La preocupación por los niños y sus expectativas futuras para desarrollarse como personas funcionalmente normales, han estado siempre en el breviario de la bacterióloga y microbióloga clínica Alicia Gaviria Díaz, especialmente desde cuando le asignaron en 1999 la coordinación del Laboratorio de la emblemática Clínica de Maternidad Rafael Calvo, en Cartagena.
A esta institución hospitalaria se vinculó la doctora Gaviria en 1995, y desde entonces han pasado ante sus ojos miles de muestras de sangre de recién nacidos, para hacerles tamizaje con la prueba TSH neonatal o prueba de la Tirotropina, que es la hormona estimulante de la glándula tiroidea, a fin de detectar oportunamente en los bebés un trastorno metabólico conocido como hipotiroidismo congénito, enfermedad que provoca de por vida retardo en el crecimiento físico y mental del niño.En la Rafael Calvo nacen vivos mensualmente de 800 a 1.000 niños de Cartagena y de otros municipios del departamento de Bolívar, y desde principios de este siglo a todos los que llegan a este mundo en esa institución, Gaviria Díaz y su equipo de colaboradores les realiza el TSH Neonatal inmediatamente nacen.Al comienzo no había recursos en la Clínica para realizar el examen, entonces Gaviria averiguó y consiguió comunicarse con la casa comercial cubana de biotecnología Tecno Suma, “que nos facilitó los equipos en comodato y empezamos a hacer tamizaje neonatal a todos los niños”, relata.“Si la prueba resulta elevada, es porque hay serias probabilidades, más del 90%, de que el niño con su crecimiento padezca hipotiroidismo congénito”, explica. Así ha detectado en casi 11 años de tamizaje, a 58 niños propensos a esa enfermedad metabólica, es decir, “con reales probabilidades de desarrollarla, y se salvaron de ser retardados mentales”, de modo que esos niños ya han debido crecer con igualdad de facultades para desarrollarse como los demás humanos, expresa Alicia Gaviria, con la propiedad de la investigadora y salvadora que ha sido para todas estas nuevas personas.“Para liberarlo de esa deficiencia que lo afectaría de por vida, al bebé se le debe iniciar un tratamiento especializado a los 8 días de nacido”, agrega Gaviria.
SE DEBE HACER MUCHO MÁSPero hay una nebulosa que se interpone en sus anhelos por desenredar el mañana de las criaturas que llegan al mundo, y “es que en Colombia sólo tamizan esa única enfermedad (el hipotiroidismo congénito), mientras que en otros países tamizan 10 o 20 enfermedades congénitas apenas se dan los nacimientos y así pueden prevenirlas”, caso de la galactosemia, hemoglobinopatía, anemia de células falciformes, hipertrofia congénita, entre muchas otras. Todas se pueden detectar a tiempo, con un buen pronóstico.El hecho es que en Colombia el tamizaje neonatal gratuito sólo cubre esa enfermedad por cuenta del Estado.Dice Alicia Gaviria que el gremio de bacteriólogos del país ha estado mucho tiempo en esa lucha, y ya el Gobierno a través del Instituto Nacional de Salud apoya que a todo recién nacido vivo se le realice el tamizaje neonatal ampliado, auditivo y visual, de manera gratuita y obligatoria, pero al igual que al principio, no hay recursos económicos para llevar esas buenas intenciones a la practica, y “ahora estamos en el dilema de quién pone la plata: las EPS o el Gobierno, y por eso no se ha podido implementar”.
ABRIENDO CAMINOSLa bacterióloga Alicia Gaviria dio a conocer su prolongada experiencia e investigación con los recién nacidos de la Clínica Rafael Calvo, en el Congreso Internacional de Errores Innatos del Metabolismo y Tamizaje Neonatal, realizado en Río de Janeiro en septiembre de este año, donde recibió elogios por parte de la audiencia internacional del evento.Junto al profesor Raimundo Castro y la doctora Inés Díaz, especializados en Microbiología Clínica, Alicia Gaviria adelantó también una investigación sobre la incidencia de virus respiratorios en la población y la frecuencia de las infecciones virales en Cartagena.“Encontramos algo muy interesante y es que a nivel nacional hay un virus que tiene mayor circulación, lo cual ha servido de base para que en las Urgencias, cuando lleguen pacientes niños, se les haga su panel viral, para ver si sus infecciones respiratorias son por virus o por los antibióticos, pues a veces el antibiótico lo que hace es que vuelve resistente el virus”.Con ese trabajo estos tres profesionales fueron premiados en el Congreso Internacional del Colegio Nacional de Bacteriología en 2015, realizado en Cartagena.“Ese trabajo está de base para muchos cambios de conducta en la atención de los niños, y prestarle mucho interés a sus infecciones respiratorias”, añade.
AQUELLOS TIEMPOSPara lograr ser la profesional investigadora que es en el campo de la Medicina, la bacterióloga Alicia Gaviria se granjeó su sobrevivencia en Bogotá, de manera bastante recursiva, enfrentando las adversidades de estar sola en una ciudad tan grande.“Me tocaba caminar mucho e idearme cosas para conseguir algo de dinero”.Se las ingeniaba para no rezagarse en sus estudios, por ejemplo, “me encargaba de sacar las fotocopias del grupo, pero buscaba el sitio donde fueran más baratas, para que me quedara la plata del bus y otros pesos”.“Yo era quien hacía los resúmenes de los trabajos con los libros de la biblioteca, y luego los vendía a los demás estudiantes; así me ideaba las maneras de subsistir”.Cuenta Alicia que nunca tuvo un libro propio de bacteriología, “lo mío eran era la biblioteca y las copias”.Fue una destacada estudiante, hasta el punto de que “hacía todo lo posible por ganarme la matrícula de honor, para no tener que pagarla, y con un préstamo pequeño que tenía del Icetex, pagaba todos los meses la pensión donde vivía. Mi familia me ayudó en lo que podía, y creo que todo ese sacrificio valió la pena”.
ESTUDIOSEgresada del Colegio Mayor de Cundinamarca, Alicia Gaviria Díaz es bacterióloga y laboratorista clínica.Está especializada en Hematología y Banco de Sangre, de la Universidad Javeriana.En el Colegio Mayor de Antioquia se especializó también en Microbiología Clínica y tiene un magíster de la Universidad de San Buenaventura, en ese mismo campo de la salud.Hace ocho años preside el Colegio de Bacteriólogos de Bolívar y hace 4 es la vicepresidenta del Colegio Nacional.




