El principio Nemo auditur propriam turpitudinem allegans traduce que “nadie puede alegar en su favor su propia culpa”. Está resaltado en la sentencia T- 332/94 de Colombia.
Textualmente establece que “….si los hechos que dan origen a la acción de tutela corresponden a la actuación culposa, imprudente o negligente del actor que derivó, a la postre, en la vulneración o amenaza de sus derechos fundamentales, no es admisible que éste pretenda a través de la acción de tutela obtener el amparo de tales derechos”.
Y esto es lo que les sucedió a quienes invirtieron en Merlim Network. Medios masivos advirtieron de lo poco fiable que es una red multinivel de este tipo y aun así, entregaron su dinero.
Y la cosa empeora porque Magitek, dueña de Merlim Network, en 2017 se retiró de Colombia, así que muchos se afiliaron en la página como si estuvieran en Panamá. El superintendente de Sociedades, Francisco Reyes, afirmó que “por estar ubicada en otro país, la única forma de ir detrás de los responsables es a través de una cooperación internacional”.
Abogados consultados por este medio llegan a la misma conclusión: es casi imposible que los afectados recuperen su dinero.
Recordemos por qué se llama pirámide, “porque el modelo comienza con un inversor y ese inversor se expande en vertical, hacia abajo con nuevos inversores. Entonces, con el dinero que se recibe de los que llegan de último, se pagan los intereses de los inversores de arriba”, explica Ronald Franco, Especialista en Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF).
(...)Esta es la historia de Jota*, que accedió a describir en detalle su paso por Merlim Network.
“Yo entré por un primo, el resumen de Merlim era que jugando media hora, al día se ganaban 11 dólares.
“Mi primo organizó una charla con la persona que lo metió a él. Yo después que me emocioné le conté a mi papá y ahí él sí quiso entrar. Entramos con casi 13 millones de pesos. Yo saqué hasta las cesantías para esa vaina.
“Eran tres paquetes, uno de 330, 530 y 930 dólares. Eso no se le pagaba directamente a la compañía sino a las personas que ya estaban.
“Para poder entrar, quien me vendía tenía que tener disponible en su saldo el equivalente. Cuando yo ingresé lo hice con 5 paquetes de 930 dólares... eso era lo que sumaba más o menos los 13 millones. Lo que manejábamos era como un dinero ficticio osea que él me pasaba ese saldo y lo cambiábanos por pines. Él me vendió 5 pines de 930 dólares cada uno.
“Yo le entregué todo en efectivo a él porque la empresa como tal no recibía la plata. Él me pasaba ese saldo virtual y yo lo utilizaba en la página de la compañía. Solamente había un método de pago que era ese pin. Antes según uno podía pagarles con tarjeta de crédito pero cuando yo ingresé ya las reglas habían cambiado, ya no estaba disponible.
“Comenzamos el 8 de mayo y semanalmente nos ganábamos los 77 dólares con cada cuenta. Eran 5 cuentas. Pasaron dos semanas y con lo que teníamos recaudado compramos una sexta cuenta... pasaron dos semanas más y con lo reunido compramos una séptima cuenta.“De mis cuentas personales alcancé a sacar 10 millones de pesos. ¿Cómo? Tenemos (aún) un grupo en WhatsApp liderado por la persona que nos metió. Él era rango oro.
“Eso no fallaba. Todos los lunes entraban personas nuevas al negocio, todos los lunes. Él le preguntaba a todos los del grupo que quién tenía saldo para vender y nos apuntábamos y él se encargaba de venderlo a la nueva persona. Él estaba en un grupo a nivel de Colombia y eso era fijo.“Los tres millones restantes no los alcancé a sacar.
“Yo metí a dos personas. Uno que es amigo de mi papá del trabajo y a una amiga mía.
El compañero alcanzó a sacar la mitad de lo que invirtió. De los 6 millones de pesos recuperó 3 millones. Él fijo vendía su saldo los lunes pero llegó el día en que nadie quería comprar ni entrar y él no pudo vender.
Mi amiga entró como tres semanas antes de que se cayera. Entró con dos cuentas de las pequeñas, de las de 330 dólares. Prestó 400 con el banco y el resto se lo prestamos un tío y yo. Yo le presté 700 y mi tío 900.
“La idea era que a medida que ganara, nos iba a pagar.“Así que aparte de lo mío, también perdí con ella porque ni manera de cobrarle a ella esa plata. Igual yo la metí.
“De yo analizar el negocio cuando entré, no lo hice. Yo sólo pensé en lo que me iban a pagar. Después fue que me di cuenta que nuestro pago salía del dinero que circulaba entre nosotros mismos, pero al principio yo creí que eso iba a seguir, sobre todo porque quien nos metió a todos estaba muy bien.La forma en qué él explicaba el negocio hacía que yo creyera que era súper rentable.
“Un primo entró con 20 millones de pesos y los perdió. Él sí no alcanzó a sacar casi nada. Él empezó con 6 cuentas de las grandes pero él nunca sacó si no que todo lo que iba ganando lo iba dejando para comprar más y más cuentas.“Ahora hay unos líderes que tienen amenazas y hay quien los quiere demandar es a ellos”.
(…)Según Jota, Merlim Network los tiene a la espera de pagarles con bitcoins (monedas digitales, que usurpan el nombre del dinero para tener validez en internet. No es “dinero” emitido por ninguna autoridad financiera, no se puede tocar ni palpar, ni es regulado por el Banco de la República por lo cual solo se usa y respalda por quienes los usan)
En Colombia, de acuerdo con la Ley 31 de 1992, se estableció que el peso es el “único medio de pago de curso legal con poder liberatorio ilimitado” y que las bitcoins no son activos que tengan equivalencia a la moneda legal colombiana. En muchos establecimientos de América y Europa sin embargo, locales y establecimientos aceptan bitcoins pero los empresarios aún están escépticos porque al usarla se corren riesgos muy altos.
Mientras habla, no hay resentimiento la voz de Jota. A sus 25 años parece alguien tranquilo, aterrizado. Dice que no sabe si va a demandar o no y es que ¿a quién?“Cuando empezó a haber problemas, ellos nos decían que era porque iban a mejorar los pagos, que solamente tenían dos personas que hacían los pagos a nivel mundial.“A lo último nos echaron la culpa, de que no utilizamos bien la plataforma y que por eso el negocio no funcionó”.
“Aún todos seguimos en el grupo de WhatsApp a la espera que de pronto pase algo”.
*Nombre cambiado a petición de la fuente.
