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Revista dominical

Una oración por el poeta Félix Turbay Turbay

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Félix Turbay Turbay (Carmen de Bolívar 1930- Cartagena 2013) dentro de la pléyade de poetas colombianos y latinoamericanos es autor de una exquisita poesía, elaborada con la más alta factura. Amado y admirado por sus amigos y contertulos, por su verbo y lucidez.
Desde niño he tenido una relación de amistad muy estrecha con Félix Turbay Turbay, cercano a mi familia, a quien he querido y admirado, disfrutando de su compañía entre vinos, cenas y largas tertulias. Amigo y maestro, siempre. Félix me honró con su prólogo a mi primer libro de poesía.

Félix Turbay Turbay es Premio Nacional de Poesía Jorge Gaitán Durán, amigo del movimiento piedracielista y tertuliante asiduo del famoso café El Automático, en Bogotá. Sus textos aparecieron en la revista Mito. Turbay Turbay trajo en los años sesenta a Jorge Luis Borges a Cartagena de Indias, y lo acompañó a recorrer las calles de la Heroica y en un ciclo de conferencias que el célebre escritor argentino dictó en la Universidad de Cartagena.
El universal poeta carmero se desempeñó en importantes cargos a nivel regional y nacional: Secretario General del Ministerio de Trabajo y ministro encargado de ambas carteras. Secretario de la alcaldía del Distrito de Cartagena y Alcalde encargado, y en el departamento, como Secretario de la Gobernación de Bolívar y gobernador encargado. Se desempeñó, igualmente, como cónsul de Colombia en Venezuela y embajador en el Líbano.
Con motivo de un recital de Félix Turbay en el Salón de actos del Museo Nacional, el maestro Héctor Rojas Herazo escribió una nota en la que se refiere al poeta y diplomático así: Con acento seguro, con dignidad emocional, con encendida fluencia, nos condujo a todos los allí presentes, por el complejo territorio de una poesía donde la amargura y la esperanza conviven como hermanas gemelas. Es la de este hombre, una voz desgarrada, una voz que se empina sobre la desolación de nuestra criatura, para decir ese terrible secreto que silencioso, en nuestra sangre, desde el principio de la voz y desde el primer asombro de los ojos. Su palabra trata de ascender a los orígenes. A ese primigenio encuentro del hombre, del hombre castigado con su carga de absoluto, con la magia de los seres creados.
El poeta Turbay mantuvo una hermandad con Rojas Herazo, de quien además, era compadre. Fue alumno del maestro Gustavo Ibarra Merlano a quien Félix recuerda de una manera especial, como a un ser excepcional, que no auscultaba conciencia sino soledades, y que entraba de una manera mágica al alma de sus alumnos, cuando, por allá en 1948, era profesor de griego en el Colegio San Pedro Claver. La vida de nuestro querido poeta ha transcurrido entre los afectos y cercanía de grandes hombres. Una especial atmósfera parecida a lo que Jorge García Usta llama “magia común”, y cuyo término usa para describir los afectos en los que gravita García Márquez, en el periodo de vida intelectual en Cartagena.
Félix  era uno de esos hombres que vienen al mundo a dejar un pensamiento y un legado estético e intemporal a la sociedad en la que viven.


René Arrieta Pérez, arrietarene@hotmail.com

El poeta Félix Turbay Turbay (1930-2013). FOTO: RENÉ ARRIETA
El poeta Félix Turbay Turbay (1930-2013). FOTO: RENÉ ARRIETA
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