¡Baaaang!… Aquel estallido es sinónimo de gloria. Aquí la victoria se determina por milimétrica puntería, concentración y también por algo de suerte. Y no, contrario a lo que muchos piensan, no hay cervezas, tampoco tragos de licor.
A un lado de la cancha, Jhan Carlos Puerta, el lanzador, balancea su brazo derecho y lanza el tejo para hacerlo recorrer más de 15 metros y atinar justo en el blanco: una mecha de pólvora que explota y ¡Bang! Anotó. La de hoy es solo una práctica.
Jhan Carlos tiene 21 años y es orgullo bolivarense del tejo. En agosto de 2018 logró la hazaña de ganar y coronar al departamento como Campeón Nacional en el Torneo de Mayores, en Cúcuta, un título esquivo para Bolívar hace 38 años. “Siento orgullo por eso”, apunta.
Hoy, miércoles, él está entrenando con el equipo de la Liga de Bolívar, para los clasificatorios por un cupo a los Juegos Nacionales 2019, con sede en Cartagena y Bolívar. Esperan repetir la proeza y proclamarse campeones, esta vez en casa.
***Usted quizá habrá escuchado en las noticias que hace poco este deporte, particular por haber nacido en el país, fue honrosamente declarado Patrimonio Inmaterial y Cultural de Colombia, por el honorable Congreso de la República.
Si leyó un poco más sobre la noticia, a lo mejor sabe que el tejo se practica hace más de 500 años y que nació en Turmequé (Boyacá) y así se conocía antes este deporte, como Turmequé. Los indígenas Muiscas lo practicaban lanzando un disco de oro, que luego fue reemplazado por uno de piedra y después por uno de metal. Pesa unos 680 gramos.
Se juega en el interior del país, pero también ha migrado a otras regiones. Y Bolívar no es la excepción, aquí también se juega tejo, y las dificultades no han impedido que el departamento se destaque en esta disciplina colombiana por excelencia.
***Huele a pólvora. Acaban de hacer “moñona”. Un día antes de partir hacia la clasificatoria, que será en Montería, la práctica de la Liga es en la cancha ‘Así es la vida’, en Arjona. Es un lugar rudimentario, cuna de muchos jóvenes de Bolívar para ser tejistas. “Comencé a los 20 años, se me dio por jugar y me entusiasmé a hacer una canchita. Ahora tengo esta, que es la única escuela de tejo de Bolívar -no oficial- para niños y jóvenes. Me da mucho orgullo ver triunfar a los muchachos que salen de aquí. Como ese que está ahí, el que está a punto de lanzar (Jhan Carlos)”, narra Alcides Cantillo, de 72 años y dueño del lugar.
Ultimando detalles del viaje a Montería, el presidente de la Liga de Tejo, Joaquín Pereira, explica que no existen muchos sitios para que el seleccionado practique, pues todas las canchas son privadas. “Hemos tratado de alejarnos de las canchas privadas porque, en esas canchas, mucha gente cree que los deportistas están tomando cervezas porque esos lugares se sostienen de la venta de cervezas, pero no, los deportistas no están tomando. En un campeonato no permiten eso y aquí ninguno de estos muchachos toma licor, son deportistas de alto rendimiento”, sostiene. Y dice que, en cierta forma, el hecho de que se vincule al tejo con la “tomadera” de licor ha traído cierto estigma a los tejistas profesionales.
“Hace 47 años, en 1969, comenzó esta Liga. Llevaba 37 años que no ganaba el título de mayores. La Costa ha sido guerrera en el tejo. En Bolívar, ahora mismo el tejo está bien, tiene un mérito ganado. En Cartagena, desafortunadamente, los tejistas no han fomentado a la juventud, lo practican más que todo veteranos. Precisamente es por eso, porque no hay escenarios, solo conozco dos, uno en Napoleón Perea y otro en Los Alpes”, narra.
“Hace 8 años le estamos dando duro al tejo, tenemos nuevas generaciones que están saliendo de esta cancha, de ‘Así es la vida’, y de todo el departamento. Ahora que se conforme el tejódromo de Turbaco, vamos a tener éxito con el deporte. Y estamos viendo cómo lo promocionamos más en Cartagena, donde ha venido en declive”.
El tejódromo que esperan se construirá para los Juegos Nacionales 2019. Joaquín habla de ese lugar con emoción.
¿Un deporte machista?En la cancha, cada vez que estalla una mecha, hay una explosión instantánea de adrenalina. El tejo se juega individual o en grupo. Gana quien primero anote 27 puntos, atinando a hacer moñona, embocinada, mecha o mano.
“Algunos dicen que el tejo no tiene gracia, pero no es todo el mundo el que atina, el deportista tiene que ser disciplinado para avanzar, lo más complicado es mantener la calma”, dice Efraín Cogollo Puello, entrenador de la Liga, quien en otras épocas ganó varios títulos nacionales y uno internacional.
Aunque es muy poco y muy luchado, las mujeres también tienen su espacio en este deporte. En la Liga, seis mujeres conforman la cuota femenina. Una de ellas es Sandra Auzaque Tordecilla.
“Es bastante complicada la cosa, porque es un deporte muy masculino (...) El desempeño general ha mejorado mucho, a pesar de que no tenemos ni las herramientas ni los escenarios”, expresa. Para ella y para las demás tejistas, es difícil que les permitan lugar en campeonatos, a excepción de los que participan por la Liga, porque el deporte más que todo es practicado por hombres y hay muy pocos torneos mixtos.
“Tratamos de hacer lo mejor porque es un deporte que las chicas del interior del país lo manejan muy bien, a cualquier hombre se le plantan, son unas ligas y clubes que están muy bien organizados, hasta el punto que tienen hasta sicólogos, fisioterapeutas, van es armados hasta los dientes a los campeonatos”, narra.
Sandra cuenta que, de momento, en la Liga de Tejo de Bolívar hay tres mujeres de Turbaco y tres de Cartagena. “Con las mujeres por reglamentación en juego tenemos un metro más para lanzamiento (pueden lanzar más cerca), entonces a veces para ellos (para los hombres) eso es una desventaja. Adicionalmente, la única cancha que teníamos para practicar era la de Los Calamares, pero la cerraron, nos toca ir a otras que no están en las mejores condiciones, en Turbaco y Arjona. En Los Alpes nos dejan jugar en los campeonatos. Nosotras mismas nos hemos dado a conocer pero siempre es complicado”, afirma.
Tras el entrenamiento de hoy, la delegación de 12 personas, termina los preparativos para marcharse a Montería, con la convicción de clasificar y llenar de gloria a Bolívar.
Más del tejo
Consiste en lanzar un disco de metal, de un extremo a otro de una cancha de 19,50 metros de largo. El objetivo es hacer estallar mechas de pólvora con el disco e introducirlo en un círculo de metal llamado bocín, en mitad de una caja de arcilla. Quien estalle la mecha e introduzca correctamente el disco en el bocín, habrá hecho moñona, obteniendo 9 puntos. La ‘embocinada’ es cuando solo se introduce el disco en el bocín, dando 6 puntos; la mecha es cuando solo se hace estallar la pólvora, dando 3 puntos. Y la mano, con un punto, la obtiene quien ubique el tejo más cerca del bocín.
