

El Sanguinario, El Mampano, Deadpool, El Galonazo y muchos autos más, se presentan al público haciendo gala de un sonido que supera los 130 decibeles. Están ataviados con brillantes luces neón, y nombrados de acuerdo a su personalidad, porque pues los carros también tienen personalidad... según los propietarios.
“Ahí viene, ese es El Sanguinario, es como nuestro carro insignia”, menciona uno de los integrantes del Club Élite Sound Cartagena, uno de los más prestigiosos clubes de car audio de la ciudad, que pronto cumplirá un año. Audio, sonido, luces, presencia y en resumen, imponencia, es lo que buscan quienes tienen este hobby.
Muchos de ellos, al sonar música en su auto por primera vez, quisieron que los beats de este espacio se sintieran... diferentes, con más fuerza.
Luis Fernando Fortich, presidente del Club Élite Sound Cartagena, piensa que “un carro sin sonido no significa nada”. Su profesión como organizador de eventos en Cartagena le ayuda a gestionar los espacios donde se reúnen con sus ‘máquinas’, como las llaman. Hoy, su grupo tiene veinte integrantes: contadores, médicos, abogados, odontólogos, comunicadores sociales y empresarios independientes hacen parte.
“Todos somos personas de bien. La mayoría hace parte de otros clubes de la ciudad, pero estamos con veinte miembros activos”, continúa Luis Fernando. “Car audio es el arte de montar sonido además de los que traen los carros de la fábrica, ya que estos tienen más decibeles, lujos, tienen luces, traen pantallas. Hay car audio y tuning (’tuneo’ es la modificación del rendimiento o la apariencia de un vehículo), exista sonido o no”. Y me habla de los Drivers, que son unidades de brillo.
Entre quienes aman el sonido en sus carros, están los que buscan competencias para medirlos. Esto se hace con un sensor de decibeles, en eventos especiales.
Las categorías en las que se clasifican se relacionan con el número de parlantes y la potencia de cada vehículo. “Por ejemplo, hay carros que apenas tienen dos bajos, pero también hay de cuatro. Cuando van a competir, los reúnen con características similares para que puedan ser evaluados”. El ganador dependerá de lo que marque el sensor y del agrado del público, que para ellos es lo más importante. “Más es lo que se invierte que lo que se gana, pero en realidad estos premios son simbólicos, es algo que hacemos porque nos gusta y no por dinero”, dice Luis Fernando. Su carro alcanza unos 151, 7 decibeles, y aclara que solo se pone a ese volumen en competencias que usualmente son de un minuto. Es bastante dinero lo que se invierte y estamos hablando de parlantes de 3, 6 y hasta 40 millones de pesos.
“Hay mucha gente a la que no le gusta esto, muchos nos ven con ojos de personas que van con la bulla a todas partes, que nos gusta el volumen pero sabemos dónde ponerlo. En las competencias les sacamos el jugo a nuestras máquinas”, dice sonriente.
Al Club Élite Sound lo invitan a comparsas, caravanas, fiestas y reinados populares e infantiles. “Este año estaremos en los Carnavales de Barranquilla, en la Batalla de Flores y en un pueblo aquí, de Bolívar”.
Ósmar Jiménez, ‘El Mampano’, es presentador en eventos de car audio, y como vicepresidente del Club Élite, consigue presentaciones y planea con su grupo sus actividades sociales. Se encarga de poner la emoción y resaltar uno a uno los carros para que el público haga “barra”. “Soy un locutor muy diferente a los convencionales, yo debo saber de carros, de sonido y hacer que las personas no pierdan la emoción durante los eventos”, comenta.
Quienes aman el car audio compran un carro especialmente para adaptarle sonido y se le invierte todo lo que esté al alcance del propietario. Es un hobby, pero también tratan de convertirlo en una bonita labor social, ofreciéndose a llevar sus autos a eventos para recolectar fondos. Entregan juguetes en diciembre o recaudan ayudas cuando hay desastres naturales, tal como ocurrió en Mocoa, hasta donde llegó su colaboración.
“Gente de escasos recursos nos invita y vamos para animarlos. Nos gusta, porque es una forma de llevar satisfacción y alegría a todos lados”, dice Luis Fernando, quien además tiene más de 40 trofeos a sus 39 años, gracias a competencias de car audio, y busca con el tiempo, crear espacios en Cartagena para disfrutar de este hobby.
Están gestionando un lugar donde puedan “sacarle el jugo a sus máquinas” y reunirse, con permisos y la presencia de la Policía Metropolitana.
“Nos encanta esto, la gente dice que los que nos metemos en esto somos locos y sí, somos locos apasionados por los autos”, finaliza Luis.
