Llegamos a Pasacaballos cayendo la tarde. El Centro de Atención Primaria- CAP, esa casita sucia y pequeña, parecía estar esperándonos con malestar. Nadie recuerda si alguna vez fue bueno.
Hay un doctor, un recepcionista, una auxiliar de enfermería y un celador. Con esa ‘nutrida’ nómina, el Distrito de Cartagena, representado en el Departamento Administrativo Distrital de Salud DADIS, busca atender las necesidades de los 12 mil habitantes que tiene el corregimiento. Ah... y de las personas de El Recreo o Leticia, que al igual que ellos día a día oran pidiéndole salud a Dios, porque no hay de otra.
-¿Hay algún encargado o vocero, pueden decirle que vengo de El Universal y si me puede dar una pequeña entrevista, me pueden dar su número de teléfono?, pregunto. Los trabajadores se miran atónitos, no tienen idea de qué decir. A uno de ellos le tiemblan las manos. Alguien dice que eso “debe hablarse con la coordinadora”.
“Así que hay una coordinadora” - pienso, pero nadie me dice cómo se llama. Los enfermos no saben quién es y los trabajadores están mudos.
Si miramos el lugar, no hay mucho que decir. Los enfermos esperan a que el único médico los atienda, sin nada más que hacer que cruzarse de brazos.
Por mucho que limpien el lugar parece que siempre está sucio. Aquí nadie es amable, parece. Es tan lamentable el estado que parece que este centro estuviera en la mendicidad, sin dinero para nada.
Diez minutos después, acompañada de la presidente del Consejo Comunitario Arinda Gándara y de la también líder Candelaria Romero, sé que no tendré éxito porque nadie quiere referirse a la situación de este centro.
Y ¿ quién va a querer hablar?
“Una amiga llegó hace un tiempo al CAP y la devolvieron para la casa, cuando regresó otra vez a ver al médico, el bebé ya se le estaba saliendo. Si no estoy mal el niño tiene problemas ahora”, cuenta Milena Puerta, una joven líder y abogada de la comunidad.
La atención primaria en Colombia está pensada para la promoción en salud, la prevención de la enfermedad, el diagnóstico, tratamiento y rehabilitación del paciente.
Pero hay tantas historias que flotan marcadas de dolor alrededor de este establecimiento ‘médico’, que nadie sabe por qué aún está ahí o mejor... para qué sirve tener un CAP en Pasacaballos.
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Aris, como llaman a Arinda, anda de aquí para allá, tiene la mirada llena de impotencia, pero no de resignación. Su colorida pañoleta se mueve al son de sus palabras, que también están cargadas de esperanza para un futuro mejor para Pasacaballos. Estoy rodeada de líderes sociales.
“No tiene una sala de hospitalización sino el espacio que usted vio donde hay dos camillitas. Cuando aquí un sábado o un domingo, que este pueblo es parrandero, pasa cualquier cosa, no hay atención y empiezan es a buscar para partir y dañar porque esto no tiene la capacidad para atender a la mayoría de los pacientes que llegan ahí. Aquí hay aproximadamente 19 mil habitantes sin contar que es el corregimiento más grande. Y súmele la atención a las veredas que también la brindan para Leticia, El Recreo y Santana”, continúa Aris.
“Las veredas están al lado del Dique, hay algunas a las que se puede llegar en moto pero las vías están en muy malas condiciones y no tienen luz. Hay una parte a la que se puede ir en lancha pero te imaginas cuánto se demora el trayecto para una persona que esté muy enferma”, complementa Milena Puerta, una joven líder de Pasacaballos
Ramiro Torres Espinosa, de la Veeduría Ojo Pelao, no entiende cómo es que el Distrito no atiende la súplica de la ciudadanía afectada, entre la que figura él.
“Un buen centro de salud es una necesidad. Vine el 12, después de Fiestas de Noviembre, a tomar una cita y me la dan para el 27 de noviembre. Con llamadas y quejas a la Superintendencia de Salud, me la dieron para el 21. Ya tengo los exámenes y tengo cita para el 10 de diciembre. Aquí mismo, en el hospital de aquí, solo de medicina general. Hay niños, ancianos, mujeres embarazadas que necesitan urgencia”, reclama.
El nuevo hospital
Aris dice que hay un presupuesto que ya está asignado para la creación de un mejor puesto de salud en Pasacaballos.
“Un 70% lo va a dar Reficar y el 30% el Distrito. ¿Qué pasa?, que se había conseguido un lote de 1.000 metros cuadrados que cuando vino Dasalud y DADIS miraron que no estaba apto ni viable para hacer sino un puesto de salud igual a este.
“Se consiguió buscar un lote de 3 mil metros cuadrados que sirve para eso, tendría el Distrito que tener la buena voluntad para hacer las vías de acceso porque igual Pasacaballos está creciendo.
“En la mesa quedó que buscando nosotros el lote, ellos harían el estudio. El primer estudio fue fallido y el segundo ni siquiera lo han hecho. En su momento se dijo que el Distrito estaba presto a comprar el lote y hasta ahí quedó, ¿entonces cuál es la petición? Que se tenga ese querer para hacer ese hospital”, finaliza.
La petición
Ramiro está seguro de que “del Fondo de Desarrollo Local, a Pasacaballos le corresponde el 30% y como comunidad estamos dispuestos a que se invierta específicamente en el hospital”.
Es de noche y nos ilumina una luz amarillenta. Mientras hablamos de las causas por las cuales no se ha hecho un esfuerzo del Distrito para que, con el apoyo de Reficar, se haga el hospital, otro joven líder que nos acompaña, Jair Gómez, habla de negligencia local.
“Es mera negligencia. Este problema que tenemos ha salido en varios canales televisivos, en periódicos y varias veces se ha manifestado por ello (...) Esto es urgente. En 2015 se hizo un estudio y las enfermedades más típicas de aquí tienen que ver con respiración y problemas de la piel”, continúa Jair.
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Hasta el cierre de esta edición, ninguna de las fuentes consultadas en DADIS respondió las preguntas de El Universal. Y también encontramos a Jahaira (sin apellido), la coordinadora del CAP Pasacaballos, cuyo número amablemente me lo dio una de las fuentes. Ella dijo que nadie la había autorizado para hablar.
Hay que preguntarse: ¿Por qué el silencio frente al CAP de Pasacaballos?
