El historiador Carlos Villalba Bustillo revela su faceta de poeta, luego de publicar su primera novela sobre Rafael Núñez. En esta edición una selección de sus sonetos.
A mi ciudad cautiva(En sus 450 años)
Asiento de castillos y poternas,legendario collar de murallones,antológica fila de balcones,corralón de casonas y cisternas.
Fueron, ciudad, tus vástagos raizales,colosos de la heráldica procera,los que de la británica troneradefendieron tus muros coloniales.
También acaudilló Pedro Romero,líder del Gimaní populachero,la lucha contra el dominio chapetón.
Mas olvidadas las eras del galeón,de los blasones y los estoraques,cautiva eres de orondos badulaques.1 de junio de 1983
Rafael Vergara Támara
Resultó un congresista repitenteen el reino del voto conquistado.Actuaba con jocundo desenfadoen su podio de lídercompetente.
No se le desbarató ningún afáncuando Jota, su primo acidulado,por Forero y por “Goyo” asesorado,Lo noveló con fachada de sultán.
Sí que lo quiso el hidalgo Guillo león.Lo dejó gobernar por varios añosComo párvulo aferrado al biberón,
Vistiendo sus holanes y sus paños,Gozando los apodos que ponía,Y derrochando sornas y alegría.23 de enero de 1997
El compañero jefe
El jefe López se sobró de zorro,obrando siempre con cabeza fría,y recorrió la vasta geografíagastando igual que un dueño de ventorro
Departe con lambonas y lambonesque le refieren chismes a la lata.Alborota con cada peroratapellejos delicados y emociones
En las montañas y los litorales.Quiso regresar al solio de SimónCon las rojas banderas liberales.
Lo derribó una puntuda decepción,al ver que sus adeptos más lealesle facturaron su sed de reelección.31 de mayo de 1982
El loco Arturo
Tenía piel y cara de demonio.Se paseaba las calles hasta en cueros.Se reía, feliz, de los agüerosy tomaba el café con antimonio.
Gritaba sin cansarse todo el día,lo mismo a los mirones que a las viejas,improperios, piropos, moralejas,para zafarse la melancolía.
Era, sí, un alma noble la de Arturo.“Lo alocado no quita lo decente”,decía su colega “Cariduro”.
Ya que con diligencia muy frecuente,recogía platica, mucha o poca,para sacar a “Hollín” de la guandoca.17 de octubre de 1978
“Hollín”
Vivía mohoso. De ahí el apodoque lo envolvía en perenne rabionón.Se hartaba con conejo y tiburónporque la carne le inflamaba un codo.
Al menos esa fue siempre su excusacuando le servían bisté con bollo,patacones con hígados de polloy chicharrón forrado en verde tusa.
Por agresivo lo pusieron presoen El Guamo, San Juan y Cartagena,donde se devoraba el níveo queso
De la tienda del viejo Chucho Mena.¡Cómo causaba de calamidadesla fetidez de sus ventosidades!Febrero de 1979
