Mi nombre es Elkin García Alfaro. Nací en San Jacinto, Bolívar, en el seno de una familia humilde, honrada y trabajadora. Con esfuerzo después de tres intentos y mucho estudio pasé a la Universidad de Cartagena, con la convicción de amar la Medicina y amar lo que hago.
“Me considero un buen ser humano por todo lo aprendido desde mis raíces: seis años de mi vida trabajando como médico general con un sistema de salud que poco beneficios nos brinda, un Gobierno que nos ha olvidado; lo único que a mí, y sé que también a muchos de mis colegas, nos movía en esta profesión era contar con la satisfacción de que ayudar equivalía a un agradecimiento, a una sonrisa, a una familia feliz, a una nueva oportunidad de seguir vivo.
“De octubre a noviembre aparece un enemigo que no vemos, parece inofensivo y está muy lejos de nuestro país, Colombia. En pocos meses empezamos a escuchar sobre él: muertes, contagios incontrolables, el antiguo continente inmerso y sometido a este enemigo silencioso e invisible. En febrero de 2020 ya nos asustaba, pero seguíamos pensando ‘eso no llegara acá’. Llegó marzo: primer caso de coronavirus en Colombia y primera muerte en Cartagena confirmada por COVID - 19. El país empezó a entrar en temor, las noticias empezaron a alarmar todo nuestro sistema emocional.
“Los médicos pasamos a primera plana. Los ‘héroes’ nos llaman, en la noche nos aplauden, hacen sonar canciones y nos dan esperanzas. Héroes que siguen bajo maltrato laboral, con pobres insumos por parte de las unidades prestadoras de servicios, donde muchos trabajamos bajo la modalidad de obra/labor.
“Sin embargo, seguimos en pie de lucha, seguimos educando a la población, seguimos tratando de informar lo más que podemos sobre este virus para evitar tasas rápidas de contagio, pues sabemos es una simple gripa en unos, pero en otros puede ser la muerte... el dejar unos hijos huérfanos, el dejar una familia sin su pilar, el dejar un hueco en nuestros corazones.
“Empieza a avanzar la pandemia, todos asustados tomando medidas desesperadas pues estamos en un medio donde la salud no es la mejor en infraestructura u oportunidad. Los gobiernos nacionales y locales se contradicen, las personas empieza a sufrir despidos, aumenta el hambre, aumentan los contagios y las muertes, la enfermedad aparece por todos los medios de comunicación y es acá dónde unos pocos, pero con la ayuda de publicidad y redes sociales, empiezan a desvalorar, juzgar y maltratar al personal de salud en general.
“Ahora no solo debemos lidiar con malos contratos, con falta de insumos, con falta de elementos de protección personal, sino también con los insultos, la discriminación de nuestro pueblo. Sí, ese pueblo por el que hacemos tanto.
“Videos llenos de odio e ignorancia empiezan a circular en las redes, y los creen.
“Las personas no comprenden muchas cosas y no tienen por qué, si no están metidas en este tema de la salud. Es como si te dijeran siendo médico: ‘Ven y arma este computador’, o ‘pon a funcionar esta máquina industrial’. Es algo imposible, pues no es nuestro campo, pero si leo o me informo de fuentes veraces... quizá pueda resolver algo. Eso no pasa en Colombia; acá preferimos atacar, amenazar e intimidar y lo peor es que en este país las amenazas sí se cumplen.
“Protocolos de pandemia cambian absolutamente todo, y más en donde el contagio empieza a crecer y las muertes empiezan a aumentar. Nos guiamos de protocolos mundiales adaptados a nuestro país por medio del Ministerio de Salud y Secretaría de Salud. En hospitales ya no se manejan igual las reanimaciones. Nos toca vestirnos con trajes de mucha protección, pesados, que nos deshidratan y máscaras que nos marcan y nos dan mucho dolor a nivel facial, turnos de 6, 8, 12 horas e incluso de 24 o 36. Pero pensamos ‘sí vale la pena tanto esfuerzo’. Muchos seguimos dispuestos y atentos ayudar porque para eso estudiamos.
“Hay que comprender que las pruebas para detección del coronavirus no son 100% eficaces. Pruebas de COVID-19 tienen valores de especificidad altos, pero su sensibilidad es baja, por eso existe un alto riesgo de que un resultado de falso negativo, es decir, que un alto porcentaje de personas puede dar negativo en la prueba, pero realmente sí tiene la enfermedad.
“Explico. La prueba de ‘Reacción en Cadena de la Polimerasa’- PCR, en su mejor momento, tomándola con la mejor técnica, teniendo la mejor cadena de frío para trasladarla, puede llegar máximo a un 82% de efectividad, quiere decir que de 1.000 pacientes, 820 me van a dar positivos y 108 me van a dar negativo, pero no porque no tengan la enfermedad, realmente sí la tienen.
“Los protocolos de manejo de reanimación y cadáveres cambiaron totalmente. No es lo mismo un fallecido hace 6 meses a un fallecido en estos días. Todas las muertes son altamente sospechosas de COVID- 19 y más si son muerte súbita. Entonces la reanimación se debe hacer con muchas precauciones y elementos de protección. Si colocamos accesos, si intubamos a una persona... No podemos quitar estos elementos porque liberan secreciones y el riesgo de contagio es mayor. El cuerpo se entrega en dos bolsas, las cuales llevan alcohol por todos lados. ¡No se deben abrir, por favor! Sé que por temas culturales y sociales queremos ver y enterrar nuestros muertos, pero también debemos evitar contagiarnos. Cuidémonos, sigamos las recomendaciones.
“La sociedad no nos cree, la sociedad nos discrimina, nos amenaza, nos irrespeta pero nosotros seguimos recomendando cuidarse. Nadie quiere un familiar muerto, nadie está cobrando subsidios, nosotros también sufrimos al ver que un paciente, así no sepamos quién es, murió.
“Primera muerte del colega Carlos Fabián Nieto en Bogotá, Clínica Colombia, después de aproximadamente 15 días luchando en la UCI por sus dos hijos y su esposa, el 19 de marzo 2020. Hay miedo, hay reclamos por elementos de protección, el país se empieza a alertar hasta que llega la cuarentena iniciando un 25 de marzo.
“Los médicos seguimos en nuestra lucha, educando, trabajando, dándola toda por nuestros pacientes, pues a pesar de los malos empleos, las pobres oportunidades para estudiar, las demandas, los abogados, que solo esperan una falla para atacarnos, nos sigue motivando nuestra sociedad. Esta sociedad, que tiene hambre, que vive en un país con alto nivel de desigualdad social, que está asustada pero le toca salir porque o morimos de hambre o morimos de COVID-19.
“Los médicos, motivados a seguir ayudando con ojos que brillan y lágrimas que se asoman cuando escuchamos ‘gracias por su labor’, son los verdaderos héroes.
“Sin embargo, ya se reafirman los videos, ya la gente cree que los médicos estamos haciendo negocios con esta patología tan dañina, ahora no somos los héroes si no los ‘desgraciados del cartel del COVID- 19’. Increíble ¿cierto?
“Colombia, donde vale más difundir una noticia amarillista o un video denigrante que información verás; amenazan de muerte a colegas e incluso les envían coronas fúnebres a su trabajo y apartamentos.
“Los aplausos y los héroes pasaron a ser villanos, increíble esta sociedad, a pesar de todo seguimos en pie de lucha, a nosotros nunca nos ha importado el reconocimiento, el quién soy, de qué familia vengo, o en qué universidad estudié. Cuando estamos con un paciente crítico, lo único en que pensamos es en sacarlo adelante, a pesar que el sistema de salud no nos brinde las mejores condiciones.
“Ojalá la sociedad reflexione y los medios de comunicación nos ayuden. No pongan en duda nuestra labor”.
