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Claude Pimont echó anclas en Cartagena

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Treinta y tres años en Colombia hacen del actor y libretista francés Claude Pimont un colombiano honorario.No sólo por su amor por el país, su cultura y su gente, sino por ser uno de los embajadores de Colombia ante la opinión pública internacional.

Conocido por sus trabajos en La nave de los sueños, Hombres, el Capo 3, La Dama de Troya y Golpe de estadio, Pimont logró conquistar el premio India Catalina como Mejor actor de reparto en 1997.

Además su faceta como empresario en el sector hotelero frente a la gerencia de la Casa Pestagua y la Casa Pombo, le han conferido importantes reconocimientos del Conde Nast Johansens, como el mejor hotel de lujo en Cartagena y de Trip Advisor, al mejor hotel para eventos especiales en Latinoamérica.

El artista, apasionado por la historia y la arqueología, nos abre las puertas de su hogar en Cartagena para conversar de su vida en la ciudad.

¿Por qué decidió venir a Colombia?-Lo que me trajo a Colombia fue mi pasión por la arqueología. Cuando vine me quedé fascinado y atrapado por el país y su gente. Cuando estoy ante la prensa trato de explicar que he viajado mucho, pero que nunca he encontrado un pueblo con la riqueza espiritual y afectiva de los colombianos. El pueblo colombiano es muy cálido, hospitalario, atento, tierno y consentidor, eso hace que la relación se torne muy amistosa y especial, y por eso decidí quedarme acá en 1982.

Ha vivido mucho tiempo en Colombia, ¿por qué Cartagena es tan especial para usted?-Por Cartagena siento una emoción muy grande y eso únicamente me había pasado con Venecia. Cartagena es una ciudad inmovilizada en el tiempo, fijada y congelada con todo el encanto, la gracia, la elegancia, el refinamiento y la carga de romanticismo de una ciudad histórica.

¿En qué momento decidió invertir en la ciudad?-En 1991 viajé desde Bogotá con la idea de comprar una casa en la ciudad antigua, que en esa época todavía estaba muy abandonada y solo había algunas restauraciones en la ciudad. Como buen francés amante de la historia, la arquitectura y el arte, quería una casa con un significado importante no sólo en lo arquitectónico, sino en lo histórico y cultural.  En esa época no lo pude hacer. Viví muchos años con una frustración y un lamento de no haber comprado.

¿Por qué eligió Casa Pestagua, entre tantas otras edificaciones históricas?-El dueño de esta casa en la época colonial era Andrés Ildefonso José de Madarriaga y Morales, que provenía de una familia establecida en Cartagena en el siglo XVII, y él se convirtió en el hombre más rico y por lo tanto, más influyente de la ciudad, a tal punto que el rey de España en reconocimiento le otorgó el título de Conde de Pestagua y Alcalde de Cartagena en 1750.A partir de ese momento, el conde se propuso convertir este lugar en el más bello de la ciudad, y de ahí la asociación que todavía se le da en el imaginario popular que el hotel es la ‘casa más bella de Cartagena’. Eso la hace única para mí.

Y la actuación, ¿cómo llegó a su vida?-Había estudiado teatro en Francia y me especialicé en dirección, de hecho, tenía mis propios teatros en París. Siempre tuve esta ambivalencia, esta dualidad entre el arte y los negocios. Allá en Francia casi no actué porque me dediqué más a la dirección de teatro y luego a guionista. Cuando llego acá rompo con mi vida bohemia y comienzo a hacer empresa, así que vivía dedicado a mis negocios y fue por casualidad en 1991, que una persona me ofreció participar en una película junto a Margarita Rosa de Francisco. Así que me dejé convencer y se me reavivó la llama por la actuación y la escritura.

¿Y la hotelería?-Lo de la hotelería fue casual porque logré interesar a unos amigos franceses en invertir en Colombia, y también para realizar mi sueño abortado del 91. Con ellos compré una primera casa que se conoce como Casa Pombo, que también funciona como hotel, y después compré con esta sociedad la Casa Pestagua a finales de 2006. Pasé a ocuparme de la gerencia en 2009 para reorganizar cosas. Tenía una filosofía muy distinta de lo que quería que fuera el hotel, pues deseaba que cada huésped se sintiera como el propio Conde de Pestagua en su palacio. Y al final me engolosine con esta actividad.

¿Cómo combina sus dos pasiones, los negocios y la actuación?-Desde que me ocupé del hotel dejé de actuar porque sentía que debía trabajar mucho. Pensé que no eran compatibles y durante 4 años no acepté papeles. Pero finalmente en el 2013 me ofrecieron un papel en una novela que no ha salido todavía, que se llama ‘Manual para ser feliz’, de Teleset. Es una novela de 5 capítulos y luego alargaron el personaje. Así que ahora hago ambas cosas.

¿Siente nostalgia por haber dejado Francia?-No. La nostalgia es un sentimiento que no conozco. Siempre vivo el presente intensamente y siempre miró hacia el futuro, jamás hacia mí pasado. Es irónico porque me encanta la historia de los demás pero menos la mía. Además, acabo de viajar a Francia para hablar con la prensa sobre lo bello que es Colombia ante los franceses, que todavía tienen un poco de reticencia para venir al país. Fue una misión que me propuso ProColombia para tratar de cambiar la percepción del público francés porque quedaron un poco marcados por el secuestro de Ingrid Betancourt.

Con todo el amor que le tiene a Colombia, ¿por qué no se ha nacionalizado?-No he pedido la nacionalidad por pura negligencia. Soy residente hace más de 30 años, con esposa e hijos colombianos, pero tengo un poco de pereza con los papeleos. Voy a terminar haciéndolo porque me siento totalmente colombiano, y como reciprocidad por todo lo que me ha dado el país. 

Claude Pimont, actor y empresario francés. JULIO CASTAÑO - EL UNIVERSAL
Claude Pimont, actor y empresario francés. JULIO CASTAÑO - EL UNIVERSAL
Casa Pestagua.
Casa Pestagua.
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