Uno la ve y sabe que está frente a tremenda actriz.
Kristina Lilley intimida, no porque parezca odiosa –todo lo contrario, es un encanto–sino porque los casi 40 años que lleva en la televisión pesan, y bastante...
Nació en Nueva York, pero llegó al país siendo muy niña. Su padre, quien era norteamericano, trabajaba para una empresa petrolera y lo trasladaban con mucha frecuencia. El último lugar al que les tocó mudarse fue a Hawái. Y, aunque todos creyeran que era el mejor vividero del mundo, no fue así: toda la familia extrañaba a Colombia.
Se regresaron y empezó su carrera artística con tan solo 12 años. Desde entonces la hemos visto en producciones inolvidables como La mujer en el espejo, La tormenta, Laura por favor, Chepe Fortuna, entre tantas otras. Sin embargo, quien siga sus papeles difícilmente podrá olvidarse de la malvada Gabriela Acevedo, en la novela Pasión de gavilanes.
Ese personaje le dio un reconocimiento internacional sin precedentes. Tanto así, que cuando viaja al extranjero ya no puede pasar de incógnita. Conversamos en Bogotá, en las instalaciones del Canal Caracol.
¿Cuántos años lleva viviendo de la actuación?-Tantos que ya perdí la cuenta. El otro día estaba haciendo cuentas y si calculo desde lo primero, lo primero que he hice, llevo casi 40 años.
¿Y qué fue lo primero? -Comencé a los 12 años haciendo un programa en inglés para el colegio Cafam. Lo escribía Martha Bossio, quien ha escrito grandes novelas. Ahí aprendí muchísimo.
¿Y en televisión comercial?-Lo primero fue una comedia que se llamaba Amigas. Me tocó hacer un personaje de gringa. Y, bueno, yo hablaba inglés perfecto, y el físico me ayudaba demasiado. Tanto así que mucha gente pensaba que yo era totalmente extranjera, y no sabía hablar español.
¿Cómo fue esa primera sensación frente a una cámara?- Yo bailé ballet desde que tenía 3 años. Entonces ya había estado sobre un escenario. Pero la primera vez que me enfocó una cámara, quedé atónita. No sabía qué hacer, cómo moverme. Me acuerdo que las mejillas me temblaban.
¿Cómo definiría el papel que hace en Esmeraldas, la nueva saga de Caracol?-Mi personaje se llama Esmeralda y es la esposa de Ricardo Guerrero, la hija de Ortega. Ella representa el bien, la justicia, es la mujer que está pegada a la ley. Una mujer muy buena, pero también muy fuerte. Es defensora de su familia. Para ella está la familia antes que todo y no se deja embrujar por las esmeraldas.
Uno la ve un día en cine, al otro en teatro, pero también en televisión, ¿en cuál formato se siente más cómoda? -Actuando. En todos. Me encanta. Soy apasionada de lo que hago. Me fascina: sea teatro, cine o televisión. Los tres tienen su magia, y los tres tienen su dificultad.
¿Qué es más chévere: hacer de buena o de villana?-Ehhh, actuar (risas). Obviamente los villanos tienen una magia. Tienen recordación. Uno muchas veces juega más, pero también hacer de bueno es difícil: no por ser bueno tienes que ser absolutamente blanco. Bueno con carácter es lo que existe, ¿no? Entonces sobre ser villano o bueno, es ser real.
Después de tantos años en la industria, ¿cómo ve la ve actuación en Colombia?-Veo mucho talento en Colombia, de pronto la mística me hace falta. Ha cambiado un poco la dinámica del trabajo, pero siguen produciendo actores muy buenos.
Una película buena que se haya visto recientemente fue...-Por siempre Alice, y Frozen.
¿Cuál es su restaurante favorito?-Devachan, Café Mágico, queda en Bogotá, en la 69, con novena. Es de un amigo, pero te lo juro, es maravilloso.¿Qué canción no se cansa de escuchar?-‘Yo no sé mañana’, de Luis Enrique.¿Se hace muy amiga de sus colegas en las producciones? -Generalmente, sí. Yo soy muy maternal, entonces me vuelvo como muy mamá para todos. Pero también soy muy sola. En Esmeralda, por ejemplo, yo andaba era con una manada de siete perros para arriba y para abajo. Es que soy amante de los animales. Los adoro. Se me empezaban a acercar los animalitos callejeros y empezaba a darle comida y entonces ellos llegaban a la grabación y me rodeaban.Esos perros fueron mi compañía durante dos meses de grabación. Es más, le conseguí hogar a dos de ellos. Logré que hicieran una campaña de esterilización en Tenza y eso es lo que deberían hacer en otras ciudades como en Cartagena, porque hay mucha crueldad y abandono. Ellos no tienen cómo defenderse y le toca a uno.
¿Por qué dice que es solitaria?-Porque en mi vida normal siempre estoy sola. No quiere decir que no soy social. Soy muy amante de los animales y siempre se me acerca un animal en la calle, y eso no le gusta al resto de la gente. Incluso, mi hija siempre me dice: ‘controlate, mamá’. Me he ganado unas insultadas terribles.
¿Tiene mascotas?-Sí: dos perros y dos gatos.¿Cómo se mantiene eternamente bella?-(Risas) Creo que siendo feliz. Porque al final uno irradia lo que tiene por dentro.Yo no salgo a rumbear, no fumo, no tomo. Vivo muy tranquila.
Con tanta tranquilidad, ¿qué hace en sus ratos libres?-Voy a cine, a casa de una amiga. De pronto voy al restaurante de un amigo o al teatro. Pero realmente la diversión más grande que tengo es trabajar.
¿Qué no le gusta de ser actriz?-Disfruto todo, lo bueno y lo malo. Todo es parte del trabajo y todo lo asumo así. Adoro lo que hago. No me veo en mi vida haciendo algo diferente a eso.

