Saltones de Mesa y Camarón fueron de las poblaciones que más sufrieron la violencia de los años noventa en los Montes de María. Hectáreas de bosque tropical verde, con variedad en fauna y flora, fueron por años blanco militar debido a la presencia en esa zona de grupos al margen de la ley.
Hoy se puede regresar libremente a ese paraíso (así esperan sus habitantes que se mantenga) y justo por eso sus líderes emprendieron la Fundación Bosque Tropical, para salvaguardar una zona rica en agua y especies nativas.
Ronald Mendoza y su equipo han sido desde hace varios años guardianes de la vereda Saltones, mientras que Angelina González lo es de Camarones.
Angie Tinoco Sotomayor, la directora de Fauna Silvestre, ha trabajado de la mano con estas fundaciones y para ella personas como Ronald y Angelina representan “un casco” que protegerá a estas comunidades al afrontar los problemas ambientales que puedan llegar con el tiempo.
“Reforestar, conservar los árboles de las fuentes de aguas, dejar bosques como reservas como los cerros de la vereda Camarón, crear figuras de conservación como el Parque Ecológico de Saltones de Meza Dimas Hernán y emplear una agricultura sostenible a largo plazo crearán resiliencia para esta subregión tan importante. En ella encontramos un suelo fértil para cultivar, nacimientos de agua que alimentan la zona, especies endémicas y en vía de extinción como el tití cabeciblanco (Saguinus oedipus) y encontramos uno de los bosque más amenazados de Colombia, el bosque seco tropical”, exalta Angie.
Ronald Mendoza es el director de la Fundación Bosque Tropical y del proyecto Parque ecológico Dimas Hernán. Este joven, de 22 años, además de dedicarse a las actividades del campo, es técnico en producción agropecuaria, profesional en salud ocupacional y gestor social por la defensa del territorio y conservación de los recursos naturales.
Describe este parque como una herramienta para empoderar a las personas del territorio, gracias a prácticas agroecológicas y además el buen manejo de los recursos hídricos. Su objetivo es que la comunidad aprenda a proteger la naturaleza, específicamente a su bosque seco tropical, y disfrutar mejor de sus recursos naturales.
Esta reserva lleva el nombre del señor Dimas Hernán, pues es un habitante de Saltones de Mesa que decidió donar para contribuir con esta labor.
Además, los líderes reciben esporádicamente a ‘ecovisitantes’, como los llaman, que buscan maravillarse con la naturaleza.
“La Fundación Bosque Tropical nace en 2018 y abarca muchas comunidades en todo Montes de María. Tenemos alianzas con corporaciones y fundaciones y buscamos alianzas con los Gobiernos y entidades internacionales. Este es un proyecto comunitario en el que le damos participación a todos. Lo que buscamos es conservar el bosque seco tropical y que conozcan la importancia que tiene”, explica Ronald.
Fundación Bosque Tropical protege a especies como el mono tití cabeciblanca, la pava congona o el guayacamayo azulamarillo, a través de programas que evitan la caza furtiva y la deforestación de su hábitat. Ronald cuenta que además dejan rutas para que estos animalitos puedan transitar libres por el territorio.
En cuanto a proteger las fuentes hídricas, los líderes se encargan de actividades para conservar la represa San José del Playón y frecuentemente limpian los arroyos (recogieron 10 toneladas de residuos plásticos durante la última jornada).
“Además, tenemos el programa Cine de Bosque, donde le mostramos a la comunidad grabaciones de lo que hay en el territorio y videos de territorios similares para que todos sepamos lo que estamos cuidando. El 7 de julio haremos una charla”, adelanta el líder.
Los líderes buscan incluso alimentos más sanos en esta zona, con buenas prácticas agroecológicas.
“Hemos logrado que la comunidad nos acepte y que todos participen. Hemos tenido intercambios de experiencias, de saberes y conocimientos y hemos brindado herramientas como la educación ambiental, el buen manejo de los residuos sólidos y la conservación del ambiente con prácticas agroecológicas. Los alimentos pueden ser más sanos y saludables en nuestro territorio”, destaca.
Poco a poco, la comunidad está olvidando el sonido de las bombas y disparos.
“Hay que admirar a los líderes ambientales de los Montes de María. Pese a que este territorio fue un lugar golpeado por el conflicto y en el cual los campesinos sufrieron desplazamientos y vivieron experiencias atroces, ahora, con el posconflicto, ellos han tenido la fuerza y la voluntad de trabajar para aprender, elaborar, gestionar y enseñar prácticas que ayudan a conservar los recursos naturales. Hoy comprenden por ellos mismos la importancia y el beneficio que tendrá una comunidad al proteger sus recursos y su biodiversidad, con la poca ayuda que han recibido de entes públicos o externos”, reconoce Angie.





