“Hola a todos. Mi nombre es Vishakha Shivkumar, nací en Mumbai, India, y vengo a enseñarles algo de mi cultura”. El saludo se da en un salón del colegio Soledad Acosta de Samper (sede San Fernando), en Cartagena. Los niños de quinto grado están maravillados con la presencia momentánea de aquella joven morena, cabellos lacios y negros, de sonrisa contagiosa y mirada alegre.
¿Qué hay allá? ¿India está en África? ¿Qué comen allá? ¿Es verdad que allá las vacas son sagradas? ¿Cuál es tu idioma? ¿Quién es el presidente de tu país? El bombardeo de preguntas cae sobre la encantadora asiática de 22 años. Ella responde con toda la paciencia del mundo a todos los interrogantes, saca un billete, una rupia, y les muestra la moneda oficial. Les dice que no, India no está en África, está en Asia, y menciona algunas costumbres de su patria. Esta, en cierta forma, es una clase de cultura general sobre India.
“Antes de comenzar, les pregunto a los profesores qué quieren ellos más o menos y así planeo. Pueden ser lecciones de inglés, de cultura sobre mi país, trato de que sean cosas muy prácticas, con juegos, para que los niños aprendan mucho, en el poco tiempo que tengo con ellos”, nos explica.
“Es la primera vez que ella viene aquí, no sabes cómo están los niños de emocionados. No te imaginas cuánto, nunca pensé que se interesaran tanto en aprender sobre India, sobre ese otro mundo. Es algo muy bonito”, dice Marleny Benito Revollo, coordinadora de esa sede del colegio Soledad Acosta de Samper.
“Me encanta Cartagena”Vishakha Shivkumar nació en Mumbai, o Bombay, la ciudad más populosa de India y una de las más pobladas del mundo, con cerca de 22 millones de habitantes (es casi la mitad de los habitantes de Colombia). “Es un poco complicado decir de dónde soy, mi papá estaba en el Ejército y por eso yo cambié de escuela 14 veces, he vivido en diferentes partes de India, en el sur, occidente, en el norte, pero la respuesta más fácil es decir que soy de Mumbai. Allá yo estudié periodismo, cuando me gradué no sabía bien qué hacer, entonces me fui a Ecuador a estudiar un poquito de español el año pasado (...) Yo quería enseñar inglés, me eligieron en un programa que existe allá, en una ciudad que se llama Babahoyo, cerca de Guayaquil, pero también estuve en Quito y después en Montañita”, narra.
“Me siento una persona diferente cuando estoy en Latinoamérica, cuando estoy en India, soy como una princesa de la casa, de mis padres, pero cuando estoy acá, por ejemplo, en Ecuador, cuando enseñaba inglés, en el colegio también tenía un negocio de productos de leche y también cantaba en la calle, era una experiencia muy diferente, me gusta mucho. En India no apoyan mucho a los artistas de la calle”, comenta. Y habla sobre su otra experiencia, la que vive hoy en Colombia, en Cartagena.
“Cuando gané esta beca, en principio quería ir a Bogotá, porque no sabía mucho sobre Cartagena, pero estoy muy agradecida de estar aquí, porque me gusta mucho el arte, el grafiti, vivo muy cerca de la Plaza de La Trinidad, en Getsemaní, donde hay muchos artistas de música, de danzas y la champeta ¡me encaaaanta! Cásate conmigo, sé dueña de mis noches //Siempre te voy a querer, hasta el final yo te amaré //Bésame, bésame, bésame //Ámame, ámame, ámame -canta un poco de ‘El matrimonio’, el último éxito de Mister Black-”.
Más de la claseEl salón del Soledad Acosta de Samper se transforma ahora en una pista de baile. No es champeta, ni salsa, tampoco reguetón. El baile, la música, une mundos, en este caso el mundo indio tiene temporalmente una ‘embajadora’ de sus ritmos en Cartagena. “Una cosa que me sorprendió al llegar aquí, es el baile, los hombres y las mujeres bailan muy pegados (risas), en India generalmente bailamos separados, sí, en pareja también, pero no tan juntos (risas)”.
Hay una ronda de niños, en el centro Vishakha se transforma en coreógrafa. Suena al fondo una canción india, Gallan Goodiyaan.“Esto es prácticamente baile de Bollywood pero tiene un poco de un baile regional folclórico de India que se llama Bhangra. Bollywood es más comercial, de las películas. La mayoría de las canciones populares en India, son de las películas, no tenemos álbumes”, comenta.
Los niños a un lado y las niñas al otro, saltan y siguen la danza, al cabo de unos minutos bailan emocionados una coreografía. Sus cuerpos se mueven al ritmo de la canción... y a pesar de no entender la letra, están verdaderamente entusiasmados por bailar la música de un país tan fascinante, que está a más de 12.000 kilómetros.
“Culturalmente es un poquito diferente, porque en India hay mucha disciplina pero acá los niños son locos (risas), pero son más amables, más cercanos, son muy, muy curiosos, interesados, tienen mil preguntas sobre mi país. En este grado en particular son muy inteligentes, por eso estoy muy, muy feliz”, sostiene Vishakha.
La clase termina y ella regresará al día siguiente, le pide la profesora un poco más de tiempo extra, para hacer otras actividades. Luego irá a otros colegios, como parte de su voluntariado en Cartagena, también para bailar y enseñar un poco sobre su país.
***“Me encanta Cartagena. Hay similitudes pero también hay muchas diferencias con mi ciudad. Me encanta Transcaribe porque en mi país tenemos trenes, pero la diferencia es que a veces los Transcaribe están un poco llenos, pero los trenes en Mumbai siempre están muy, muy llenos, repletos, hay que irse afuera de la puerta. Por eso me gusta Mumbai, porque no hay espacio, pero la gente siempre hace espacio, la gente siempre te va a ayudar. Los colombianos también son muy generosos, sé que hay un estigma de que Colombia es muy peligroso para los turistas, por el narcotráfico y la violencia, pero a mí no me pareció así, cuando digo que soy extranjera siempre me ayudan más.
“Cuando regrese a India no voy a parar de hablar sobre Cartagena, creo que más que todo me gusta mucho la gente”, afirma Vishakha.
¿Y qué harás cuando terminé tu beca?
- Me gustaría buscar un trabajo acá, pero mi español no es suficientemente bueno para ser periodista, por ejemplo, en El Universal...¡Ayyy, no, yo no quiero irme!
Sobre el intercambio
Vishakha llegó a Cartagena el 28 de julio de 2018. Es una de nueve extranjeros, de Asia y África, que participan del programa de Enseñanza de Español como Lengua Extranjera (ELE) del Gobierno Nacional, a través de la Cancillería y APC Colombia. De ese programa hace parte la Universidad Tecnológica de Bolívar, que beca a los estudiantes para que reciban 240 horas de clases de español, mientras el Gobierno les paga la manutención. El fin es posicionar a Colombia como destino para aprender el idioma.Mientras están en Cartagena, los becarios reciben clases y ofrecen 160 horas de voluntariado en colegios oficiales, en bilingüismo e interculturalidad. Así como Vishakha hay estudiantes de países como Mozambique, Marruecos, Sudáfrica e Indonesia, dejando un poco de sus culturas aquí. Es una experiencia de intercambio enriquecedora, para ellos y para pequeños cartageneros a quienes, en cierta forma, los horizontes se les abren. Esta es una muestra de ello.


