¡Aguántalo, aguántalo! Gritan varios esparrin al tiempo. No precisamente están recogiendo pasajeros durante su recorrido en las busetas que circulan por la ciudad. Compiten en una carrera de atletismo.
¿Un grupo de esparrin en una carrera atlética? ¿Y por qué? Sencillo. ¡Quién no los ha visto brincar de la buseta y correr duro hasta el reloj de su ruta! Muchas veces, cuando la buseta está muy atrasada, es tan largo el trayecto que acuden a mototaxis para evitar una sanción a los choferes, pero, por lo general, pegan su “mocho” para entregar la cartulina.
Casi todas las rutas que operan en Cartagena tienen “relojes”, puntos en donde se marcan las tarjetas de operaciones o los “tiempos” (horas, minutos y segundos) en los que pasan de los buses y busetas. Dicho tiempo es anotado en una “cartulina” y se penaliza a quienes lo incumplen.
***En el Parque de Atletismo Campo Elías Gutiérrez hay varios hombres calentando sobre la pista, otros caminan de un lado a otro sobre la grama. Visten pantalonetas cortas, zapatos deportivos y camisillas estampadas con una frase bastante diciente: “Primera Carrera de Sparring”.
Son las nueve de la mañana y los espectadores aprovechan cualquier asomo de sombra para protegerse del sol. Todos quieren ver qué tanto corren los esparrin y quién será el ganador. Mientras esperan, hacen comentarios jocosos sobre la ocurrencia de Martín Salas, el organizador de esta singular competencia. La relación entre el deporte y la actividad de estos ayudantes en los buses les parece obvia y al tiempo innovadora.
Luis Montalván es uno de ellos. Tiene 31 años y desde los 13 es esparrin. En una buseta de la ruta Socorro – Jardines trabaja todos los días para ayudar a su mamá, con ella vive en el barrio La Victoria junto a sus hermanos.
“Sé que la gente siempre se queja de los esparrin porque algunos sí son groseros, pero otros no somos así. No presto atención cuando me dicen cosas, mejor me quedo callado para no discutir con los pasajeros. En estos trabajos uno no puede tener problemas con ninguno”, dice mientras mira sus zapatos, nada apropiados para competir en esta disciplina y algo desgastados.
Gana la carrera en su categoría. Es posible que el tiempo que lleva en el oficio le haya servido para retener el premio de 700 mil pesos, una cantidad que se ganaría con diez días de trabajo, si le va bien.
“Nosotros trabajamos todos los días, desde temprano. A veces nos va bien y otras no también. El día que nos va muy bien podemos ganar hasta 70 mil pesos por día”, cuenta sin eludir en su conversación la puesta en marcha del Sistema Integrado de Transporte Masivo Transcaribe y añade: “Ahora ha disminuido el rendimiento en el trabajo pero gracias a Dios todavía podemos mantenernos hasta que definitivamente saquen de circulación a las busetas”.
Montalván no deja de mostrar preocupación por su suerte y la de todos los esparrin que trabajan en más de mil busetas que hacen parte del parque automotor del Transporte Público Colectivo (TPC). “Los domingos nos reunimos en el Club de Amigos, que queda en Blas de Lezo, para ver qué podemos hacer después de esto... Ya hice los trámites de la licencia y un amigo me va a ayudar a entrar en una empresa de transporte puerta a puerta hacia Barranquilla y Sincelejo”.
Estudiar es otro de los propósitos de Luis. Cuenta que dejó el bachillerato siendo un adolescente por falta de recursos. Su padre trabajaba en otra ciudad y dejó de comunicarse con su madre, desde entonces empezó a lavar carros con un primo. Ha hecho cursos básicos sobre mecánica y electricidad en el SENA y su meta es estudiar mecánica diésel.
Luis corrió 100 metros planos en 13,10 segundos, 3,52 segundos más que el jamaiquino Usain Bolt, que logró el récord mundial de los 100 metros con 9,58 segundos en el Mundial de Atletismo en Pekín.
El esparrin aclara que sus constantes carreras hacia los relojes pudieron ser determinantes para ganar, sin embargo, en su quehacer diario no requiere calentamientos para evitar lesiones.
El que siempre se “caía”
Ever Berrío gana en su categoría con un tiempo de 13,30 segundos. Tiene 24 años y es de la ruta de Olaya – Centro. Nunca creyó poder ganar. Se inscribió por emoción, al ver que muchos de sus compañeros lo habían hecho. ¿A dónde va Vicente?...
“Yo estaba en el turno cuando llegó Martín inscribiendo a los esparrin para la carrera, entonces me motivé y me inscribí. No creí mucho en mi habilidad pero quise intentarlo y respondí bien. Trabajé con un chofer y él siempre me decía que yo no corría casi porque cuando me tocaba correr para llevar la cartulina siempre nos 'caíamos'. Él no creía en mí y gané”, relata dando por entendido que con el término se refiere a que no llegaban a tiempo al reloj.
Jainer saca pecho por su trabajo
Al terminar la carrera de relevo 4x100, Jainer Pérez, uno de los afortunados, manifiesta agradecimiento por su trabajo, una actividad desestimada por muchos cartageneros que se quejan del trato recibido por los ayudantes de los conductores y de los abusos e irregularidades que se cometen en las busetas del Transporte Público Colectivo.
Sin desconocer esa realidad, coincide con Luis y resalta que ninguna labor se puede subestimar. “Yo trabajaba en una empresa de mantenimiento de buques. Llevo año y seis meses como esparrin... Un familiar me llevó para que me rebuscara y hasta el momento no me quejo del trabajo que tengo. Aunque muchos critiquen y digan que esto no es un trabajo para mí sí lo es y lo hago todos los días desde muy temprano y a veces hasta muy tarde de la noche. Me alcanza para sobrevivir, para los gastos de la casa, el arriendo, los servicios, la comida, ayudar a mi mamá. Creo que me ha ido bien, dentro de lo posible”.
Como Luis, Ever y Jainer, Andrés Ramos, un exboxeador profesional de 54 años que representó a Bolívar y a Colombia en este deporte, también se dedica a cobrar pasajes, a gritar el recorrido del bus, a ayudar a subir o bajar del vehículo a los pasajeros y, por supuesto, a correr para que a su “chofe” no lo sancionen por no llegar a tiempo al reloj.
Andrés también está agradecido con su trabajo y aunque no recibe un peso de los golpes que dio y recibió por el boxeo, se siente afortunado de tener casa propia y de que sus hijos se hayan convertido en profesionales gracias a esa disciplina. Esta vez compitió en atletismo para motivar a los más jóvenes a mantener un buen estado físico.
Se termina la actividad, los orgullosos participantes llevan en sus manos menciones de honor de la “Primera Carrera de Sparring” y regresan a casa para seguir pensando qué carrera tendrán que correr cuando Transcaribe sea la principal opción de transporte en la ciudad.
Categorías y premios
Son tres categorías, delimitadas por edades, los que rondan los 20, los 30 y los veteranos, mayores de 40 años. De 80 esparrin inscritos, 25 siguieron el proceso de entrenamiento durante más de un mes y solo 20 compiten por tres premios de 700 mil pesos para los primeros puestos. Segundo y tercero ganarán 200 y 100 mil pesos respectivamente.

