Las cosas para el magistrado de la Corte Constitucional Humberto Sierra Porto, no podían haberle salido mejor.
Este cartagenero, quien ya empezó la cuenta regresiva para dejar en septiembre el alto tribunal, tras 8 años de labores; cuenta los días para iniciar un nuevo reto profesional, esta vez en la Corte Interamericana de Derechos Humanos -CIDH- (enero de 2013), donde llegará gracias a 15 de los 24 votos posibles que lo respaldaron en la última asamblea de la OEA en Cochabamba, Bolívia.
Expresidente de la Corte Constitucional (febrero de 2008 - febrero de 2009), Sierra Porto es recordado por haber sido quien le dijo NO a la segunda reelección del expresidente Álvaro Uribe; pero, como él mismo lo señala, también fue uno de los que le dijo SÍ, a la primera iniciativa en ese sentido.
A pesar de esto, muchas han sido las decisiones que durante su paso por la Corte proferió este jurista, quien recuerda con especial atención el fallo que permitó equiparar el trato jurídico dado a hombres y mujeres, al cambiar el uso de la expresión 'hombre' en el Código Civil, para ser reemplazado por el de 'persona' cobijando de manera equitativa los dos sexos.
-¿Cómo se dio su postulación a la CIDH?
La decisión fue de la cancillería y fui postulado a mediados de enero. Esto es un gran éxito del trabajo diplomático de la canciller María Ángela Holguín, de Andrés González y de Luis Alfonso Hoyos, entre otros, pus esta elección se decide en un ámbito diplomático.
-Muy corto el plazo para el lobby…;
No. De acuerdo con el reglamento de la CIDH los países deben presentar sus candidatos seis meses antes de la elección.
-Muchas han sido las críticas por los gastos en que ha incurrido el Gobierno al respaldar aspiraciones internacionales como la suya o la del vicepresidente ante la OTI. ¿Cuánto calcula le costó al Estado su campaña a la CIDH?
Todos los viajes y gastos que me correspondían a mí, corrieron por mi cuenta. El Gobierno no tuvo que sufragar ni un peso. El Estado puso, y hay que reconocerlo, la iniciativa, el trabajo de las embajadas en las que se iban a solicitar los votos.
-¿Qué significa para un abogado llegar a la CIDH?
Es un profundo orgullo y una gran responsabilidad. Este es un reconocimiento a la Corte Constitucional y a su trabajo, a la manera como se entienden los derechos fundamentales y la visión garantista que ha tenido.
-Y para la justicia nacional…; y para Colombia…;
Es un reconocimiento al Estado de Derecho, y a la existencia de una administración de justicia y un Estado comprometido con la protección de los derechos, independientemente de las dificultades que hay.
-Existen dos CIDH, una la Comisión y la otra, para la que usted va: la Corte. ¿Cuál es la diferencia entre una y otra?
Se podría hacer un simil con la justicia colombiana y decir que la Comisión vendría a ser la Fiscalía y la Corte; los jueces. En la Comisión se conocen denuncias y cuándo no hay posibilidad de llegar a acuerdos se presentan los casos ante la Corte para que juzgue y decida su condena o absuelve a un Estado.
-En la Comisión están sus colegas Rodrigo Escobar y Catalina Botero (relatora para la libertad de expresión), usted va para la Corte, el Gobierno le apuntaba a la OIT. ¿Qué significa que un colombiano llegue a altos cargos en instancias internacionales?
Significa que los colombianos perdemos el complejo, adquirimos sentido de la grandeza y Colombia cobra mucha más importancia en el mundo. Con sencillez, sin miedo y con humildad; pero con autoridad, estamos aportando a los órganos internacionales.
-¿Qué condiciones deben tenerse para llegar a la CIDH?
Se exige que sea un jurista de alta condición, pero no que sea juez.
-En este momento en la CorteIDH hay muchos casos que afectan a Colombia como el de Manuel Cepeda, las masacres de Ituango, Pueblo Bello y Mapiripan, etc. ¿Usted conocerá esos procesos?
Como juez de la CIDH, no me corresponde conocer de los procesos en los que Colombia es parte, sino de los otros estados. Pero, es bueno aclarar que las decisiones que tome cualquier juez pueden aplicarse a los demás países en caso de que se den hechos similares a los previamente juzgados en otras naciones. Ese es el control de convencionalidad.
-¿Ser juez de la CIDH le restringe de alguna manera el ejercicio de su profesión como litigante en Colombia o en otra parte del mundo?
No tengo todavía presentes esos elementos.
-Tenemos entendido que a los jueces de la CIDH no les pagan…; ¿eso es así?
No existe un salario como tal. La CIDH tiene un sistema de honorarios que corresponden esencialmente a los gastos en que se incurre durante el tiempo en que se realizan las sesiones.
-¿Cómo ve usted el marco para la paz que se tramita en el Congreso? Existe en la CIDH un control previo como sucede en Colombia con algunas normas?
No existe un control previo, pero sí existe la posibilidad de que en ciertos casos se pueda estudiar la compatibilidad de los contenidos legales con los derechos humanos establecidos en la convención.
-¿Qué lectura le da al marco para la paz y a la posibilidad de ampliar por dos años la ley de justicia y paz?
En el primer caso tendría que conocerla primero y, no he tenido la oportunidad…; En el segundo, no tengo elementos para responder.
-¿Ahora se está hablando de la castración química, eso podría entenderse como afectación a algún derecho fundamental desde el punto de vista de la CIDH?
En caso de que se de una ley en este sentido, sí podría ser un caso para que sea decidido por la Comisión o en dado caso por la CIDH.
-¿Usted está de acuerdo con esta última iniciativa?
La labor de los jueces tiene dos aspectos, uno el conocimiento del derecho y el otro la prudencia, y en este caso me voy por el segundo. (risas)
-En la última sesión en la Corte IDH (2011) se decidió que todas las sesiones fueran trasmitidas en directo, lo mismo que la implementación de un defensor interamericano para las víctimas ¿cómo ve esas decisiones?
Sé que se han discutido esos temas, pero ahora no tengo elementos de juicio para responder.
-¿Qué se lleva como expresidente de la Corte Constitucional para la CIDH?
Muchas cosas, pero si debo hablar de algo, diría que la experiencia en sentencias intermedias donde la Corte toma decisiones en políticas públicas. El contenido de éstas sería de lo más interesante por contrastar las sentencias internas e internacionales.
ADIOS A LA CORTE
- Desde su elección como juez de la CIDH se ha dicho que usted fue el magistrado que le cerró la puerta a la reelección presidencial…; ¿cómo ha tomado eso?
…;Pero también le dije que sí en la primera decisión. Cuando uno tiene ocho años en la Corte lo valoran por las decisiones que se han tomado. Desafortunadamente se resaltan solo algunos aspectos, a veces se comenten algunas injusticias, pues parece que uno sólo hubiera hecho una sentencia…; pero eso es normal.
- ¿Qué balance tiene de su paso por la Corte Constitucional, cambiaría algo?
No me arrepiento de una sola de mis decisiones. Pero sí hay una sentencia que me parece muy emblemática por el impactó en los derechos de la mujer. Es sobre el Código Civil…; la norma usaba la palabra 'hombre' para referirse a todas las personas, incluidas las mujeres. En este caso se decidió que debe usarse la expresión 'persona' para no invisibilizar a la mujer.
-¿Cómo ve el país ahora que sale de la Corte y lo va a ver desde un tribunal internacional?
El país se ha transformado positivamente, y uno de los elementos que ha permitido esto es el ordenamiento jurídico. El Estado es cada día más incluyente, más pluralista, es cada vez más legítimo y esa dignidad en buena parte se debe al ordenamiento jurídico, eso hace del Estado más legítimo. Hoy la Constitución incluye sectores minoritarios como los indígenas, los afrocolombianos, los LGTB, etc.
- Cómo califica en una sola palabra la Constitución Nacional…;
Incluyente. Pero amplió diciendo que lo que identifica a los Colombianos es la Constitución. La unidad y la identidad nacional son el respecto, la vigencia y la protección de los derechos fundamentales.
- Cómo ve las críticas por las constantes reformas a la Carta Política
Eso pueder ser visto como un problema, por falta de estabilidad; pero también como una virtud, pues el Estado ha entendido que la Constitución puede ser transformada y no petrifica la sociedad, sino que se adecúa a los cambios.
-¿Cuándo o en cuánto tiempo creería usted Colombia va a ser mucho más igualitaría?
Eso es un proceso, no se va a dar de un momento para otro. Se han dado cambios, se ha invertido dinero y atención del Estado, hay que respaldar la Corte Constitucional y las decisiones judiciales.
- ¿Qué va a hacer el primer día fuera de la Corte?
No me lo he planteado.
- Pero, por lo menos, se piensa, ese día hacer algo de pereza…;
No para nada. Todo lo contrario ahí es cuando hay que hacer más esfuerzos (risas).
