de soledad’, en el segundo capítulo de ‘Crónica de una muerte anunciada’, en ‘El otoño del patriarca’, ‘El amor en los tiempos del cólera’, que está dedicado a ella, y en el cuento ‘Espantos de agosto’. Las columnas periodísticas de La Jirafa que escribió Gabo en Barranquilla, en el diario El Heraldo, eran un homenaje a Mercedes, a quien llamaba “cocodrilo sagrado”.“La anciana que le abrió la puerta con una lámpara en la mano se compadeció de su desvarío e insistió en que no, que allí no había habido nunca una botica, ni había conocido jamás una mujer de cuello esbelto y ojos adormecidos que se llamara Mercedes” (GGM, ‘Cien años de soledad’, 1967).La historia entre Mercedes y Gabo es una novela de amor. Se conocieron cuando ella tenía nueve años, se reencontraron a los trece años en un baile en Sucre, Sucre, y Gabo le pidió que se casara con él. “Muchos sabían que en la inconciencia de la parranda le propuse a Mercedes Barcha que se casara conmigo, cuando apenas había terminado la escuela primaria, tal como ella misma me lo recordó cuando nos casamos catorce años después” (GGM, en ‘Crónica de una muerte anunciada’, 1982).“En la población de Magangué, donde nació Mercedes, cargaron leña para el resto del viaje” (GGM, ‘El amor en los tiempos del cólera’, 1985).“Por un reflejo que ya formaba parte de mi vida desde hacía cinco años, miré a la casa de Mercedes Barcha. Y allí estaba, como una estatua sentada en el portal, esbelta y lejana, y puntual en la moda del año con un vestido verde de encajes dorados, el cabello cortado como alas de golondrinas y la quietud intensa de quien espera a alguien que no ha de llegar” (GGM, ‘Vivir para contarla’, 2002). Del Nilo al MagdalenaMercedes, de ancestros egipcios por línea paterna, fue la mayor de seis hijos de Demetrio Barcha Velilla y Raquel Pardo López. Estudió entre 1947 y 1948 su bachillerato en el Sagrado Corazón de Jesús de Mompox. Vivió en Magangué, Mompox, Sucre, Sucre; Barranquilla. Sus padres se residenciaron en Arjona. Disfrutó a sus cinco nietos: 2 nietas de Rodrigo, y 1 nieta y 2 nietos de Gonzalo. GGM sintió en su iluminada clarividencia que ella sería la mujer de toda su vida. Fue el ser más impresionante que Gabo tuvo el privilegio de conocer en la vida, según su confesión a Plinio Apuleyo Mendoza.EpílogoAhora las mariamulatas picotean el aire salado del Claustro de la Merced, persiguiendo unas migajas de pan. El rostro otoñal de bronce bruñido de Gabriel García Márquez vigila el mausoleo donde reposan las cenizas de los dos. Ahora los dos son aire y resplandor en la penumbra, piedra y susurro de mar, música eternizada sobre el mapa íntimo de la ciudad amurallada, historia de amor sobre las piedras de Cartagena de Indias. Lea además: Los últimos días de Gabriel García Márquez contados por su hijo Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Gobernación de Bolívar (@gobbolivar)