Sus manos dibujan un elefante acariciado por un niño. Un elefante que se zambulle en una piscina. Una tribu de elefantes que atraviesa la luz de la pradera bajo el sol del atardecer.
Los dibujos y pinturas de Pedro Covo Camacho (Cartagena, 1988), logran captar el espíritu de la naturaleza humana y del entorno animal, y la relación de orfandad entre un niño de Zimbawe, también desamparado, que termina trabajabando en un orfanato de elefantes.
Los dibujos del joven artista cartagenero ilustraron el libro “El guardián de elefantes”, de Margriet Ruurs, que ganó recientemente el Eureka Premio de Oro de la Asociación de Lectores de California.
Covo Camacho ganó en septiembre del año pasado, una beca completa en Savannah College of Art, en Georgia, para cursar una maestría en pintura, donde en estos momentos se encuentra.
¿Cómo y cuándo se inició en el mundo de las artes plásticas?
-Me inicié en las artes corriendo por los pasillos de la Escuela de Bellas artes a finales de los años noventa cuando mi mamá fue la directora. En ese momento no estudiaba nada relacionado con pintura, pero el hecho de crecer en ese ambiente definitivamente influenció mi decisión de estudiar Artes visuales.
¿A qué jugaba cuando niño y qué experiencia creativa le impactó?
- Crecí viendo a mi tíos Javier Covo y Bibiana Vélez pintando y trabajando en sus estudios, todavía hoy siento que mi obra se ve influenciada por el trabajo de ellos, sin embargo la experiencia estética que más me influencio cuando era niño fueron unos dibujos de súper héroes y mitología que mi hermano David hacía en cartón, que luego usaba para entretenerme mientras mis papas estaban fuera de casa.
¿Qué artistas de Colombia o del mundo han sido decisivos en su formación?
-Hay muchos artistas colombianos que han influenciado mi obra, como cartagenero obviamente tengo que nombrar a Alejandro Obregón, Enrique Grau, Darío Morales, Alfredo Guerrero y como ya dije anteriormente Bibiana Velez y Javier Covo. Luego tuve la fortuna de contar con excelentes profesores en la universidad como Alfonso Álvarez, Nicolás Uribe, Felipe Machado y Justiniano Durán.
¿Cuénteme sobre su experiencia académica y sus logros como dibujante y pintor?
-Terminé mis estudios de artes visuales con énfasis gráfico en la Universidad Javeriana de Bogota en el 2011. Durante mi periodo universitario, por suerte y azar, tuve la fortuna de ilustrar para las más grandes revistas y periódicos del país. En 2012 firmé un contrato con la agencia de ilustración franco canadiense Colagene, que amplió mis fronteras laborales y me dio la oportunidad de ilustrar para Euro Disney, Der Spiegel, El País, Le Monde, The Washington Journal, Detroit Business, Out Magazine, entre muchas otras.
En 2014 gané la Medalla de Plata en el Society Of Illustration de Nueva York. El siguiente año participé en su exposición anual con una serie personal de pinturas sobre nadadores, la misma serie ganó la Medalla de Oro del Applied Arts Magazine, como serie independiente. En el 2016 decidí darle un giro a mi carrera. No estaba contento con mi trabajo editorial por lo cual tome la difícil resolución de renunciar a la agencia e intentar trabajar como pintor independiente. No sin antes aceptar un ultimo trabajo, ilustrar un libro para niños, algo inusual y nuevo para mí, ya que nunca había ilustrado para el público infantil.
¿Qué técnicas trabaja en el arte?
-Creo que las técnicas en el arte son herramientas que te permiten solucionar problemas pictóricos, por lo cual he tratado de aprender todo lo posible, en el momento me encuentro haciendo grabados en litografía y metal, pero he trabajado en óleo, acrílicos, acuarelas, vinilos y en digital muchas veces, se trata de entender que te puede ofrecer cada medio y usarlo en relación al concepto de la obra.
¿Qué tendencia o mutación observa en su obra desde que empezó a pintar?
-Empecé a dibujar desde muy niño, tengo que agradecer a mis papás por esto. Desde que tengo memoria dibujo y esto ha sido el común denominador en mi quehacer creativo, todo lo que hago empieza con un boceto en mi cuaderno. Hoy en día me encuentro trabajando en cuadros y grabados sobre nadadores, estas figuras bajo el agua son mis amigos, familiares, etc. Para mí el arte se trata de contar una historia, trato de ser honesto con mi trabajo y retratar mi vida sin caer en las soluciones visuales más obvias, como cartagenero la relación con el mar es algo cotidiano para bien o mal. Estas eran obras que hacía en mi tiempo libre entre trabajos editoriales y el poder hacerlas hoy como trabajo principal es una experiencia indescriptible.
¿Cómo conoció a la escritora Margriet Ruurs, autora de El guardián de elefantes?
-A Margriet la conocí a través de la agencia de ilustración franco canadiense Colagene, con la que tuve la fortuna de trabajar varios años, ella vio mi portafolio junto con la editorial Kidscanpress, y enseguida, tuvimos una reunión por skype en la cual hablamos de numerosos temas, en especial la influencia africana en la cultura caribe colombiana.
¿Qué autores relee?
-Escucho audiolibros mientras pinto todos los días, por lo cual me he convertido en un ávido consumidor de literatura. En el momento me encuentro escuchando ciencia ficción de Isaac Asimov y Philip K. Dick. Releo mucho a García Márquez, al Tuerto Lopez, José Antonio Covo y la poesía de Raúl Gómez Jattin. Sin duda mi autor favorito, es el médico Pedro Covo, reconocido neurólogo y escritor cartagenero, en especial su libro El Sitial, que narra historias en el barrio de Manga.
¿Dónde es absolutamente feliz?
-Soy absolutamente feliz en las playas de Cartagena y creo que eso se ve claramente reflejado en mi obra, salgo a remar casi todas las madrugadas cuando estoy allá y es el lugar del mundo donde siento que todo encaja perfectamente.
Epílogo
Lo más conmovedor: pintar un elefante enfermo, arropado con una manta. Solo, muy solo, asediado por la muerte.





