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El negro color del éxito

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Por: Javier Francisco Hernández

Cuando Luis estaba en segundo de primaria en el Colegio Gimnasio Cartagena, le dijo a uno de sus compañeros, al que le decían ‘El pecas’, que “tenía pecas de chocolate”. ‘El Pecas’ le contestó, diciendo que Luis era “un chocolate entero”.

A partir de allí todos le empezaron a llamar ‘El Chocolate’ o ‘El Choco’. “Tengo más de treinta años con ese sobrenombre, y todo comenzó por mi color de piel. En mi salón solo éramos dos niños de piel negra, los demás eran blancos”, dice.

Luis Alfredo Del Río es un ingeniero industrial con maestría en administración de empresas que maneja tres empresas en Mamonal, todas creadas por él: ILK Ingeniería S.A.S; Izaseg, Izajes Seguros S.A.S; e Hydrasolt S.A.S. Entre las tres tiene a más de 160 empleados y le presta servicio a las 14 empresas de Mamonal más importantes, exceptuando la refinería. Dice que antes de terminar su carrera ya sabía que quería ser empresario, y que los negocios los conocía desde pequeño, pues viene de una familia de emprendedores.

Adolfo Meisel, economista que ha hecho grandes aportes a la historia económica de la región Caribe, afirma en uno de los capítulos de su libro ‘¿Por qué perdió la Costa Caribe el siglo XX?’ (2011), que “resulta sorprendente que en una región donde a finales del siglo XVIII se clasificó al 90% de la población como indígena, negra o mezclada, todos los empresarios no inmigrantes referenciados en los estudios que estamos discutiendo eran blancos (...) La duda que queda es si la actividad empresarial era más excluyente que otras esferas de la sociedad o si es que no se ha estudiado suficientemente bien la historia empresarial de la región y no se ha detectado aún la presencia de empresarios de origen racial diferente al blanco”.

Con respecto a la cita de Adolfo Meisel, ‘El Choco’ dice: “es difícil conseguir personas negras siendo líderes en la industria. Soy empresario y no observo líderes negros en las empresas a las que les presto servicios. Estoy de acuerdo con lo que dice Meisel”. Continúa, refiriéndose a la falta de educación en los sectores pobres de la ciudad, cuya población en su mayoría es negra: “¿Qué tan posible es que podamos acceder a una educación que nos abra las oportunidades laborales?, y una vez tengamos la educación, ¿nos van a dar la oportunidad? Dicen que aquí no hay participación porque no hay negros competentes… pero, si llega el negro competente, ¿le van a dar la oportunidad?”, dice.

Edwin Salcedo, empresario social, piensa igual que Luis: “Solo el 2% de los altos cargos en las empresas de Cartagena son de personas que se autorreconocieron como negras. Muchas de las empresas dicen no tener políticas de diversidad e inclusión. A los headhunters, los que buscan personal para las empresas, sus jefes muchas veces les piden explícitamente que la persona a la que contraten no sea negra”, dice, refiriéndose a uno de los estudios que llevó a cabo con la corporación sin ánimo de lucro de la que es líder y creador, ‘Pilas Colombia’. Desde muy pequeño se dio cuenta que algo no estaba bien: “Sentí las tensiones raciales cuando un niño le decía a otro, ‘es que tú eres más negro que yo’ o ‘es que yo soy negro, pero tengo el pelo liso’. Aunque nosotros no lo queríamos reconocer, la mediación de la racialidad y las clases sociales estaban siempre en las conversaciones cotidianas”, asegura Edwin, con un tono melancólico.

Representación“No había héroes negros, mi hermano”, dice Luis mientras frunce el ceño, mira hacia el techo y se queda pensando unos segundos. Luego recuerda... “Memin, yo era lector de Memin y ahí se veía racismo, racismo puro y eso que él era el protagonista. Él iba al colegio con sus amigos de clase media y clase alta, él siendo el niño negro, era pobre. Pero del resto, héroes negros, no”.

Ahora habla Edwin: “Tenía 9 o 10 años cuando vi una serie de televisión que se llamaba ‘Raíces’, la cual contaba la historia de Kunta Kinte, un negro que cogían en África y se lo traían para acá. En el colegio me habían enseñado ciertas cosas, pero en esa serie yo vi otra narración; vi que nosotros veníamos de África, pero que también veníamos de una gente que era estudiada, que era rica, que tenía una forma de vida diferente a la de personas no civilizadas y salvajes, que era lo que me habían enseñado en el colegio”.

Para los niños es importante identificarse con los héroes y personajes que ven en televisión, pues muchas veces son los referentes que toman para construir sus sueños. (Lea aquí: "Black Panther" despierta moda africana)

“Esa es la importancia de ‘Black Panther’ hoy y de ‘Raíces’ y de la familia ‘Huxtable’ en mi época. Ese es el poder que tienen las comunicaciones, el poder que tiene el cine y la televisión en un momento determinado. Con ‘Black Panther’ vemos el reino de Wakanda en África, y que son dueños de una tecnología sin par, y la simbología que está detrás de eso es increíble. Contar este tipo de relatos, es importante, el relato define identidad”.   (Lea aquí: “¡Mamá! Pantera Negra se parece a la foto que me mostraste de papá”).

También hace la comparación con el caso colombiano: “en Colombia, ¿cuántos escritores, guionistas, productores, directores o dueños de canales negros conoces? El asunto de la representación comienza desde ahí, por eso vas a ver mucho contenido que está mediado desde la visión que tiene lo no negro acerca de lo negro, o desde la perspectiva del centro acerca de la periferia”.

Edwin cuenta que “‘Pilas Colombia’ está en conversación con canales nacionales e internacionales para seguir con este tipo de historias, como la de ‘Déjala morir’, nominada a 17 premios India Catalina. Creemos que los 187 millones de descendientes de africanos que viven hoy en el continente americano están ávidos porque se cuenten historias que se relacionen con ellos mismos y con sus ideales. 187 millones, donde Colombia es el tercero con más población negra”.

¿Qué hacer?“Hay que educarse y hay que persistir. Hay que demostrar que uno es bueno, para hacer la diferencia”, dice Luis antes de partir a su trabajo en Mamonal. Edwin, por su parte, tiene los ojos esperanzados, brillando a través del vidrio de sus gafas. Afirma enérgicamente: “Ser negro es hermoso. Se debe empoderar a la gente. Lo importante es que haya una discusión seria, adulta. En este censo que viene no seremos 35,6%, por lo menos seremos el 50 o 60%, porque los niveles de apropiación y de autoidentificación tienden a consolidarse en la medida en que la gente habla de ello. Ser negro no es nada distinto a ser humano”.

Hay empresarios y activistas como Luis y Edwin que consiguieron, luego de mucho esfuerzo, un importante lugar en cada una de sus disciplinas. Sus vidas son ejemplos que deberían conocerse más, historias que deberían llegar a los hogares de los niños cartageneros para que sus sueños crezcan al ver que son posibles.

Luis Alfredo Del Río, empresario cartagenero de 41 años, también conocido como 'El Choco'. CORTESÌA
Luis Alfredo Del Río, empresario cartagenero de 41 años, también conocido como 'El Choco'. CORTESÌA
Edwin Salcedo, empresario social, de 50 años. CORTESÌA
Edwin Salcedo, empresario social, de 50 años. CORTESÌA
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