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Retiros espirituales, lejos del mundanal ruido

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Jóvenes, parejas de casados, guerrilleros, prostitutas, niños y muchas personas que dejan el camino del bien para sumergirse en un mundo lleno de felicidad efímera, cosas materiales y deseos mundanos, han encontrado la paz y el amor que tanto buscaron en los retiros espirituales.
Hay varios movimientos de la iglesia católica que en los últimos años han tenido un gran auge entre los feligreses que quieren dedicarse a Dios para agradecerle, pedirle, entregarse a Él y sentir esa paz que tanto anhelan.
“Es un tiempo en el que la persona se retira de sus ocupaciones habituales para meditar, orar, reflexionar con miras a prepararse para una nueva etapa en su vida o para renovarse”, explica el sacerdote Sahabel Porto, vicario General de la Arquidiócesis de Cartagena.
Porto
dice que vivir supone invertir energías y eso lleva al desgaste, por eso es importante que en medio de la marcha y el dinamismo de la vida se haga un mantenimiento, similar al que se le hace a los motores y obras de infraestructura o arborización.
A través de un retiro espiritual muchos niños, jóvenes y adultos han salido de sus dificultades y han cambiado sus vidas. Una vez terminan esa experiencia, dicen que sus vidas cambian.
Tatiana Pérez, es un fiel testimonio de ello. Cuando tenía 20 años gozaba de una vida entre el alcohol, relaciones sexuales, fiestas y personas que consideraba como sus amigos, pero que en realidad la estaban llevando a la perdición.
“Mi vida era un desastre, me sentía feliz mientras estaba con mis amigos y luego llegaba a mi casa y me sentía sola, vacía y triste.
Un día una amiga del colegio me invitó a un retiro espiritual, yo me mostré interesada y asistí. Fueron cuatro días alejada del mundo, conviviendo con muchas personas que, como yo, querían cambiar sus vidas, tener la oportunidad de ser completamente felices. Al salir de allí, pensé que lo había logrado; me sentía como otra persona, tanto que me consagré para seguir en ese camino, pero pudieron mas mis deseos mundanos y volví a recaer, volví con mi novio y sin saber quedé embarazada, así que tomaba, fumaba y me sentía igual que al principio hasta que un día sentí un cólico horrible y cuando fui al baño salió dentro de mi un bebé, casi me muero, pero eso me hizo poner de nuevo los pies sobre la tierra y volver a los caminos de Dios”.
Hoy en día Tatiana es un testimonio y ejemplo para muchos jóvenes. Hace parte de un movimiento católico donde es además evangelizadora.
Pero no todos tienen que tocar fondo para acercarse a Dios, Juliana Caro* llevaba una vida aparentemente tranquila, era una joven a la que todos admiraban por su inteligencia y belleza. Sus padres, aunque no eran adinerados hacían todo lo posible por darle todos los gusto.
Aunque llevaba una vida sana, iba a misa todos los domingos y hacía el bien, sentía que nada la llenaba y poco a poco se fue apartando de sus amigos y familiares, para sumergirse en una depresión profunda, hasta que un día, en sus vacaciones, su mejor amiga a la que no veía hacia mucho, la invitó a una finca a las afueras de Barranquilla para que compartiera con otras personas y se relajara. Era un retiro espiritual donde, dice, conoció a Dios.
“Después de pasar un tiempo alejada del mundo, llegué a la casa de mis padres y empecé a contarles la experiencia que tuve, pero los notaba un poco incrédulos, creían que se trataba de un fanatismo temporal”, después entendí que eso se debe a que muchos no creen que las personas pueden cambiar y menos en tampoco tiempo.
Cuando me fui de nuevo a la Universidad quise hacer parte del movimiento de Lazos de Amor Mariano y logré entrar a esa comunidad, conocí muchas experiencias de otros jóvenes y adultos y la manera como sus vidas habían cambiado. Me fui metiendo más y más en el cuento y después de terminar la Universidad, empecé a trabajar, en mi profesión, pero un día decidí dejarlo todo e irme de misionera.
Viajé por muchas partes de Colombia y Ecuador, llevando la palabra de Dios, ayudando a los más necesitados, y esto me ayudó  a encontrarme conmigo misma y con Dios; ya no me afano por las cosas del mundo, la moda y lo material de lo que era casi esclava. Me siento diferente y creo que cuando tienes a Dios en tu corazón la vida te cambia en un 100 por ciento, por eso aconsejo a todos los jóvenes que busquen de Él. Aveces buscamos la felicidad en las cosas materiales y del mundo y no es allí donde está la verdadera felicidad, esa es efímera, se va y vuelve de a momentos, en cambio cuando tienes a Dios sientes gozo en el alma y nada de lo terrenal te hace falta realmente”, dice Juliana Caro.
Historia de los retiros
El retiro es tan antiguo como el hombre. Filósofos, escritores y hombres de negocios lo han usado para relajar el alma y el cuerpo, para dedicarse al estudio y a la reflexión, para recobrar nuevas fuerzas, explica el padre Porto.
“Pero la fisonomía más verdadera del retiro la hallamos en la Biblia. Allí se convierte en encuentro del hombre a solas con Dios. La soledad del desierto es el lugar donde Dios prefiere tener sus citas. Recordemos la peregrinación solitaria de Elías hacia el monte Horeb, donde Dios le precedió como un suave susurro de brisa, en el desierto Dios salió al encuentro de Moisés. Y San Lucas nos cuenta de San Juan Bautista que moraba en los desiertos hasta el momento de manifestarse ante Israel”.
El Señor mismo se retira a la soledad, antes de emprender el camino de Galilea en calidad de Mesías y durante su ministerio a menudo se aleja de todos para orar a solas. Los apóstoles esperaron Pentecostés alrededor de María, en recogimiento. A lo largo de toda la historia, el retiro ha sido una práctica continua y normal.
Diferentes retiros
No todos los retiros son iguales, todo depende de los diferentes movimientos católicos (Jesuíta, Focolares, Lazos de amor mariano, Juan XXIII, Lumen Dei, entre otros). Cada uno tiene su propio proceder y programación. Algunos son dedicados a los niños, otros a los matrimonios, a jóvenes, o al silencio.
Por lo general duran entre tres y cuatro días y se realizan en un lugar alejado del bullicio. En fincas o casa campestres. Muchos operan en las principales ciudades o países. Muchos colombianos se van a retiros o misiones en Ecuador, por ejemplo.
Dificultades:
Para el padre Sahabel, no todas las personas se atreven a hacer un retiro espiritual. Existen dificultades como:
- El miedo a la introspección, es decir entrar dentro de uno mismo, conocerse, evaluarse y programarse dentro de un ideal definido. Falta de valentía.
- La cultura light en donde se busca lo fácil, lo cómodo, eludiendo el necesario esfuerzo para toda superación humana.
- La decadencia en la cultura religiosa de nuestro tiempo donde se propicia el ruido, lo trivial y se programan en Semana Santa muchos eventos de distracción.
- La agitada vida del mundo moderno que genera el estrés y un estado de disipación. Algunos no pueden vivir sin la grabadora y los audífonos.
Recomendaciones:
Tome sus propias iniciativas. Levántese más temprano y aproveche momentos de soledad y de silencio para un diálogo más íntimo con Dios.
Aproveche los programas de retiros que ofrecen los movimientos católicos, en las iglesias.


*Nombre cambiado por petición de la fuente.

Sacerdote Sahabel Porto, vicario General de la Arquidiócesis de Cartagena Julio Castaño/ElUniversal
Sacerdote Sahabel Porto, vicario General de la Arquidiócesis de Cartagena Julio Castaño/ElUniversal
Padre Sahabel Porto. Julio Castño / El Universal
Padre Sahabel Porto. Julio Castño / El Universal
Muchos jóvenes y adultos, después de vivir la experiencia del retiro espiritual, deciden entregar parte de su tiempo a la evangelización y misión.
Muchos jóvenes y adultos, después de vivir la experiencia del retiro espiritual, deciden entregar parte de su tiempo a la evangelización y misión.
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