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Los guías del mar rosado y del pueblo de moda

Una ‘tropa’ de guías turísticos de Galerazamba muestra las maravillas del pueblo a quienes llegan a conocer las minas de sal de Bolívar. Tras una crisis, ahora el corregimiento está de moda.

Los guías del mar rosado y del pueblo de moda
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Dicen por ahí que “después de la tormenta siempre llega la calma”. En este caso después de una crisis parece haber más tranquilidad en Galerazamba. Hace unos meses sonó en la radio, se vio en los periódicos, en las noticias, el descontento de un pueblo afectado por el “abandono”, ahora su nombre se ha puesto de moda, pues las salinas, motor de su economía, se han reactivado, algo que genera optimismo por las toneladas de sal que volverán a extraerse de unas piscinas naturales de agua marina, que hoy lucen un llamativo color rosado. Esas mismas piscinas han encendido con buena marcha otro motor que impulsa al pueblo: el turismo. Tan atractivas son las salinas que hasta acaban de tomar al mar rosa como telón de fondo y escenario de un video para un comercial con el cantante Carlos Vives.

Los guías de Galerazamba

“Nos vestíamos y salíamos todos los días como si fuéramos a trabajar”, pero el trabajo era buscar trabajo. ¿Dónde, si en toda la inmensidad del pequeño pueblo de vientos supremos y silbantes, no había mucho que hacer? “Nos sentábamos en la plaza, en la esquina del hospital, desde por la mañana, a ver qué salía en la zona, hasta por la tarde, que ya regresábamos a la casa, a veces nos íbamos sin pena ni gloria, o nos rebuscábamos que si los cinco o los diez mil pesos. Éramos varios los desempleados del pueblo”.

Quien habla es Amaury Babilonia, uno de los guías que por estos días recibe a los turistas atraídos por el rosado del mar. Amaury solía, como muchos otros coterráneos, trabajar en las salinas, extrayendo sal. Lo hace desde niño, pero por tres años no hubo producción de sal en Galerazamba y, por tanto, no hubo trabajo para sus habitantes, entre ellos Amaury. La situación estuvo tan dura que había días en que salía a buscar empleo y regresaba a casa con las manos vacías.

El año pasado, tras esa “crisis” y con toda una “revolución” que movilizó a este corregimiento de Santa Catalina, empezaron a ver una luz. Amaury y sus amigos vieron que la mina donde han trabajado por décadas estaba inactiva, cerrada y custodiada por vigilantes de la empresa que la tenía en concesión. Aún así, atraía turistas. “Nos dimos cuenta de que las personas venían y no había quien las orientara y guiara, se nos prendió la chispa y conformamos un grupo de siete personas”, recuerda Gerson Estrada Alvarado, otro habitante de Galerazamba, guía y trabajador de las salinas. Safrogazamba, que significa Salinas Afrodescendientes de Galerazamba, es la organización de guías turísticos que armaron después ir y venir, entre Cartagena y Bogotá, tocando puertas en el Ministerio de Minas. La Gobernación de Bolívar los ayudó y ellos pudieron establecerse. El 6 de diciembre de 2018 comenzaron a funcionar, justo cuando el agua empezaba a tornarse de ese color.

Altas expectativas

El turismo mueve y da vida a un pueblo que a ratos parecía muerto. Y quién mejor que ellos, que tantos años han trabajado en ellas, para contar la historia de las minas de sal, contar que el mar está así, rojizo, por “una larva, la artemia, parecida al camarón. Más que todo nace en época de invierno, antes del proceso inicial de concentración del agua en las piscinas, nace, se reproduce, pone los huevos y muere. A medida que el agua va cogiendo el grado de salinidad, de concentración, va cogiendo el color rojo, más o menos entre noviembre o diciembre”, refiere Gerson.

“¿Y cuál es la función de ese color rojo?”, se pregunta el mismo Gerson: “Juega un papel importante dentro del proceso, porque sirve como filtro solar, permite que los rayos solares penetren más en el fondo del agua y ayuda a evaporizar el agua. Es un proceso natural, no contiene ningún químico ni sustancias para agilizarlo”, responde.

“Desde que tengo uso de razón nos hemos caracterizado por cosechar sal, vivimos de esto. Este proceso de ser guías turísticos se inició desde el año pasado, en noviembre. Arrancó en base a una protesta que nosotros hicimos, por la ausencia de la cosecha de sal en años anteriores, eso estaba paralizado”, nos comenta.

Ahora, las expectativas están por doquier en el pueblo. Hay muchas. Todos esperan que por fin den luz verde para comenzar a recolectar sal este año. Ya tienen la indumentaria. Una vez den la orden, arrancan. “Sí, ahoritica sí estamos recibiendo buenas cosas, de la mano de la empresa que viene a hacer la extracción y del Gobernador. La gente está pendiente es de su cosecha, la gente quiere trabajar, ya todo está listo para entrar y recolectar”, afirma David Polo, otro guía.

Llega del turismo

Las salinas de Galerazamba son una maravilla natural del Caribe colombiano, tienen más de cien años y llenaron de esplendor a todo el pueblo. En sus calles hay rastros de esa gloria, las fachadas mismas lo son, igual que muchos recuerdos atizan la fe de sus pobladores sobre volver a relucir la prosperidad de antaño, esa que acabó en 1992. “Fue el año en que esto lo privatizaron, fue el año en que se acabó todo, en el famoso revolcón del presidente Gaviria. Galerazamba quedó detenida en el tiempo, pasamos de más a menos, llegaba gente, personas de afuera, pero no era lo mismo. Hay una firma, que es la que se va a encargar de cosechar la sal este año, y estamos optimistas con eso”, comenta Gerson. La soledad de las calles de Galerazamba se ha disipado. “Nosotros ahora, como te decía, estamos dedicados al turismo, pero esperando que den la orden para empezar a trabajar en las salinas. Vienen personas de muchas partes, hace unas semanas estuvo el expresidente Samper aquí, por ejemplo. Vamos para adelante, este trabajo de guías significa mucho para nosotros, le hemos metido mucho amor”, añade Gerson. Junto a él, trabajan Amaury, David Polo, Leonel Alvarado, Enrique Caraballo, Evelsi Polo y Esperanza Torres, que conforman Safrogazamba.

Mientras Gerson nos habla, un lujoso y brillante Mustang gris frena en la vía, baja sus vidrios y el conductor pregunta:

¿Dónde está el mar rosado?

- Siga derecho. Si quiere, nosotros lo guiamos - le responden.

El automóvil se pierde en el panorama y más atrás aparece un camión.

- Esos traen indumentaria para un video de un comercial que están grabando aquí, en las salinas de Galerazamba- nos comenta el guía.

Una van con otros visitantes, que ha terminado su recorrido, se marcha y se cruza con cuatro turistas que entran caminando hacia ese lugar donde el mar es rosa y donde un pueblo guarda las esperanzas de un mejor vivir.

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Reabierta

La Gobernación de Bolívar y la Agencia Nacional de Minería (ANM) reabrieron las salinas con el objetivo de devolver el bienestar a las más de tres mil familias del corregimiento. La reapertura se da luego de que la ANM avalara el proyecto de exploración minera presentado por la Gobernación y articulado con la comunidad de Galerazamba, que será la encargada de extraer la sal. Esperan recolectar unas 60 mil toneladas de sal en los meses, las cuales tienen su compra asegurada con una empresa norteamericana. En junio, cuando se abra la licitación para la explotación formal, apoyarán a la comunidad para que participe de dicha licitación.

El trabajo es nocturno, entre 10 de la noche y 7 de la mañana. Es por producción, entre más toneladas sacas, más ganas. En tres o cuatro meses se están recogiendo 20 mil toneladas”.

El mar, a través de una bocatoma, va llenando una ciénaga, que a su vez alimenta todos los estanques de la mina.

Nos dimos cuenta de que las personas venían y no había quien las orientara y guiara, se nos prendió la chispa y conformamos un grupo de siete personas”, dice Gerson.

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