Para entender el calibre de esta historia, o mejor, de su protagonista, hay que mencionar que Alberto Farah logró sobrevivir con el 4% de probabilidades que daban los especialistas que atendieron su caso. Albert, como cariñosamente le llaman familiares y amigos, es un joven cartagenero de 31 años, deportista, emprendedor y líder exitoso de una de las empresas con mayor reconocimiento en el sector turístico de la ciudad, Nauty 360°. El pasado 12 de enero tuvo que enfrentarse a la situación más difícil de su vida, como lo narra él mismo, ese fue el día en que “ese cablecito que tenía suelto en el cerebro decidió reventar”.
Y así comienza la historia de un luchador, una persona perseverante, disciplinada, que dos años antes celebraba ser la portada de la revista Forbes Colombia, y que ahora debía enfrentarse a una dura situación de la cual solo los campeones de la vida logran salir victoriosos.

Un mes después del acontecimiento que por poco le cuesta la vida, despertó en la camilla de un hospital y notó que no podía mover ni sentir la parte izquierda de su cuerpo. Estaba intubado y con diagnóstico de Accidente Cerebrovascular Hemorrágico (ACV) o derrame cerebral, enfermedad causada por desbalances en la corteza cerebral, falta de oxígeno, trombosis, embolias o, como en el caso de Alberto, la ruptura de un vaso sanguíneo, y que afecta el habla, el sistema nervioso, el pensamiento, la memoria y el movimiento.
“Imagínate que recién llegando a los treinta, te levantas un día en una habitación de hospital sin poder mover la mitad de tu cuerpo, sin entender qué pasó, cómo pasó y sin expectativas de lo que vendría. Luego empiezan a explicarte que fuiste un milagro. Bueno, eso fue lo que me pasó, para la gloria de Dios, hoy sigo aquí”, escribió Albert en una publicación del 3 de abril en Instagram.
Desde entonces, publica semanalmente contenido informando a las personas sobre su recuperación, generando enorme empatía, respeto y admiración. “Las redes sociales han sido la herramienta perfecta para comunicarme con familiares, amigos y demás personas que de otra manera no hubiera podido hacerlo. Gracias a ellas pude informar a todos sobre lo que me había sucedido, hoy las utilizo como un canal de motivación”, aseguró.
Albert habló con nosotros con un deseo genuino: decirles a todas las personas, no importa en qué condición estén, que pueden superar sus obstáculos.
La recuperación
El 7 de febrero, una semana después de despertar del coma, inicié una carrera por mi recuperación. En principio, no podía sostener la cabeza, ni las extremidades, con los días fui recuperando movimiento y sensibilidad. Han sido semanas de mucho trabajo, entrega y dolor, tengo un equipo maravilloso de fisioterapeutas, con quienes realizo jornadas de más de cinco horas diarias. Pronto recuperaré el 100% mi movilidad.

Uno de los momentos más gratificantes fue cuando comencé a recuperar la memoria, me sentí muy feliz. Lo más difícil ha sido sin duda el proceso de rehabilitación motora, se requiere mucha fuerza mental, espiritual y física.
He sido deportista toda mi vida, extraño la calistenia, la natación, trotar, montar bicicleta. Trabajando duro, sé que podré hacerlo nuevamente.
Sobre mis afectaciones, tengo que decir que en comparación con otros casos de Accidente Cerebrovascular son temporales. El tiempo que los especialistas estimaban para mi recuperación era de dos años. Sin embargo, estos meses he avanzado de manera significativa, obteniendo resultados que se proyectaban en 12 meses.

¿Qué es lo que más te da fuerza en este proceso?
Tengo un hijo de 2 años y medio, se llama Alejandro. Sin duda ha sido mi principal motivación. Siempre deseé volver a cargarlo y hacer cosas con él cosas que cualquier padre hace con su hijo. Alejandro siempre quiere darme las medicinas, todos los días se le ve como un niño muy sensible y curioso.
Mi esposa, Daniela González, ha sido parte fundamental en mi recuperación. Sin ella no sería capaz de sobreponerme a esta situación, y mis amigos, sobre todo aquellos de infancia, han demostrado total empatía y respaldo.
Presente, futuro, metas y sueños
Primero quiero recuperarme espiritual, mental y físicamente. Más joven, uno sí piensa en el dinero, siempre he sido emprendedor, pero mi percepción ha cambiado. Ahora mi emprendimiento se basa en la gente. Pienso seguir trabajando en mis negocios, pero ahora enfocado hacia las personas, para que puedan tener una mejor calidad de vida. También quiero crear un centro de rehabilitación porque en nuestra ciudad a pesar de tener excelentes especialistas y fisioterapeutas, no contamos con los espacios y tecnologías necesarios para ofrecer un servicio de calidad.
Me veo como un motivador, brindando conferencias alrededor del mundo. Yo me he movido en los negocios, y allí, un emprendedor que no logre los objetivos propuestos o que incluso vaya a la quiebra, necesita motivación. Ahí me veo. No solo se debe llegar a los jóvenes, sino a los adultos, a los ancianos. Ellos también tienen inspiración. Entonces, siempre que haya vida, hay una oportunidad, hay inspiración.
Sobre el gobierno y el sistema de salud
No brindan el apoyo necesario para las personas como yo, las entidades prestadoras de salud (EPS) no dan la talla ante la complejidad de la enfermedad y el Estado tampoco cuenta con las herramientas necesarias. Es increíble que las EPS inicien las terapias de rehabilitación en los pacientes, uno o dos años después de los eventos.
Aprendizaje
Valorar más la vida y tener empatía con las personas. Nunca vi esto como castigo, sino como una oportunidad de seguir adelante y ayudar a otras personas.
Veo esto como un propósito más que un castigo o negocio. El mensaje para los cartageneros es una regla de oro, dice la Biblia que todas las cosas que esperáis de los hombres, hacedlo por ellos. Cartagena es una ciudad virgen en muchos aspectos, esto trae consigo muchas oportunidades, pero se necesitan muy buenos líderes. Primero la salud y educación, para transformar todo lo demás.