El barco que abordó Ángel Quijije con destino a Cartagena, hace más o menos 60 años, zarpó desde Manta, Ecuador. Allí vivía con su madre Julia Delgado, a quien le prometió que se iría de casa en busca de un mejor futuro para ambos en aguas colombianas. En la embarcación pesquera el ecuatoriano desempeñó diferentes actividades que iban desde pelar papas y lavar platos - tareas que realizó cuando ingresó, a los 14 años- hasta encargarse del mantenimiento, pesca, guardia y finalmente convertirse en cocinero, que fue su último rol antes de establecerse en tierra firme, a sus 70 años.
En el 2020, cuatro años después de retirarse de las embarcaciones, Ángel sufrió una isquemia cerebral transitoria, es decir, un accidente cerebrovascular o, en palabras coloquiales, un derrame. Y peor aún, de aquel trabajo nunca cotizó pensión. Ahora que realmente lo necesita es cuando la enfermedad lo atrapó: solo funciona el 25% de su cerebro, lo que le impide realizar sus actividades y necesidades básicas de forma consciente e independiente. Incluso bajó mucho de peso, dejó de caminar y de hablar con claridad, también ha presentado pérdida de la memoria. Le puede interesar: Video: la noticia que te devolverá la esperanza en la humanidad
Ángel tiene 7 hijos y son su única familia, pero ellos no pueden hacerse cargo de él, ni colaborar de forma económica. Su hija mayor es la excepción, pues es la única que vive con él, junto a su esposo y su hija menor de edad, en el barrio El Educador. La señora Gioconda Quijije se ha hecho cargo del papá durante el proceso de la enfermedad, pero además debe llevar el sustento diario al hogar donde residen cuatro personas, que no trabajan de forma estable.
Gioconda es camarera y por un tiempo ganó dinero limpiando casas, mientras su única hija cuidaba del señor Ángel. Pero el 27 de diciembre del 2020 tuvo que dedicarse a su padre de tiempo completo debido a un incidente que él sufrió y que comprometería su vida.
“Él se cayó en manos de mi hermana y se golpeó la cabeza, eso le causó dos hematomas subdurales”, dijo la mayor de los Quijije, y añadió que esto empeoró la salud de Ángel hace un año. El señor Quijije había mostrado mejoría desde que empezó las terapias físicas y de fonoaudiología, pero le suspendieron todos los tratamientos y servicios médicos por un inconveniente con la EPS y el vencimiento de su cédula de extranjería. Su hija realizó los trámites en inmigración, y también lo afilió en condición de subsidiado a la EPS Cajacopi, donde le asignaron dos consultas para finales de este mes.
Desde la última visita al médico, a la que asistió a mitad de año, al paciente le indicaron que necesitaba de forma urgente una almohada ortopédica cervical para mantener la postura correcta de su cuello y cabeza, pero Gioconda no ha conseguido el dinero para comprarla.
Además, Ángel necesita un colchón nuevo, pues el que usa no tiene las mejores condiciones en cuanto a higiene y comodidad. Los pañales desechables tipo Tena tampoco son la mejor opción debido a que no se ajustan al cuerpo del señor, por la disminución de masa corporal que ha presentado.
Hace un mes y medio Gioconda se realizó una histerectomía, y a pesar de que la recuperación requiere seis semanas de reposo, ella ha tenido que continuar velando por la salud y cuidados de su padre, con la esperanza de que alguien le brinde la ayuda que tanto necesita. Lea también: El inmenso talento de un niño llamado Isaac Abdala